9 mar. 2017 12:40H
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Investigadores de la Universidad de Indiana (Estados Unidos) han identificado 24 compuestos, entre ellos la cafeína, con el potencial de estimular una enzima en el cerebro que protege contra la demencia.
El efecto protector de esta enzima, llamada NMNAT2, fue descubierto el año pasado y este trabajo permite ahora desarrollar medicamentos que aumenten sus niveles en el cerebro, creando un "bloqueo" químico contra los efectos debilitantes de este trastorno neurodegenerativo, ha explicado Hui-Chen Lu, que ha dirigido la investigación publicada en ‘Scientific Reports’.
"El aumento de nuestro conocimiento sobre las vías en el cerebro que parecen causar de forma natural la disminución de esta proteína necesaria es tan importante como la identificación de compuestos que podrían desempeñar un papel en el tratamiento futuro de estos trastornos mentales debilitantes", ha explicado Lu.
Anteriormente, Lu y su equipo habían visto que el NMNAT2 desempeña dos funciones en el cerebro, una protectora de las neuronas del estrés y otra función "chaperona", hasta ahora no observada para combatir unas proteínas plegadas por error llamadas tau, que se acumulan en el cerebro formando placas como consecuencia del envejecimiento.
La cafeína ya había demostrado que mejora la memoria en ratones modificados genéticamente para producir niveles de proteínas tau mal pegadas y, para confirmar este nuevo efecto, los investigadores se la administraron a ratones modificados para producir niveles más bajos de NMNAT2. Como resultado, los ratones comenzaron a producir los mismos niveles de la enzima que los ratones normales.
Estas proteínas tau se han relacionado con trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer, Parkinson y la enfermedad de Huntington, y también se han relacionado con otras patologías como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Hallazgo de otros compuestos
Otro compuesto que aumentó fuertemente la producción de NMNAT2 en el cerebro fue el rolipram, un medicamento huérfano cuyo desarrollo como antidepresivo fue interrumpido a mediados de los años 90, pero que sigue siendo de interés para muchos investigadores porque en investigaciones previas ha demostrado que podía reducir el impacto de muchas proteínas en el cerebro.
La ziprasidona, cantharidina, wortmannina y ácido retinoico, son otros compuestos que han demostrado su capacidad de aumentar la producción de la enzima NMNAT2 en el cerebro, aunque no tan fuerte como la cafeína o el rolipram.
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