Uno de los coautores del estudio y vicepresidente de la SEN, Jesús Porta Etessam
El
coronavirus ha llegado a
contagiar a una gran cantidad de personas, llegando incluso a ser capaz de generar
cefalea crónica diaria. Un estudio publicado en la revista
Cephalalgia y llevado a cabo por miembros del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN), analiza la evolución de más de
900 pacientes españoles con coronavirus. Todos estos pacientes presentaban también dolor de cabeza como síntoma de la enfermedad, y cerca del
20 por ciento de pacientes que sufrieron este síntoma en la fase aguda de Covid-19 desarrollaron una
cefalea crónica diaria.
“El
dolor de cabeza es un
síntoma frecuente del Covid-19 y también un síntoma habitual entre personas que han superado la enfermedad, pero apenas se han realizado estudios que nos permitan conocer la evolución de este síntoma a largo plazo. Por esa razón, realizamos este trabajo, en el que hemos incluido a más de 900 pacientes de seis hospitales españoles y estudiamos su evolución durante nueve meses”, explica
David García Azorín, coautor del estudio y Vocal de la SEN.
De los
905 pacientes que participaron en el estudio, la media de edad era de
51 años y el
66,5 por ciento eran
mujeres. Cerca de la mitad de todo este grupo
no tenía antecedentes de cefalea, y aunque la media de duración del dolor de cabeza fue de
2 semanas, en aproximadamente una
quinta parte de los pacientes se volvió
persistente y siguió un
patrón diario crónico: en el 19 por ciento de los pacientes la cefalea durana a los 3 meses y en el 16 por ciento el dolor de cabeza persistía a los 9 meses. Por otra parte, la intensidad del dolor de cabeza durante la fase aguda del coronavirus se asoció con una duración
más prolongada de la cefalea.
El coautor del estudio y vicepresidente de la SEN,
Jesús Porta Etessam, asegura que “observamos que, en los casos en que el dolor de cabeza persiste después de 2 meses, es bastante probable que permanezca presente
a lo largo del tiempo. Y también que, cuando el dolor de cabeza persiste durante un mes, existe un 50 por ciento de probabilidades de que el dolor de cabeza siga presente 9 meses después. Esto muestra la importancia de la pronta evaluación de pacientes con dolor de cabeza persistente después de padecer coronavirus”.
El dolor de cabeza a los 9 meses, similar a la migraña
“Desde la SEN estamos convencidos de que, si en estos pacientes se abordara correctamente este síntoma desde el inicio, se evitarían muchos de los problemas de
cronificación de esta enfermedad. En todo caso, hoy en día,
no existen terapias específicas, por lo que la mayoría de los médicos tratan el dolor de cabeza postCOVID-19 basándose en la similitud de los síntomas con otras cefaleas primarias. Teniendo en cuenta el impacto del dolor de cabeza en la calidad de vida de los pacientes, se necesita urgentemente realizar estudios controlados de posibles tratamientos y de su efectividad”, considera la
Patricia Pozo Rosich, coautora del estudio.
Además de todas estas conclusiones extraídas por parte de los autores, también se observó que, con una elevada frecuencia, los pacientes con cefalea persistente a los 9 meses sufren un
dolor de cabeza con características muy parecidas a la
migraña. Por otra parte, los pacientes con cefalea persistente después de 9 meses son sobre todo
personas mayores, más frecuentemente mujeres, que con menos frecuencia habían padecido neumonía tras sufrir coronavirus, y cuyo dolor de cabeza tiene una intensidad algo más leve, es palpitante, va acompañado de
fotofobia y empeora con la actividad física.
Otra de las conclusiones de este estudio es que, con mayor frecuencia, los pacientes con cefalea persistente a los 9 meses tienen un dolor de cabeza con
características similares a la migraña. Además, los pacientes con cefalea persistente después de 9 meses son sobre todo personas mayores, más frecuentemente mujeres, que con menos frecuencia habían padecido neumonía durante el Covid-19, y cuyo dolor de cabeza tiene una intensidad algo más leve, es palpitante, va acompañado de fotofobia y/o fonofobia y empeora con la actividad física.
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