Claudia Valenzuela, Jesús Fernández, Miren Begoñe Salinas, Jacobo Sellarés y María Molina en la Reunión de Invierno de Separ.
Las guías clínicas de la
fibrosis pulmonar idiopática (FPI),
fibrosis pulmonar progresiva (FPP) y
sarcoidosis han sufrido importantes
cambios en los últimos años y se han expuesto en la 29ª Reunión de Invierno conjunta de
Separ. Una de las novedades más llamativas es que la
criobiopsia es actualmente una
alternativa válida frente a la
biopsia quirúrgica para el diagnóstico en la FPI, además de que se deja de recomendar la
medicación antiácida para mejorar la evolución respiratoria del paciente.
Jesús Fernández, neumólogo del Hospital de Guadalajara, detalla que la criobiopsia es una opción tan válida en el diagnóstico como la biopsia quirúrgica.
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En la mesa acerca de la actualización de guías de práctica clínica han participado
Jesús Fernández, neumólogo del Hospital Universitario de
Guadalajara;
Miren Begoñe Salinas, neumóloga del Hospital Universitario de
Basurto; y
Jacobo Sellarés, consultor del Servicio de Neumología del
Hospital Clínic de
Barcelona. Por otra parte, la sesión ha sido moderada por
Claudia Valenzuela, miembro del área EPID; y
María Molina, directora para el PII de EPID.
Diagnóstico con criobiopsia, válida frente a la FPI
Por lo que respecta al abordaje de la FPI en la
29ª Reunión de Inviero de Separ, Fernández expone que la
criobiopsia se convierte en una nueva alternativa real a la
biopsia quirúrgica que se ha añadido a guía actual. “En la guía de 2018 no se pudo establecer
ninguna recomendación debido a que había tantos especialistas a favor como en contra. El estudio más relevante,
Coldice, un comité multidisciplinar trató a 65 pacientes con los dos métodos, y en la revisión clínica se demostró una
concordancia entre ambas para el diagnóstico en la fibrosis pulmonar”. Así pues, las guías actuales sugieren que la
criobiopsia es una alternativa válida a la
biopsia quirúrgica en el diagnóstico fisiológico de la fibrosis pulmonar, y el especialista resalta que “
Separ es pionera en este aspecto, ya que estableció esta alternativa en el diagnóstico de la enfermedad, colocándola parcialmente al mismo nivel que la biopsia quirúrgica”.
Por otra parte, no se ha establecido una
confirmación histológica en las nuevas guías por el que respecta al patrón de neumonía intersticial usual (
NIU). “A través de un clasificador genómico, se analizaron si hay
genes sobrerepresentados con el patrón NIU o, por el contrario, predominan los que no tienen este patrón. La sensibilidad está en torno al
60 por ciento, por lo que
no hay evidencia suficiente para recomendarla, además de que es una prueba que no está disponible en muchos centros”, afirma el especialista.
Fernández: "No hay estudios estratificados para confirmar la medicación antiácida en los pacientes con FPI"
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Jesús Fernández, neumólogo del Hospital Universitario de Guadalajara.
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En las guías de 2015, se recomendaba que los pacientes con FPI deben ser tratados con
medicación antiácida para mejorar su evolución respiratoria, y el neumólogo afirma que ahora “se sugiere
todo lo contrario. No hay estudios estratificados para confirmar el reflujo, debemos valorar variables críticas como la mortalidad, la función pulmonar, etc. El estudio más importante sobre este aspecto,
Aesto, afirmó que no hay diferencia entre los pacientes que recibieron el tratamiento y los que no a nivel de supervivencia libre de progresión ni mortalidad”.
Nitedanib coge impulso frente a la FPP
“Se debe empezar a usar un
nuevo término para la enfermedad pulmonar intersticial difusa (
EPID)
fibrosante progresiva, y es el de
fibrosis pulmonar progresiva (
FPP)”. Este cambio de nomenclatura es una de las principales novedades de las nuevas guías clínicas anunciado por
Miren Salinas, para hacer referencia a un grupo de enfermedades que comparten características clínicas comunes radiológicas y funcionales.
La definición de FPP se basa en la combinación de, al menos, dos de los siguientes criterios ocurridos en el último año sin explicación alternativa en un paciente con una EPID distinta a la fibrosis pulmonar idiopática (FPI): El
empeoramiento de los síntomas y la
progresión radiológica y fisiológica.
Salinas: "Nintedanib debe usarse en pacientes que ha fracasado el tratamiento estándar frente a enfermedades pulmonares intersticiales fibróticas"
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Miren Begoñe Salinas, neumóloga del Hospital Universitario de Basurto.
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Por otra parte, un fármaco abre el camino para el tratamiento de pacientes con esta enfermedad, como es el
nintedanib. “Hasta ahora no teníamos ningún fármaco para FPP hasta el surgimiento de este. En la práctica clínica habitual los pacientes reciben inmunosupresores y con grandes efectos secundarios. En la nueva guía se establece que nintedanib debe usarse en pacientes que ha
fracasado el tratamiento estándar frente a las enfermedades pulmonares intersticiales fibróticas, distinta a la FPI”, concreta la especialista. Otro fármaco que ha logrado resultados notables pero que aún no se puede recomendar es
pirfenidona, debido a que, en palabras de Salinas, “se sugiere realizar más investigaciones para conocer su eficacia y seguridad”.
Se debe abordar las sarcoidosis "siempre que exista un peligro"
Finalmente, la última sesión ha estado relacionada con las últimas novedades de la práctica clínica de las
sarcoidosis impulsadas por el Comité de Tos Crónica de la Sociedad Respiratoria Europea (
ERS Task Force), en la que Sellarés ha explicado que “existen importantes cambios a nivel terapéutico, y ahora se sigue el formato Grade, que diferencia la recomendación y la evidencia. Existen
algoritmos codificados por colores para indicar la calidad de la evidencia y apoyar la recomendación”.
Sellarés: "La tercera línea de tratamiento debe ser el biológico frente a la sarcoidosis"
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Jacobo Sellarés, consultor del Servicio de Neumología del Clínic de Barcelona.
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Una de las grandes dudas de las sarcoidosis es saber
cuáles realmente se tienen que
tratar. En este aspecto, el especialista es claro y afirma que “se debe abordar
siempre que exista un peligro, cuando el órgano afectado creemos que va a fallar y tendrá una lesión irreversible, o bien cuando la calidad de vida del paciente se deteriora. Si no ocurren estas situaciones, deberíamos hacer más observación”.
A la hora de tratar la enfermedad, el especialista diferencia
varias soluciones dependiendo del riesgo que tenga el paciente de que la
enfermedad empeore. “Cuando la calidad de vida empieza a empeorar, la primera opción es el uso de
corticoides. Si hay una buena respuesta, se pueden eliminar en un tiempo razonable de seis meses. Si el paciente sigue empeorando, se deben usar los
inmunosupresores, y si las cosas no van bien, la tercera línea de tratamiento debe ser el
biológico, añadiendo los inmunosupresores y los corticoides”.
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