Josep Maria Canals, profesor del departamento de Biomedicina, Facultat de Medicina i Ciencies de la Salut de la Universidad de Barcelona.
Confeccionar un
cerebro a partir de la
bioimpresión 4D para mimetizar la compleja arquitectura celular y diversidad de las células cerebrales es el
objetivo a tres años vista marcado por el Consorcio europeo
4-Deep Brain Reconstruction. El coordinador de este proyecto es el Institut d'Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (
Idibaps), que aspira a lograr resultados positivos en
ratones para para poder iniciar, en un futuro, un ensayo clínico frente a las
enfermedades neurodegenerativas, empezando por la de
Huntington.
Josep Canals, investigador del grupo Fisiopatología y tratamiento de las enfermedades neurodegenerativas del Idibaps, afirma que el propósito del proyecto puede marcar un antes y un después por lo que respecta a las
terapias celulares: “En estos próximos tres años se ha de demostrar la prueba de concepto, que es el trasplante del cerebro en animales, manteniendo en todo momento
la estimulación de las neuronas para mantenerlas activas. Estás penetrarán a los
circuitos neuronales del cerebro del huésped, integrándose primero al
animal y en el futuro al
paciente”.
En los últimos años ya se han llegado a desarrollar
pequeños cerebros para analizar su comportamiento e intentar trasplantarlos, aunque no se ha logrado el éxito esperado debido a la
falta de conectividad existente entre las células trasplantadas y el cerebro. “La bioimpresión 4D permite colocar las células en el lugar adecuado y hacer
un cerebro más controlado y estandarizado. Esto permite abrir la puerta a nuevas terapias a futuro para enfermedades neurodegenerativas y abordar las zonas más dañadas del cerebro”, confirma el especialista.
"La bioimpresión 4D permite hacer un cerebro más controlado y estandarizado"
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La clave para que este nuevo cerebro tenga éxito se encuentra, según Canals, “en la
estimulación constante de las neuronas para mantenerlas activas. Se realizará un cerebro que tendrá un
sistema sanguíneo propio que se conectará al sistema del ratón, además de tener un
método de estimulación de neuronas para que sigan funcionando dentro de los circuitos neuronales del huésped. Todo ello permitirá que una vez se trasplante el cerebro, las neuronas no morirán al estar estimuladas”.
El boom de la terapia celular, a 5-10 años vista
A lo largo de estos tres años, los investigadores pretenden realizar diferentes pruebas de
comportamiento del propio animal con el trasplante realizado. “Los
modelos de ratón mimetizarán la enfermedad de Huntington, y se realizarán pruebas ópticas y visuales para ver la correcta integración de las células trasplantadas”.
"Los modelos de ratón mimetizarán la enfermedad de Huntington"
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Buscar una nueva cura para la enfermedad de Huntington a través de las terapias celulares es la meta que persigue Idibaps y el propio Canals con la confección de un cerebro capaz de mantener estimuladas las neuronas una vez se realiza el
trasplante. “Es aventurado decir si será un paso inmediato hacia el ensayo clínico, pero no hay duda de que la terapia celular para enfermedades neurodegenerativas en 5-10 años sufrirá un
boom espectacular”.
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