Un estudio analiza cómo influyen ambos en la actividad física de las personas con esta patología respiratoria

Los determinantes sociales en EPOC, tan importantes como los biológicos


8 ene. 2018 12:05H
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POR REDACCIÓN
Los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son sustancialmente menos activos que la población sana debido a la limitación progresiva del flujo aéreo, la alteración en el intercambio de gases, la disfunción del músculo esquelético, la presencia de comorbilidades y el empeoramiento del comportamiento para mantener un estilo de vida saludable.

Sin embargo, mantener una cantidad suficiente de actividad física es fundamental para el pronóstico, la calidad de vida y la mortalidad en estos pacientes. Así, las estrategias de cambio de comportamiento y la aplicación de intervenciones para aumentar la actividad física se han incluido recientemente como punto importante y complementario en el tratamiento de los pacientes con EPOC.

Judith Garcia-Aymerich, epidemióloga en enfermedades respiratorias del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha liderado un estudio donde se evaluó, por primera vez, los factores sociales y ambientales que determinan la actividad física de las personas con EPOC.

Este estudio ha aportado datos sobre los determinantes no biológicos de la actividad física en pacientes con EPOC “que podrían representar nuevas aproximaciones complementarias en el tratamiento de esta enfermedad”, destaca Ane Arbillaga, miembro del Área de Fisioterapia Respiratoria de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Separ.

El trabajo de investigación ha descrito tres dimensiones principales: desigualdad social, relaciones interpersonales y características de la vecindad. En los pacientes con EPOC, hasta ahora, solo se había investigado la desigualdad social como un determinante potencial de la actividad física, sin obtener resultados consistentes.

Sin embargo, las relaciones interpersonales –tales como sacar al perro a pasear o el rol de cuidar a los nietos– no habían sido previamente investigados a pesar de su potencial para modificar el comportamiento de la actividad física.

La cercanía de zonas verdes no incide en el nivel de actividad física

Mientras que en la población general se ha comprobado que la proximidad de la vivienda a parques o paseos marítimos, la cantidad de los espacios verdes que hay alrededor o el nivel alto de seguridad del barrio se han asociado a mayores niveles de actividad física, estos factores no se habían estudiado en pacientes con EPOC.

Según Elena Gimeno-Santos, una de las investigadores del estudio y vocal del Área de Fisioterapia Respiratoria de Separ, “hemos constatado que, en los pacientes con EPOC, las relaciones interpersonales como cuidar de los nietos o sacar a pasear el perro están asociadas con más actividad física y de mayor intensidad. Sin embargo, tener espacios verdes cerca de casa no se ha asociado con la práctica de actividad física de esta cohorte de pacientes”.

Los puntos fuertes del estudio son la novedad del enfoque, incluyendo las variables socio-ambientales individuales y comunitarias, el uso de una medida objetiva de actividad física mediante acelerometría que evita la mala clasificación de esta variable, y la amplia distribución de los pacientes en los grados de gravedad de la EPOC.

“El reclutamiento de pacientes en centros de Atención Primaria y terciaria añade validez externa a nuestro estudio, como lo demuestra el hecho de que nuestros pacientes muestran menor gravedad de la enfermedad que la observada en anteriores ensayos clínicos, y es similar a la de otra población base con EPOC de centros de Atención Primaria”, puntualiza Arbillaga.

Caminar con el perro o cuidar de los nietos se asociaron de forma significativa con un aumento del tiempo de actividad física de moderada a vigorosa, de 18 y 9 minutos al día, respectivamente. Garia-Aymerich explica que los resultados del estudio “proporcionan información nueva y original para ayudar a mejorar la actividad física de los pacientes con EPOC en el contexto clínico, destacando el potencial de las relaciones interpersonales como determinante del comportamiento”.

Preguntar a los pacientes acerca de sus deberes familiares o las preferencias de tiempo libre puede ayudar a los profesionales de la salud a personalizar, adaptar y optimizar las recomendaciones de actividad física. En pacientes con diabetes, por ejemplo, se ha reconocido la necesidad de fomentar actividades como las mencionadas, que promueven el compromiso regular para realizar ejercicio físico y se adaptan, de forma natural, al día a día del paciente.

Los hallazgos del trabajo también indican que las recomendaciones clínicas de EPOC deben incluir factores sociales y ambientales como parte de la evaluación médica básica. Aunque los resultados del estudio indican que la proximidad a espacios verdes no está asociada con la actividad física de los pacientes, estos espacios urbanos podrían ser utilizados como parte de una estrategia complementaria para promover la actividad física en pacientes con EPOC.
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