El artículo destaca al confirmar que esta enfermedad puede echar raíces en el cerebro entre 15 a 20 años antes

Un estudio ayuda a los médicos a identificar el alzhéimer de forma precoz


29 ene. 2018 16:00H
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POR REDACCIÓN
Se sabe que las personas con la enfermedad de alzhéimer tienen alteraciones en los relojes internos del cuerpo que afectan el ciclo de sueño/vigilia y pueden aumentar el riesgo de desarrollar el trastorno. Ahora, una nueva investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, Estados Unidos, indica que estas alteraciones del ritmo circadiano también ocurren mucho antes en personas cuyos recuerdos están intactos pero cuyas exploraciones cerebrales muestran evidencia preclínica temprana de alzhéimer.

Los hallazgos, que se detallan en un artículo que se publica este lunes en 'JAMA Neurology', podrían ayudar a los médicos a identificar a las personas en riesgo de alzhéimer antes de lo que actualmente es posible. Eso es importante porque el daño del alzhéimer puede echar raíces en el cerebro entre 15 a 20 años antes de que aparezcan los síntomas clínicos.

"No era que las personas en el estudio carecían de sueño -explica el primer autor, Erik S. Musiek, profesor asistente de Neurología-. Pero su sueño tiende a estar fragmentado. Dormir durante ocho horas por la noche es muy diferente de dormir ocho horas en incrementos de una hora durante las siestas diurnas".

Los investigadores también realizaron un estudio separado en ratones, que se publicará este martes en 'The Journal of Experimental Medicine', que muestra que alteraciones circadianas similares aceleran el desarrollo de placas amiloides en el cerebro, que están relacionadas con el alzhéimer.

Estudios previos en la Universidad de Washington, realizados en personas y en animales, han encontrado que los niveles de amiloide fluctúan de maneras predecibles durante el día y la noche. Los niveles de amiloide disminuyen durante el sueño, y varios estudios han demostrado que los niveles se elevan cuando se interrumpe el sueño o cuando las personas no reciben suficiente sueño profundo, según una investigación del autor principal, Yo-El Ju.

"En este nuevo trabajo, descubrimos que las personas con enfermedad de Alzhéimer preclínica tenían más fragmentación en sus patrones de actividad circadiana, con más períodos de inactividad o sueño durante el día y más períodos de actividad por la noche", dijo Ju, profesor asistente de neurología.

Los investigadores rastrearon los ritmos circadianos en 189 adultos mayores cognitivamente normales con una edad promedio de 66 años. A algunos se les realizaron escáneres de tomografía por emisión de positrones (PET) para detectar placas amiloides relacionadas con el alzhéimer en sus cerebros. A otros se les analizó el líquido cefalorraquídeo para identificar proteínas relacionadas con el alzhéimer y algunos se les sometió a exploraciones y pruebas de fluido espinal.

De los participantes, 139 no tenían evidencia de la proteína amiloide que significa enfermedad de alzhéimer preclínica. La mayoría presentaban ciclos normales de sueño/vigilia, aunque muchos registraban alteraciones circadianas que estaban relacionadas con la edad avanzada, la apnea del sueño u otras causas.

Pero entre los otros 50 sujetos, que tenían exploraciones cerebrales anormales o líquido cefalorraquídeo anormal, todos experimentaron interrupciones significativas en sus relojes corporales internos, determinados por cuánto descansaron durante la noche y cómo de activos estuvieron durante el día. Las interrupciones en el ciclo de sueño/vigilia permanecieron incluso después de que los científicos controlaron estadísticamente la apnea del sueño, la edad y otros factores.


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