Los problemas de sueño pueden afectar seriamente a la salud.
24 ene. 2018 14:30H
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Comenzar a sufrir trastornos del sueño en la mediana edad o a medida que se envejece se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo, en comparación con quienes duermen de forma ininterrumpida, según los resultados de un trabajo publicado en la revista 'Sleep Medicine'.
El trabajo, llevado a cabo por investigadores del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) y el Imperial College de Londres (Reino Unido), se basó en el análisis de cuatro estudios que evaluaron la relación entre el sueño y la función cognitiva, entre ellos dos, hicieron un seguimiento a casi 3.400 personas durante más de dos décadas, empezando cuando tenían unos 50 años.
De este modo, vieron que las personas que tenían pesadillas o insomnio en la mediana edad, entre los 40 y los 60 años, tenían más probabilidades de experimentar un deterioro cognitivo en la vejez, en comparación con quienes dormían bien. Algo que también se observó en los otros dos estudios, en los que el seguimiento se hizo a personas de entre 70 y 80 años.
"Aunque las alteraciones del sueño son un factor de riesgo importante para el deterioro cognitivo, la buena noticia es que es un factor de riesgo modificable", ha reconocido Shireen Sindi, principal autora del estudio.
"Todos podemos tener dificultades puntuales para dormir, ya sea por un nivel elevado de estrés, el consumo de cafeína o alcohol o por un desfase horario. Sin embargo, si una persona tiene problemas de forma crónica, tanto a la hora de conciliar el sueño como si se despierta en mitad de la noche o demasiado temprano, es importante buscar ayuda de un profesional sanitario", ha apuntado.
Aunque la privación del sueño y las dificultades para descansar bien durante mucho tiempo se han relacionado con problemas cognitivos a largo plazo, todavía se sabe poco sobre qué tipo de problemas del sueño pueden afectar la función cerebral.
Los estudios han revelado que cuando las alteraciones del sueño se prolongaban durante más de tres años, incluido el insomnio, se asocia con puntuaciones más bajas en las pruebas de la función cognitiva.
Y cuando las personas tienen pesadillas en la mediana edad, aumenta el riesgo de problemas cognitivos a largo plazo, como se ha visto tras un seguimiento de dos décadas. Sin embargo, esta asociación se explica también por otros factores que pueden afectar a la calidad del sueño y la función cerebral, como fumar, beber y hacer ejercicio, así como problemas de salud mental.
El estudio está limitado porque fueron los mismos participantes los que informaron de sus problemas de sueño, que sin embargo no fueron medidos de forma objetiva por los investigadores o médicos. Asimismo, los investigadores también carecían de datos sobre ciertos factores de riesgo de Alzheimer, demencia o cualquier otro deterioro cognitivo.
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