Alertan de que todas las alternativas al cigarrillo convencional siguen siendo dañinas para la salud

Ni electrónico, ni incandescente: los neumólogos dicen no a todo el tabaco
Juan Antonio Riesco y Carlos Jiménez.


20 dic. 2016 12:40H
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Hace una semana, una de las empresas que dominan la industria tabacalera anunciaba el lanzamiento de un nuevo producto. Este híbrido entre el cigarrillo de combustión y el electrónico propone utilizar un filamento incandescente para calentar la nicotina, a diferencia de quemar el tabaco directamente. Dicha compañía alega que este nuevo producto conlleva menor riesgo para la salud que los cigarrillos convencionales y los electrónicos.

Sin embargo, los expertos insisten en que cualquier producto relacionado con el tabaco sigue siendo potencialmente perjudicial y recomiendan cesar su consumo, ya sean cigarrillos convencionales como electrónicos, incandescentes, tabaco de liar o cannabis. “El tabaquismo se mantiene como la primera causa de muerte evitable en España. El consumo de tabaco también supone el mayor factor de riesgo de contraer cáncer de pulmón”, asegura Carlos Jiménez, neumólogo y director del Programa de Investigación Integrada en Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Hay que tener claro que todos los productos relacionados con el tabaco son dañinos para la salud. Estos nuevos sistemas que siguen apareciendo en el mercado no dejan de ser alternativas de la industria tabacalera para hacer frente a la crisis que está viviendo este sector”, añade.

El cáncer de pulmón es la enfermedad más mortal pero no es la única relacionada con el tabaquismo. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) con más de dos millones de enfermos, aunque con una tasa de infradiagnóstico del 73 por ciento, es la cuarta causa de mortalidad en nuestro país, cobrándose 18.000 vidas anuales. Entre un 85 y un 90 por ciento de los casos de EPOC son atribuibles al tabaquismo. En este sentido, todo fumador mayor de 40 años con problemas respiratorios debería visitar a su neumólogo y realizar una espirometría, la prueba diagnóstica más eficaz para detectar la EPOC. Es una prueba sencilla que permite medir la capacidad de respiración del paciente y detectar cualquier posible anomalía.

Financiar el tratamiento para dejar de fumar ahorra gasto sanitario

“Aunque el Sistema Nacional de Salud financia tratamientos contra la EPOC es importante destacar que el único tratamiento verdaderamente efectivo contra esta enfermedad es dejar de fumar. A pesar de existir fármacos que ayudan a abandonar el hábito, estos no están financiados”, explica Juan Antonio Riesco, neumólogo y coordinador del Año Separ 2015-2016 de la EPOC y el Tabaco. A lo que añade: “Esto dificulta y reduce las posibilidades de combatir esta enfermedad de alta prevalencia en España”. Sin embargo, la financiación de los tratamientos para dejar de fumar aunque solo fuera en pacientes con EPOC supondría un importante ahorro en el presupuesto sanitario. Según el estudio ‘Budgetary impact analysis on funding smoking-cessation drugs in patients with COPD in Spain’ llevado a cabo por Separ, un mayor número de fumadores con EPOC dejaría el tabaco y se produciría un importante ahorro económico del gasto social y sanitario, cuya estimación a los cinco años superaría los cuatro millones de euros.

En definitiva, el tabaco representa un problema importante para la salud respiratoria de la sociedad española y para el sistema sanitario. España es líder, a nivel europeo, en fumadores precoces. El 33 por ciento de las chicas entre 14 y 18 años y el 29 por ciento de los chicos de esa edad son consumidores. La edad media de inicio a los cigarrillos se sitúa en 13 años. Los costes sanitarios de tratar enfermedades producidas por el tabaco ascienden a 8.000 millones anuales, además de los costes sociales y de pérdida de productividad. “Dado el escenario actual resulta imprescindible y totalmente necesario aumentar el número de campañas de prevención y concienciación del potencial riesgo que supone consumir tabaco en cualquiera de sus múltiples formatos”, explica Jiménez. “También es muy importante destacar que a nivel médico no existe evidencia científica suficiente como para recomendar las alternativas al cigarrillo convencional como métodos seguros y eficaces para dejar de fumar”, concluye.
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