Fachada del Ministerio de Sanidad.
El Gobierno de Canarias ha publicado la ‘Evaluación del programa de cribado de cáncer de pulmón’ que ha llevado a cabo su Consejería de Sanidad junto a la Agencia Gallega para la Gestión del Conocimiento en Salud, a
petición del Ministerio de Sanidad. El documento recalca que el análisis de coste-efectividad ha concluido que el
programa de cribado en cáncer de pulmón con tomografía computarizada de baja dosis de radiación (
TCBD) "no es una opción rentable para el Sistema Nacional de Salud (
SNS)", incidiendo en que acarrearía un "
coste adicional".
"El análisis de la eficacia y seguridad que se realizó en este informe concluyó que el cribado
reduce ligeramente el riesgo de que las personas fumadoras y exfumadoras
mueran por cáncer de pulmón, pero no demostró ningún beneficio en la mortalidad global", argumenta el documento. A su vez, añade que "este tipo de resultados implica realizar
pruebas diagnósticas invasivas que pueden tener ciertos riesgos y tratamientos que no serían necesarios y que no se habrían realizado sin el cribado, lo que aumenta las complicaciones y
efectos secundarios asociados". Y es que una de las consecuencias que tendría la implementación de este cribado sería, tal y como subrayan en el documento, que podría haber "efectos adversos como un elevado número de resultados positivos en personas que no tienen la enfermedad". Es decir, que el informe manifiesta que el SNS se podría enfrentar a
falsos positivos y su correspondiente sobrediagnóstico.
Además, el documento encargado por el ministerio recalca que las estrategias consistentes en dos o tres exámenes de TCBD en la vida a partir de los 55 años obtendrían ratios ligeramente por encima de los
25.000 euros por año de vida. "Las combinaciones de cesación tabáquica y cribado podrían ser coste-efectivas, al obtener una ratio coste-efectividad incremental inferiores al umbral de 25.000 o incluso 21.000 euros", añade el informe. Por otro lado, la
alternativa "menos costosa" de entre las potencialmente eficientes es el
cribado bienal entre los 50 y 70 años, tal y como señala el propio documento. Este programa tendría una ratio coste-efectividad incremental de
34.235 euros por año de vida.
Por lo tanto, el documento sentencia que a pesar de la "necesidad de intervenir sanitariamente" para modificar el
impacto social y económico provocado por el cáncer de pulmón, su cribado se presenta como "no coste-efectivo en la mayoría de supuestos". Es decir, que llevar a cabo ese tipo de programas no sería coste-efectivo para el
Sistema Nacional de Salud.
Ánalisis del impacto presupuestario del cribado
El informe también pone de relieve que la implementación de un programa de cribado en cáncer de pulmón supondría para el sistema sanitario español entre
1.200 y 3.800 millones de euros durante los primeros tres años del programa. "El impacto neto de la estrategia más eficiente, cribado bienal entre 50 y 70 años, se cifra en
2.242 millones de euros", explica el informe.
Pero a este monto habría que añadirle, tal y como aseguran los autores, el
coste de las campañas públicas dirigidas a concienciar a la población de los beneficios de participar en este programa, así como la inversión en equipos de tomografía computarizada (
TC). "Es importante tener en cuenta que la inversión en equoipamientos deberá volver a realizarse una vez se supere la vida útil de los equipos de TC, que se estima en 10 años", recuerda el documento, por lo que ese dinero extra se repetiría cada década, subiendo más el coste de la estrategia de cribado.
Proyecto Cassandra
Además, el propio documento hace referencia al
proyecto Cassandra, liderado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ): "Cabe destacar la existencia del proyecto Cassandra, (...) que tiene como objetivo desarrollar un estudio piloto multicéntrico para evaluar la viabilidad y factibilidad de un programa poblacional de cribado de cáncer de pulmón en España desde el punto de vista de la efectividad y también del coste-efectividad". Tal y como admite el informe, Cassandra puede ser clave para conocer el "
actual rendimiento de los equipos de tomografía computarizada disponibles en el SNS y, por tanto, los requerimientos de nuevos equipos para cubrir la demanda del cribado".
El proyecto pretende mirar más allá del cribado en cáncer de pulmón, ya que con las
calculadoras de riesgo de biomarcadores busca llegar al resto de las
patologías respiratorias. Cassandra comenzó a andar el pasado 28 de abril con un total de 40 hospitales que participarán en el estudio piloto promovido Separ. Los primeros cinco centros que logren el visto bueno de sus comités de ética se encargarán de comprobar todos los procesos necesarios para impulsar el
cribado de cáncer de pulmón de forma correcta.
Por el momento, el Ministerio de Sanidad sigue sin 'lanzarse' a la
financiación de esta iniciativa, amparándose en la necesidad de disponer de evidencia práctica sobre la
capacidad logística del SNS y su relación coste-eficacia.
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