Según datos de 2021, el sistema sanitario detectó 24.203 casos, un 33% más

El ministro de Sanidad, José Manuel Miñones.
El ministro de Sanidad, José Manuel Miñones.


20 jun. 2023 14:00H
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El Ministerio de Sanidad ha hecho un llamamiento al conjunto de las comunidades autónomas para que recurran a la historia clínica como mecanismo para notificar las situaciones de violencia machista detectados en las consultas, ya actualmente hay tres territorios que únicamente lo reflejan en los partes de lesiones. Esta nueva directriz llega después de que los casos identificados por los médicos se hayan disparado un 33 por ciento en el año 2021 hasta alcanzar un total de 24.203.

La recomendación se ha incorporado como una de las conclusiones del borrador del Informe Anual Violencia de Género que el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, presentará a los consejeros en la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) que se celebrará el próximo viernes, según ha podido saber Redacción Médica.

El Gobierno ha remarcado en el documento que la historia clínica es la herramienta de trabajo idónea para que los equipos de profesionales sanitarios puedan seguir “adecuadamente” los procesos de salud-enfermedad de cada persona, entre ellos la “sospecha o caso de violencia contra las mujeres”. Mientras que el parte de lesiones constituye un “complemento de información asociado” que aporta información sobre episodios concretos de maltrato.

Actualmente la notificación vía historia clínica está presente en 14 comunidades autónomas, que alcanzan al 64,9 por ciento de la población nacional. Mientras que Andalucía, Castilla y León, Galicia, Ceuta y Melilla únicamente comunican los casos a través de los partes de lesiones, lo que representa el 28,1 por ciento restante. Además, tanto Asturias como Cantabria reportan los datos al Ministerio de Sanidad por ambas vías.

El seguimiento en salud debe hacerse a través de la historia clínica y del CIP de la mujer o del CIP de sus hijas e hijos como víctimas también de ese maltrato”, ha concluido el borrador del informa al que ha tenido acceso este periódico.


Los médicos y enfermeros detectan un 33% más de violencia


Más allá de las recomendaciones particulares, el informe también ha servido para conocer el impacto actual de la violencia machista en España. A lo largo de 2021, los profesionales sanitarios han identificado en los centros 24.203 casos a través de los diferentes canales de comunicación, lo que representa un 33 por ciento más que en el ejercicio anterior cuando se alcanzaron los 18.096.

Los casos detectados a través de las historias clínicas han repuntado un 115 por ciento. Los autores del informe han atribuido este fenómeno al impacto de la pandemia de Covid-19 que mermó las posibilidades de acudir al médico durante el año anterior debido a los confinamientos y las restricciones de movilidad. “Durante 2021, aunque las distintas olas pandémicas siguieron produciéndose, la vida en España empezó a retomar su ritmo habitual”, han apostillado.

Sin embargo, los casos detectados a través de los partes de lesiones si que han disminuido un 25 por ciento en comparación con 2020. Un resultado que podría interpretarse como una “caída en el número de agresiones con repercusiones graves o que las mujeres puedan dar una mejor importancia a las agresiones sufridas y acudan a los centros de salud”, según los analistas de Sanidad.

La mayor parte de los casos han sido detectados a través de los servicios de Atención Primaria que concentra entre el 77,9 y el 66,9 por ciento de los informes totales del Sistema Nacional de Salud (SNS), mientras que el resto corresponde a las diferentes áreas hospitalarias. 12 comunidades han incluido en las cifras también las situaciones reportadas desde las áreas de Urgencias, mientras que otras 5 han sumado los datos de los profesionales de salud mental.


La violencia machista en España


El Informe Anual Violencia de Género también ha permitido ahondar en el perfil más golpeado por la violencia machista. Según los datos recabados por los médicos y enfermeros, las mujeres adultas de entre 20 y 40 años de edad son las que presentan las mayores tasas. Además de las españolas, esta lacra también ha afectado con fuerza a las mujeres de otras nacionalidades. Las procedentes de países andinos, de Marruecos y de otros territorios con bajos ingresos son las más damnificadas.

En los casos recogidos mediante historia clínica, el tipo de maltrato más habitual es la violencia psicológica (31 por ciento), seguido de la física (26 por ciento). Sin embargo, en los servicios hospitalarios las agresiones físicas sí que son las más comunes (40 por ciento), frente a las psicológicas (27 por ciento de los casos).

Esta tendencia todavía se ve más exacerbada en las notificaciones realizadas a través de los partes de lesiones. En este caso, un 60 por ciento de los de Atención Primaria son de carácter físicos, mientras que un 51 por ciento es psicológica. Mientras que los profesionales hospitalarios han identificado hasta un 75 por ciento de físicos, frente a un 38% de psicológicos.

Los datos del informe también dedican un capítulo a la violencia sexual que se ha identificado en una horquilla de entre el 2,3 y el 11,3 por ciento de los casos en función de cada nivel asistencial. Mientras un importante número de mujeres víctimas estaban embarazadas en el momento de acudir a la asistencia médica. El porcentaje fluctúa entre un 1,7 y un 3,4 por ciento de las ocasiones.


Sanidad mejora su modelo de detección de violencia


Más allá de la petición de unificar el sistema de historiales clínicos, el Ministerio de Sanidad también ha emitido una serie de recomendaciones para ayudar a los profesionales sanitarios a combatir el impacto de la violencia contra las mujeres. Mejorar los procesos de control de duplicados, redoblar los esfuerzos para recopilar indicadores como la duración del maltrato, la relación con el agresor, la situación laboral o el embarazo también forman parte de las claves.

Además, el equipo de Miñones ha hecho un inciso para pedir a los servicios de salud que integren al pediatra en los equipos multidisciplinares encargados de abordar este fenómeno. El objetivo es que este profesional pueda identificar los casos de maltrato infantil para determinar la relación de posible violencia contra la madre. Actualmente 
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