La enfermedad por
Covid persistente se está identificando cada vez más debido a la permanencia de síntomas como
dificultades neurocognitivas, fatiga profunda, debilidades musculares y depresión, los cuales durarían entre 3 a 12 semanas después de la
infección con SARS-CoV-2, según un estudio publicado en la revista
Oxford Open Immunology. Este hallazgo abre un puente en el campo de la neurología por las secuelas del virus en el sistema nervioso central (SNC).
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Al principio de la pandemia los expertos anunciaban que el
coronavirus era una enfermedad que tenía como tiempo de duración entre una y tres semanas. Esta realidad, sin embargo, se ha visto opacada por la gran cantidad de casos de pacientes que han experimentado síntomas más allá de ese tiempo, incluso llegando a sufrir
problemas de salud durante más de 12 semanas (un 80 por ciento de pacientes hospitalizados informó que al menos un síntoma duró más allá del primer mes desde el contagio).
"En los últimos años, hemos sido testigos de un aumento en el número de estudios que informan sobre
anomalías inmunitarias, que muestran predominantemente un aumento en la actividad del sistema inmunológico innato, en condiciones como el síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica, fibromialgia, disfunción cognitiva, depresión y otros trastornos de salud mental. La evidencia que respalda la participación del sistema nervioso central (SNC) en la infección por SARS-CoV-2 proviene de estudios que muestran
presentaciones neurológicas, psiquiátricas y neuropsiquiátricas en el contexto de casos confirmados de Covid", explican los autores del estudio en la publicación.
Efectos del SARS-CoV-2 en el SNC
Varias
infecciones virales pueden causar daños importantes a la estructura y función del SNC y dar lugar a la aparición de encefalitis, encefalopatías tóxicas o lesiones desmielinizantes. Esto se ha explicado anteriormente en parte por la capacidad de estos virus de "invadir" el SNC, potencialmente dañando la
barrera hematoencefálica, provocando daño nervioso directo y activando microglia y astrocitos en el cerebro y conduciendo a un efecto proinflamatorio Estado a nivel central.
Se han detectado
transcripciones de ARN del SARS-CoV-2 en una pequeña cantidad de tejidos cerebrales humanos a partir de estudios recientes de autopsias, lo que respalda la idea de que este virus podría afectar el SNC y el tejido cerebral.
Estudios recientes han proporcionado pruebas de la
capacidad neuroinvasiva del SARS-CoV-2 e identificado características patológicas con infiltrados mínimos de células inmunitarias.
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