Un grupo de
neurocientíficos dirigido por Thomas Karikari, investigador de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), ha desarrollado una prueba para detectar un nuevo marcador de la neurodegeneración de la enfermedad de
alzhéimer en una muestra de sangre, según publica la revista Brain. Este hallazgo permite detectar marcadores con solo un análisis, una prueba más económica que las tradicionales
pruebas de neuroimagen.
Aplicando sus conocimientos de
biología molecular y
bioquímica de las
proteínas tau en distintos tejidos como el cerebro, desarrollaron
una técnica para detectar selectivamente la BD-tau (biomarcador específico de la enfermedad de
alzhéimer) evitando las proteínas "big tau" flotantes producidas por células ajenas al cerebro.
En su investigación, diseñaron un
anticuerpo que se une selectivamente a la BD-tau, haciéndola fácilmente detectable en la sangre y para validar su ensayo contaron con más de 600 muestras de pacientes de cinco cohortes independientes incluidas las de pacientes cuyo
diagnóstico de enfermedad de alzhéimer se confirmó tras su fallecimiento. Además, pacientes con deficiencias de memoria indicativas de alzhéimer en fase inicial.
Las pruebas demostraron que los niveles de BD-tau detectados en muestras de sangre de
pacientes con alzhéimer mediante el nuevo ensayo coincidían con los niveles de tau en el LCR y distinguían con fiabilidad el alzhéimer de otras
enfermedades neurodegenerativas. Los niveles de BD-tau también se correlacionaron con la gravedad de las placas amiloides y los ovillos de tau en el tejido cerebral confirmada mediante análisis de
autopsias cerebrales.
El biomarcador, denominado "tau derivado del cerebro" (BD-tau), supera los resultados de las actuales pruebas de diagnóstico en sangre utilizadas para detectar clínicamente la neurodegeneración relacionada con el
alzhéimer. Es específico de la enfermedad de alzhéimer y se correlaciona bien con los biomarcadores de neurodegeneración del alzhéimer en el líquido cefalorraquídeo (LCR).
Mejorar el diseño de ensayos clínicos de alzhéimer
Los científicos de esta investigación esperan que el seguimiento de los niveles sanguíneos de BD-tau pueda ayudar a mejorar el diseño de los
ensayos clínicos. También que sirva para facilitar la selección e inscripción de pacientes de poblaciones que históricamente no se han incluido en las cohortes de investigación.
"Existe una enorme necesidad de diversidad en la investigación clínica, no sólo por el color de la piel, sino también por el nivel socioeconómico. Para desarrollar mejores fármacos, los ensayos deben incluir a
personas de distintos orígenes y no sólo a quienes viven cerca de centros médicos académicos. Un análisis de sangre es más barato, seguro y fácil de administrar, y puede mejorar la confianza clínica a la hora de diagnosticar el alzhéimer y seleccionar a los participantes en los ensayos clínicos y el seguimiento de la enfermedad", expone Karikari.
Los investigadores tienen previsto realizar una
validación clínica a gran escala de la BD-tau en sangre en una amplia gama de grupos de investigación, incluidos los que reclutan participantes de diversos orígenes raciales y étnicos, de clínicas de la memoria y de la comunidad. Además, estos estudios también incluirán adultos mayores que no tengan evidencia biológica de la enfermedad de
alzhéimer, pero también a aquellos diagnosticados que se encuentren en diferentes etapas de la enfermedad. Estos proyectos son cruciales para garantizar que los resultados de los biomarcadores sean generalizables a personas de todos los orígenes. Pero, principalmente, allanarán el camino para que BD-tau esté disponible comercialmente para su
uso clínico y pronóstico generalizado.
Pruebas de neuroimagen para diagnosticar alzhéimer
"En la actualidad, para diagnosticar la
enfermedad de alzhéimer es necesario realizar pruebas de neuroimagen. Esas pruebas son caras y se tarda mucho en programarlas, y muchos pacientes, incluso en Estados Unidos, no tienen acceso a escáneres de IRM y PET. La accesibilidad es un problema importante", expone Thomas Karikari.
Para diagnosticar la enfermedad de alzhéimer, los médicos utilizan las directrices establecidas en 2011 por el
Instituto Nacional sobre el Envejecimiento y la
Asociación de alzhéimer. Son las denominadas Marco AT(N) y exigen la detección de tres componentes distintos de la patología del alzhéimer (la presencia de placas amiloides, ovillos de tau y neurodegeneración en el cerebro), ya sea por imágenes o mediante el análisis de muestras de LCR.
Pero ambos enfoques adolecen de
limitaciones económicas y prácticas, lo que impone la necesidad de desarrollar biomarcadores de AT(N) cómodos y fiables en muestras de sangre, cuya recogida sea mínimamente invasiva y requiera menos recursos económicos. "El desarrollo de herramientas sencillas que detecten signos de alzhéimer en la sangre sin comprometer la calidad es un paso importante para mejorar la accesibilidad, afirma Karikari.
"La utilidad más importante de los biomarcadores sanguíneos es mejorar la vida de las personas y mejorar la confianza clínica y la predicción del riesgo en el diagnóstico de la enfermedad de alzhéimer", añade Karikari.
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