Microvasos de cerebro de ratón, tejido donde disminuye el transportador de tiamina.
Un equipo liderado por investigadores del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado una nueva diana terapéutica para la
enfermedad de Huntington, una patología hereditaria que provoca la degradación progresiva o degeneración de las células nerviosas del cerebro.
El trabajo, publicado en el último número de la revista
Science Translational Medicine, señala que los genes de un proceso implicado en la correcta producción de proteínas en el interior de las células, denominado
poliadenilación, sufren cambios en las enfermedades neurodegenerativas, lo que vincula directamente este mecanismo con estas patologías. El trabajo sugiere que los pacientes podrían beneficiarse de una terapia basada en la administración de dos vitaminas: la
tiamina y la
biotina.
Para que las proteínas se produzcan de forma correcta en el interior de las células es necesario que las moléculas de
ARN mensajero (ARNm) sufran poliadenilación, la cual puede variar según el momento fisiológico celular. En esta investigación, el equipo liderado por
José Javier Lucas, investigador del CSIC y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC-UAM), ha estudiado este proceso en la enfermedad de Huntington,
la más prevalente de las enfermedades neurodegenerativas hereditarias, y que en España afecta a unas
4.000 personas, según la Asociación Corea de Huntington Española.
Los investigadores han comprobado que el
gen SLC19A3, que codifica un transportador de tiamina (la vitamina B1), es de los más afectados en la enfermedad de Huntington. “La tiamina es esencial para el funcionamiento del cerebro y, cuando falta, se desarrollan cuadros neurológicos como el
síndrome de Wernicke-Korsakoff o la
Enfermedad de los Ganglios Basales que Responde a Tiamina y Biotina -BTBGD por sus siglas en inglés-, que afecta a la misma estructura cerebral que la enfermedad de Huntington: el
núcleo estriado”, detalla
Sara Picó, investigadora en el CBMSO-CSIC-UAM.
Disminución de tiamina
Tras analizar los niveles de tiamina en el líquido cefalorraquídeo de individuos con enfermedad de Huntington, los científicos vieron que estaba disminuida, al igual que en los individuos con BTBGD.
Alberto Parras, investigador del CBMSO-CSIC-UAM y otro de los autores del artículo, subraya: “Como los pacientes con BTBGD se recuperan con la administración de altas dosis de dos vitaminas, tiamina para compensar su menor transporte, y biotina, que
aumenta la expresión del transportador de tiamina, hemos ensayado el tratamiento en modelos animales de la enfermedad de Huntington y hemos observado mejoras en varios aspectos”.
“No existen tratamientos curativos para la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas. Aunque se están desarrollando algunos basados en
terapia génica o anticuerpos, estos tienen, además de su alto coste, la desventaja de que se basan en moléculas cuyo gran tamaño dificulta la accesibilidad a las áreas cerebrales afectadas. Por eso es importante i
dentificar nuevas dianas terapéuticas abordables con fármacos fáciles de administrar”, resalta Lucas.
El equipo liderado por Lucas está diseñando un ensayo clínico, financiado por CIBERNED y coordinado por
Pablo Mir, del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS-CSIC-US-Junta de Andalucía), para analizar si las altas dosis de tiamina y biotina requeridas para el efecto terapéutico observado en ratones son seguras y tolerables por los pacientes con enfermedad de Huntington.
Serán necesarias fases posteriores con más pacientes para evaluar su posible eficacia terapéutica.
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