Francisco García Río, presidente de Separ.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) advierte del estrecho vínculo existente entre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC) y el cáncer de pulmón. Ambas enfermedades tienen como
principal factor de riesgo el tabaquismo, y se ha visto que
padecer EPOC triplica el riesgo de acabar desarrollando un cáncer de pulmón, según ha expuesto en la ponencia Vinculación de la EPOC con el cáncer de pulmón Pablo Antonio Sánchez, neumólogo y miembro de Separ, durante la 3a. Reunión de Invierno de las Áreas Separ, celebrada recientemente.
La EPOC es la tercera causa de muerte en el mundo y un importante problema de salud pública. El tabaco es un factor de riesgo tanto para la EPOC como para el cáncer de pulmón y se ha comprobado que tener EPOC triplica el riesgo de cáncer de pulmón, de modo que un fumador con EPOC también tiene tres veces más riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón frente a un fumador sin EPOC. “Es muy importante conseguir que los fumadores no lleguen a ese punto de desarrollar EPOC, porque la consecuencia es que tienen
más riesgo de muerte y de desarrollar cáncer de pulmón”, ha explicado Sánchez.
La principal medida que se debe abordar para prevenir ambas enfermedades es abandonar el hábito tabáquico
. “Si no hay voluntad, por parte del paciente, hay pocas tasas de éxito. Debemos recordar siempre que
la medida principal para no desarrollar EPOC es dejar el tabaco. Los pacientes pueden ser controlados en este proceso hacia la deshabituación tabáquica, tanto en la Atención Primaria como en los hospitales, por parte de los profesionales de la Neumología”, expone Sánchez.
Dos fenotipos de la EPOC
La EPOC tiene dos grandes fenotipos: la
bronquitis crónica y el enfisema. La bronquitis crónica se caracteriza por tos crónica y expectoración, mientras que el enfisema se caracteriza principalmente por la destrucción del tejido pulmonar. Aunque la bronquitis crónica se puede asociar al desarrollo de cáncer de pulmón, el enfisema es el fenotipo de la EPOC que se asocia a mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
“La inflamación propia de la EPOC/enfisema, la inflamación propia del tabaquismo activo, junto con los mecanismos propios de nuestro organismo que intentan combatir dicha inflamación, provoca
n cambios en el microambiente pulmonar que pueden provocar la aparición de ciertos cambios, como alguna mutación, que pueden derivar en la
aparición de células cancerosas”, explica Sánchez.
Líneas de investigación abiertas
“Desafortunadamente,
no disponemos de ningún tratamiento que logre una regresión de la EPOC”, dice Sánchez. La investigación se centra en procurar
detener o enlentecer el avance de la enfermedad, es decir, que esta progrese hacia formas más graves, además de mejorar los síntomas y la calidad de vida.
Los tumores de pulmón de pacientes con EPOC parecen tener un
perfil inmunológico particular. En ese sentido, se ha observado que la inmunoterapia, un tratamiento que se usa en algunos cánceres, incluyendo el cáncer de pulmón, parece que puede tener una mejor respuesta. Esta inmunoterapia, mediante el
uso de inhibidores de punto de control inmune (ICI, por sus siglas en inglés), potencian nuestro propio sistema inmune para combatir las células cancerígenas.
Actualmente, tanto la inmunoterapia como la quimioterapia son tratamientos que se aplican en las fases avanzadas del cáncer de pulmón, cuando no se puede operar, aunque la
inmunoterapia podría tener un papel en fases más tempranas de la enfermedad, como complemento a la cirugía.
En
pacientes con EPOC, la administración de los ICI ha demostrado mejorar algunos de los indicadores que se utilizan en los estudios del cáncer. En concreto, los ICI han aumentado la
supervivencia libre de progresión (PFS, por sus siglas en inglés) en cuatro o cinco meses más, según se ha comprobado en estudios de los últimos tres años, cuyos resultados se deben confirmar con nuevos estudios.
Otra línea de investigación en marcha es la
quimioprevención. Es decir, encontrar un fármaco capaz de poder frenar o controlar la progresión de la EPOC, y que, a su vez, tenga capacidad antitumoral. En esa misma línea, hay datos que sugieren que los corticoides inhalados, utilizados en muchos pacientes con EPOC, parecen disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
Cribado de cáncer de pulmón en pacientes con EPOC
La
EPOC está muy infradiagnosticada e, incluso, según el estudio de prevalencia de EPOC en España, el EPISCAN II, el infradiagnóstico de la EPOC ronda el 75 por ciento y hay casos que se diagnostican tras diagnosticar primero el cáncer de pulmón.
La
implementación de un programa de cribado de cáncer de pulmón en España, a través del proyecto Cassandra, podría contemplar la detección precoz de casos de EPOC, como anunció Separ recientemente. Además, los pacientes ya diagnosticados de EPOC y enfisema serían buenos candidatos para ser incluidos en este cribado de cáncer de pulmón.
“Un programa de cribado de cáncer de pulmón es más eficaz cuanto mejor se seleccione a la población de riesgo. Esta selección debe basarse en los factores de riesgo que más se asocian al desarrollo de esa enfermedad y los pacientes con
EPOC y enfisema serían candidatos ideales a entrar en un programa de cribado”, explica Sánchez.
“Estos pacientes son población de alto riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón que más se podrían beneficiar del cribado de cáncer de pulmón”, incide. En este sentido, existe una
escala validada para determinar el riesgo de cáncer de pulmón dentro del conjunto de pacientes con EPOC, como es la COPD-LUCSS (siglas en inglés de EPOC y siglas de Lung Cancer Screening Score). La COPD-LUCSS es una escala específica para los pacientes con EPOC, para identificar, dentro de estos, aquellos que tienen más riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.
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