Eva de Higues, Carlos Rábade y Mayte Ramírez.
En la previa del
Día Mundial sin Tabaco, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (
Separ) ha puesto de relieve la importancia de las
unidades de tabaquismo en los centros hospitalarios del
Sistema Nacional de Salud (SNS). Y es que, tal y como ha afirmado
Carlos Rábade, coordinador del Comité Ejecutivo del Área de Tabaquismo de Separ, en la última década ha habido un
incremento de consultas sobre el consumo del tabaco: “Por unidad, hemos registrado unas cien primeras consultas al año. Y, tras esta sesión inicial, las consultas han incrementado hasta las
mil por unidad de tabaquismo”.
Carlos Rábade, coordinador del Comité Ejecutivo del Área de Tabaquismo de Separ
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Debido a este aumento de las consultas sobre el tabaco, Separ reclama a los gestores hospitalarios y autoridades sanitarias que
refuercen estas unidades de tabaquismo. Según Rábade, es necesario
añadir horas de consulta, dotar de profesionales sanitarios y recursos materiales. Con este refuerzo confían en ofrecer una calidad asistencial mejor y poder dar soluciones al espectro poblacional que fuma y pretende dejar el consumo.
Es por ello que desde la sociedad médica animan a los hospitales y Administraciones a que den el paso para crear en sus centros asistenciales estas unidades.
Mejorar las existentes y crear nuevas son las dos líneas de actuación que los neumólogos españoles están llevando a cabo. “A las gerencias no les gusta que les quitemos su acreditación. Por lo que nosotros, como Separ, les aconsejamos y facilitamos documentación para que puedan crear y fortalecer sus propias unidades de tabaquismo”, explica
Mayte Ramírez, directora del Comité de Calidad de la sociedad médica.
Mayte Ramírez, directora del Comité de Calidad de la sociedad médica.
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Unidades de tabaquismo para una atención personalizada
Por otro lado, gracias a estas consultas, los pacientes cuentan con una
asistencia individualizada, según argumenta Rábade. Es decir, que el facultativo puede realizar un proceso diagnóstico a la persona fumadora y le pasa una serie de cuestionarios para reflejar, entre otros aspectos, su
dependencia a la nicotina y si tiene una intención real de dejar de fumar. “También les hacemos unas pruebas, como puede ser la
espirometría, con la que estamos encontrado pacientes con
EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) en las unidades de tabaquismo”, señala Rábade.
Con todos esos resultados, el neumólogo incide en que al paciente se le ofrece un tratamiento basado en el
asesoramiento psicológico y en fármacos para dejar de fumar, con el posterior seguimiento. “Como mínimo, el seguimiento se tiene que realizar entre unas cuatro y
ocho visitas, que van
desde seis meses hasta un año como mínimo. Ese es el protocolo a seguir”, explica Rábade.
Y es que, según añade
Eva de Higes, directora de la revista
Prevención del Tabaquismo, estas unidades permiten al profesional “tener claro” cuáles son las actitudes y acciones que deben tener los sanitarios y cuáles son los “requisitos básicos” para poner en marcha estas áreas.
Actualmente, el sistema sanitario español cuenta con un total de
42 centros acreditados por Separ. Una cifra que la propia sociedad médica espera que se extienda de manera homogénea hasta llegar al último hospital del Sistema Nacional de Salud. “Lo ideal sería contar con
una unidad de tabaquismo en los Servicios de Neumología de todo el país. Pero, aunque cueste que las gerencias pasen a montarla, creemos que deberían ser
obligatorias para asegurar al ciudadano un trato igual en toda España”, reclama Ramírez.
Eva de Higes, directora de la revista Prevención del Tabaquismo.
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Refuerzo legislativo contra el tabaco
Por último, los tres ponentes han manifestado la “imperiosa”
necesidad de actualizar la ley antitabaco, argumentado que las normas legislativas publicadas en el año 2005 primero y en el 2010 después han quedado “obsoletas”. “Hemos visto que las leyes antitabaco tuvieron un impacto, aunque no todo lo deseado. Pero ese impacto ha perdido toda su fuerza. La legislación actual está obsoleta y no legisla sobre las
nuevas formas del consumo de tabaco”, afirma de Higes.
Según apunta de Higes, alrededor del
30 por ciento de la población española fuma a diario, y la población adolescente de entre 14 y 18 años, la incidencia del consumo de tabaco es de un 10 por ciento. “Necesitamos más
medidas de abordaje y prevención”, ratifica.
Un momento durante la jornada organizada por Separ.
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