El
interferón beta es un tratamiento habitual para la
esclerosis múltiple (EM), que reducen las recaídas y ralentizan el deterioro de la función motora. Se cree que
reduce las moléculas proinflamatorias e incluso aumenta la producción de especies antiinflamatorias en los pacientes con EM, pero los investigadores informan ahora han comprobado que reduce la unión de tres componentes -el zinc, el péptido C y la albúmina- a los glóbulos rojos.
Según la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, unos 2,8 millones en todo el mundo padecen
esclerosis múltiple, una
enfermedad autoinmune que daña la vaina de mielina, una capa aislante de proteínas y grasas que envuelve los nervios, lo que provoca un deterioro de la señalización neuronal Los pacientes suelen tener dolor, entumecimiento y problemas de movilidad que empeoran con el tiempo.
Las células que fabrican la mielina son
sensibles al trifosfato de adenosina (ATP)
y al óxido nítrico (NO), moléculas que están presentes en grandes cantidades en la sangre y en las lesiones cerebrales de los pacientes con EM. Los glóbulos rojos pueden liberar NO directamente, pero también pueden estimular la producción de NO en el revestimiento de los vasos sanguíneos mediante la
liberación de ATP.
El NO puede dañar los nervios de los pacientes con EM. El zinc, el péptido C, segregado por el páncreas junto con la insulina, y la albúmina son actores clave en este último proceso, y pueden
adherirse a los glóbulos rojos.
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