Eduardo Martin, junto con el resto del equipo de Neurorestore, y Marc, el paciente con párkinson que recuperó la movilidad.
Después de conseguir que una prótesis neurológica permita recuperar la movilidad a un paciente con la
enfermedad de Parkinson, el
centro de investigación suizo NeuroRestore busca ir un paso más allá. El objetivo de la institución es confeccionar un ensayo clínico a
inicios de 2024 para probar la
neuroprótesis en seis pacientes con diferentes perfiles de párkinson. De esta forma, se aspira a empezar a entender cómo responden este tipo de personas a diferentes estimulaciones y en cuáles de ellos es más eficaz. Los investigadores ya han enviado el protocolo a la agencia suiza,
Swiss Medic, y están convencidos de que la institución dará luz verde para que el reclutamiento empiece el próximo mes de enero.
Marc fue el primer paciente en testar una prótesis dentro de un ensayo liderado por
Eduardo Martín, neuroingeniero del centro NeuroRestore, que destaca en
Redacción Médica la dificultad que los especialistas tienen a la hora de entender “el
funcionamiento del cerebro y como éste acaba afectando a
la locomoción de una persona”. Pese a ello, la teoría que llevó a el especialista a apostar por el ensayo es que “por la
zona lumbar pasa todo, es una región funcional, pero que por alguna razón las señales que se emiten no son correctas. Debido a ello, se decidió estimular y corregir esta situación”.
Después del éxito cosechado con el primer paciente, la siguiente pregunta que se formula Martín es si esta tecnología podría llegar a aplicarse a todas
las personas con párkinson y con poca movilidad: “Se está tratando una
enfermedad muy heterogénea, hay pacientes jóvenes y mayores y con evoluciones muy distintas. No se puede poner a todos los pacientes en un mismo saco, debido a que no todos desarrollan
problemas de locomoción”.
"No se pueden poner todos los pacientes con párkinson en el mismo saco debido a que desarrollan distintos problemas de locomoción"
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Para acercarse al máximo posible a la respuesta, el especialista aspira a iniciar un ensayo clínico a partir del mes de enero con “diferentes perfiles de pacientes con párkinson que hayan sido o no sometidos a mucha
dopamina o a
estimulación profunda”. Pese a que no espera que la neuro prótesis funcione en todos ellos, sí defiende que “se trata de una herramienta más y con suerte funcionará en un grupo de pacientes lo más grande posible con este tipo de problemas de locomoción”.
Implantes aplicados a seis perfiles de pacientes
Para llegar a conocer cómo responderán los
seis perfiles de pacientes distintos en el ensayo clínico, el neuroingeniero apuesta por cambiar y mejorar la tecnología que hasta ahora se usó con Marc en el primer ensayo: “Se modificará un
implante adecuado para esta aplicación, por lo que se aspira a cubrir toda la zona lumbar para estimular los abdominales y la parte baja del tronco para que la persona gane estabilidad.
"La prótesis se trata de una herramienta complementaria que se centra en la locomoción"
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El mensaje que quiere dejar claro Martín es que este tipo de prótesis en absoluto quiere sustituir a la
dopamina o a las
estimulaciones, ya que se trata de “una
herramienta complementaria que se centra en la locomoción, por lo que la combinación de todas ellas resultaría ideal”.
Tras la experiencia que se vivió con el
primer paciente con párkinson y poca mobilidad, el especialista defiende la necesidad de modificar el futuro ensayo clínico para evitar que los pacientes pasen seis meses lejos de sus casas: “Se busca reducir el tiempo desde que se pone el implante hasta que se supera la
fase de optimización de manera personalizada. Con la inteligencia artificial, se logrará hacerlo en dos semanas. En un mes y medio de rehabilitación el paciente llega a acostumbrarse al implante y ya pueden irse a casa en un
entorno más habitual para iniciar la fase de rehabilitación”.
Martín es consciente que esta innovadora prótesis no estará
aprobada a nivel universal “antes de los próximos
cinco años. Una vez se logren los resultados esperados, se iniciará un ensayo a nivel multicéntrico, en que cada hospital seleccionará a sus propios pacientes y testeará la terapia de manera independiente”. Un horizonte prometedor aguarda a los pacientes con párkinson, y Martín, junto con todo su equipo, aspiran a llegar lo más lejos posible para cambiar la vida de estas personas cuanto antes.
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