María Blasco, directora del CNIO.
30 ene. 2018 13:20H
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Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha logrado en ratones curar la fibrosis pulmonar idiopática mediante una terapia génica que alarga los telómeros, unas estructuras de proteínas situadas en los extremos de cada cromosoma cuyo acortamiento progresivo se considera un indicador de envejecimiento del organismo.
El hallazgo, según detallan los autores en la revista 'eLife', es una prueba de concepto de lo que puede conseguirse con la activación de la única enzima capaz de alargar los telómeros, la telomerasa, y han visto que representa un tratamiento efectivo contra una enfermedad que por ahora no tiene cura.
"Es la primera vez que se aborda el tratamiento de la fibrosis pulmonar como el de una enfermedad asociada a la edad, buscando rejuvenecer los tejidos afectados", ha destacado María Blasco, directora del CNIO y principal investigadora del estudio.
Los únicos tratamientos para la fibrosis pulmonar aprobados actualmente atacan un síntoma de la enfermedad y no la causa. Pero en este caso, ha añadido Paula Martínez, coautora del estudio, la terapia se basaba en corregir la causa molecular de la fibrosis pulmonar en pacientes con telómeros cortos, introduciendo la telomerasa en las células del tejido pulmonar dañado.
Los telómeros son como una especie de capuchones que protegen la integridad del cromosoma cuando la célula se divide. Pero solo tienen esa función protectora cuando son largos ya que, cuando se acortan demasiado, la célula dañada deja de dividirse, y eso impide la regeneración del tejido. Los telómeros cortos se asocian con el envejecimiento -a más edad del organismo, más divisiones celulares y más acortamiento telomérico- y también con diversas enfermedades. Y ña fibrosis pulmonar, que afecta a unas 8.000 personas en España, es una de ellas.
En este caso, el tejido del pulmón desarrolla cicatrices que provocan una pérdida progresiva de la capacidad respiratoria. Los tóxicos ambientales juegan un papel importante en su origen, pero se sabe que debe haber también un daño telomérico para que la enfermedad aparezca. Los pacientes de fibrosis pulmonar tienen telómeros cortos tanto si la enfermedad es hereditaria -se da en la familia- como si no. Y la explicación más probable es que cuando los telómeros se vuelven muy cortos el daño en la célula activa un 'programa de reparación' que induce a la formación de cicatrices, y éstas a la fibrosis.
Cinco años de investigaciones
Ante esta situación, el Grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO, liderado por Blasco, decidió hace unos cinco años abordar el problema, empezando por crear un modelo animal que reprodujera fielmente la enfermedad humana. El modelo más usado hasta entonces era un ratón al que se le provocaban lesiones pulmonares mediante un compuesto tóxico, la bleomicina, en un intento de reproducir el daño ambiental. Pero en estos animales la enfermedad remite por sí sola en pocas semanas y no se producía acortamiento en los telómeros.
Tras conseguir el modelo de ratón adecuado, en 2015, en el que el daño ambiental se suma al producido por telómeros cortos, han visto que activar la enzima telomerasa para que alargue los telómeros en el tejido pulmonar puede ser una estrategia terapéutica efectiva. Solo tres semanas después del tratamiento los animales enfermos "mostraron una función pulmonar mejorada y menos inflamación y fibrosis". Y dos meses después del tratamiento la fibrosis había "mejorado o desaparecido".
Un taxi genético
El tratamiento ha consistido en introducir el gen de la telomerasa en las células del tejido pulmonar mediante terapia génica. Los investigadores primero modificaron un virus inocuo para los humanos (vectores) de modo que su material genético incorporara el gen de la telomerasa, y después inyectaron esos vectores en los animales.
Los animales recibieron una única inyección de este 'taxi genético', que permite revertir el proceso fibrótico en los modelos animales de la enfermedad, ha añadido Juan Manuel Povedano, lo que además sugiere que podría ser efectiva en pacientes humanos, abriendo un nuevo camino hacia el tratamiento de esta enfermedad".
El trabajo ha sido realizado en colaboración con la experta en terapia génica Fàtima Bosch, de la Universidad Autónoma de Barcelona, con quien se darán también los primeros pasos para acercar esta terapia a su uso en humanos. "La estrategia ideada por el grupo del CNIO es muy esperanzadora, estamos aún lejos de llegar a la clínica, pero lo primero es preparar los mejores vectores para la terapia en humanos, y eso ya lo estamos desarrollando", ha destacado.
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