La preparación del
examen MIR lleva meses de esfuerzo y dedicación. Y algunos de esos aspirantes, que se han enfrentado a una sacrificada preparación diaria llena de nerviosismo e incertidumbre, también han contado con otro hándicap: sufrir un
trastorno ansioso depresivo.
Este es el caso de Marina, futura residente, que ha decidido utilizar sus redes sociales para contar cómo vivió en primera persona la preparación del MIR 2022 en una situación como la suya. “En enero de 2019, fui diagnosticada de Sdme ansioso-depresivo, para el que comencé un tratamiento psico-farmacológico”, comienza relatando.
“Desde junio de 2019, mi enfermedad, invisible a ojos de muchos, ha sido como una montaña rusa”, continúa explicando, admitiendo que “aunque durante un año pudo dejar el tratamiento, tuvo que retomarlo en abril, justo antes de comenzar el curso intensivo para el examen MIR”.
La joven confiesa que “estudiar el MIR es difícil” y que “puede acabar con la cabeza de una persona que esté bien de base”. “Imagínate con una persona que ya lo empieza estando mal”, añade, recalcando que
“las enfermedades mentales también son enfermedades”.
La estudiante relata que “todas las mañanas suena el despertador y todas las mañanas te levantas aparentemente bien”, pero solo las personas más allegadas saben realmente por lo que estás pasando. “Te preguntan cómo vas y dices que estás cansada, pero por dentro
no puedes ni un minuto más”, confiesa.
Además, la estudiante aseguraba que “pasas
días enteros en la cama llorando, diciendo que quieres dejarlo”, porque la memoria “que tanto te ha ayudado siempre a sacar resultados excelentes, parece que te abandona”. “Llevas una hora leyendo el manual y cuando te das cuenta, no has interiorizado nada”, describe la joven en su mensaje, haciendo especial hincapié en el cargo de conciencia que siento por "no haber estudiado como deberías”.
"Pasé dias enteros llorando en la cama y quise dejarlo"
“Sigues con tu medicación y
la psicóloga se convierte en tu mejor amiga”, explica, asegurando que cada noche tiene que tomarse un lorazepam “porque ya no puedes contar el número de vueltas que has dado en la cama”. “Nunca había experimentado estas sensaciones, te sientes un deshecho día tras día”, explica en su hilo, admitiendo que “no solo te vas apagando tú, sino que ves cómo consumes la energía de la gente que te rodea y no sabes qué hacer”.
“Mi única victoria fue llegar al día del MIR tranquila”, afirma. “Pude dormir bien la noche de antes y me senté delante de ese papel sabiendo que, a pesar de todo lo que había pasado, había conseguido llegar a ese momento”, añade la estudiante.
“Las cosas pasan o acaban, y el MIR pasó”, escribe sobre la prueba. “Y aunque quedé tocada, no acabó conmigo”, cuenta, antes de confirmar que “será residente” y cumplirá su sueño de ayudar a los demás.
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