Imagen obtenido por TAC de un ictus isquémico.
El uso de
trombectomía mecánica permite ampliar el margen de tiempo en que la persona víctima de un
ictus isquémico puede ser intervenida sin sufrir daños irreversibles en el tejido cerebral hasta las 24 horas, ‘rompiendo’ la ventana de
seis horas que tradicionalmente se asume para salvar a las personas que han sufrido una
embolia.
Así lo ha descrito el estudio ‘DAWN’, en el que han participado 22 centros de todo el mundo y que hasta ahora había reclutado a algo más de 200 pacientes. La diferencia en el uso de esta técnica frente al tratamiento farmacológico con
anticoagulantes ha sido tal que el estudio se ha suspendido antes de tiempo para ganar una aprobación acelerada por parte de la FDA, la agencia del medicamento y producto sanitario estadounidense.
Los investigadores creen que se trata de un cambio de paradigma en el tratamiento del ictus
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Los pacientes que no mejoraron con anticoagulantes también se beneficiaron de esta técnica, que se basa en un corte de un centímetro en el pliegue inguinal para llevar un catéter hasta el cerebro a través de las arterias y
eliminar el coágulo con una serie de dispositivos.
Aquellos tratados con trombectomía mostraron mayores
mejoras funcionales a los 90 días comparados con los tratados con anticoagulantes. El 48,6 por ciento de los pacientes con trombectomía eran independientes funcionalmente a los 90 días, frente al 13,1 por ciento del grupo control. Tuvieron, además, un riesgo mucho más bajo de
empeoramiento neurológico por el poco flujo de sangre al cerebro.
Según los investigadores, los resultados del estudio implican un
cambio de paradigma que permite a los médicos seleccionar mejor aquellos pacientes que pueden recibir trombectomía, y ofrecer más opciones disponibles a todas aquellas personas que han sufrido un infarto. Si la cantidad del tejido cerebral dañado es del tamaño de un albaricoque pequeño, explican, los pacientes se pueden beneficiar de esta terapia.
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