Los hombres consumen más cantidades de alcohol al día que las mujeres.
Muchos estudios han asociado el
consumo excesivo de alcohol con atrofia cerebral, pérdida neuronal y una peor integridad de las fibras de la materia blanca. Sin embargo, existe evidencia contradictoria sobre si el consumo de alcohol de leve a moderado muestra
asociaciones negativas similares en el cerebro. De hecho, un estudio elaborado en el
Reino Unido y publicado recientemente en la revista científica
Nature asegura que "ingerir entre
una y dos unidades de alcohol al día (
vino y/o cerveza) tiene una connotación negativa en la estructura cerebral", apunta
Remi Daviet, investigador de la Universidad de Wisconsin–Madison en Estados Unidos.
Por tanto, en el Reino Unido, "el hecho de consumir una o dos bebidas alcohólicas al día podría
estar asociado con cambios en menor volumen de materia gris (GMV, por sus siglas en inglés) y menor
volumen de materia blanca (WMV, por sus siglas en inglés) en el cerebro", señala Daviet. A pesar de que casi el 90 por ciento de todos los GMV regionales muestran asociaciones negativas significativas con la ingesta de alcohol, "las regiones más afectadas incluyen las
cortezas frontal, pariental e insular, con cambios también en las regiones temporal y cingulada". Asimismo, estas asociaciones "también están marcadas en el
tronco endefálico, el putamen y la amígdala", señala el experto.
Las asociaciones negativas entre la ingesta de alcohol y el GMV total y WMV son consistentes con estudios previos realizados en adultos de mediana edad y mayores (entre 40 y 69 años). A su vez, examinando más detalladamente la influencia del sexo, Daviet explica que "
los hombres consumen más unidades de alcohol por día y tenían un GMV y WMV globales más altos que las mujeres". Sin embargo, se han encontrado "asociaciones negativas entre la ingesta de alcohol y los desplazados internos globales para ambos sexos y una evidencia débil de los
efectos interactivos entre la ingesta de alcohol y el sexo en el cerebro".
El estudio se basa en un diseño transversal, lo que "no permite la
identificación de efectos causales". Aún así, Daviet asegura que "no se puede descartar la posibilidad de una causalidad inversa o una influencia de confusión de otros factores que no están incluídos en nuestros modelos". Por esta razón, "sería interesante investigar más a fondo la naturaleza causal de las relaciones entre la ingesta de alcohol y la antomía cerebral", recalca Daviet.
Medidas de consumo de alcohol de los pacientes
Para el estudio, los investigadores contaron con la participación de
36.678 participantes y el 52,8 por ciento de estos fueron mujeres. Los participantes "proporcionaron información demográfica y de salud a través de cuestionarios de pantalla táctil", explica Daviet. En cuanto a las cantidades consumidas de alcohol, las personas que participaron en el estudio "autoinformaron de las unidades por semana (para bebedores frecuentes) y unidades por mes (para aquellos menos frecuentes) y se dividieron en varias categorías:
vino tinto, vino blanco/champán, cerveza/ sidra, licores y 'otros'".
"Este estudio es la colección más grande disponible de resonancias magnéticas cerebrales de alta calidad"
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Daviet detalla que para cuantificar la cantidad de ingesta de cada uno de los participantes, las unidades de alcohol se midieron de la sigiente manera: "una
pinta o lata de cerveza corresponde a dos unidades de alcohol, una trago de licor de 25 ml es igual a una unidad y una copa estándar de vino (175 ml) es igual a dos unidades". También, según Daviet, "se ha calculado el número de unidades semanales sumando las unidades semanales consumidas en todas las categorías".
Adquisición y procesamiento de datos con resonancia magnética
Los datos con los que contaron los investigadores se adquirieron a través de la
resonancia magnética (RM). Como parte del protocolo de escaneo, "se obtuvieron imágenes ponderadas de alta resolución, imágenes de recuperación de inversión atenuada por fluído ponderadas y datos de difusión", añade Daviet. Además, el experto subraya que "el estudio examina las asociaciones entre la ingesta de alcohol y las medidas de la estructura GMV y la microestructura WMV en el cerebro realizando un análisis registrado previamente de datos de imágenes multimodales".
Daviet asegura que "este estudio de cohorte prospectivo representativo de la población del Reino Unido de 40 a 69 años de edad es la colección más grande disponible de
resonancias magnéticas cerebrales de alta calidad, de fenotipos conductuales relacionados con el alcohol y de mediciones del entorno socioeconómico".
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