El exministro de Sanidad, José Miñones.
José Miñones se despide definitivamente del
Ministerio de Sanidad. La composición del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez ha dejado al farmacéutico gallego fuera del gabinete para dar paso en su lugar a
Mónica García, como parte del cupo que ostenta Sumar. La decisión ha puesto fin a un
mandato de 237 días desde que el dirigente socialista se hizo con el cargo en sustitución de Carolina Darias. Durante este tiempo, su paso por la cartera ha estado condicionado por el
amplio periodo en funciones que se inició con la convocatoria de las elecciones generales del 23-J, pero que no ha impedido que pudiera materializar algunas políticas con identidad propia. La nueva
especialidad de Urgencias, la regulación del
derecho al olvido, el
Plan de Salud Bucodental o la suspensión de las restricciones de la pandemia de Covid-19 han sido algunas de las iniciativas que figurarán como parte de su legado.
En su primera aparición pública en la sede ministerial, Miñones ya anunció su intención de mantener
una política “continuista” en relación a la trayectoria de su antecesora. De ahí, que uno de los cambios más importantes que se han fraguado desde su dirección haya sido la aprobación de
la nueva especialidad MIR de Medicina de Urgencias y Emergencias, que llevaba a varios meses gestándose. Tras un periodo de audiencia pública, el Gobierno aprobó a principios de septiembre esta nueva rama de la
Formación Sanitaria Especializada (FSE) que afectará a la cantera de futuros facultativos en varias disciplinas.
La construcción de la norma no solo implicaba el reconocimiento de las labores que realizan actualmente estos profesionales en el Sistema Nacional de Salud (SNS), sino que también plantea un modelo concreto de acreditaciones. Entre las grandes novedades, figura la
pasarela formativa que permitirá a los médicos de Familia acceder al título mediante la comprobación de su experiencia y tras superar una prueba de evaluación. Una posibilidad que el equipo de Miñones ha dejado abierta
tanto al sector público como al privado, tal y como adelantó
Redacción Médica.
El derecho al olvido del paciente oncológico
Otra de las medidas estrella del ya exministro ha sido la
regulación del derecho al olvido para los supervivientes de cáncer. Se trataba de uno de los compromisos con los que la candidatura socialista se presentó a los comicios generales y que aprobaron in extremis en la batería de iniciativas que se tramitaron de urgencia en la
Comisión Permanente del Congreso de los Diputados a finales de julio. La nueva norma contempla, por ejemplo, la prohibición de impedir el acceso a préstamos hipotecarios para los pacientes tras
cinco años sin recaídas y declara nulas este tipo de
cláusulas dentro de los servicios que ofrecen los bancos.
Miñones también pasará a la historia como el ministro que decretó el
final de la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de Covid-19. Aunque buena parte de las medidas ya se habían flexibilizado en los meses previos a su llegada al Ministerio de Sanidad, fue el dirigente gallego quien hizo decaer las últimas normas, como el
uso obligatorio de la mascarilla en los centros sanitarios o las farmacias, para cumplir con el nuevo escenario epidemiológico establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). También bajo su gestión, se autorizó
la vacuna española de Hipra, aunque ha quedado algo relegada por otros preparados de tipo monovalente en esta fase evolución del coronavirus.
En el plano de la asistencia sanitaria, el ministro ha dejado también varias reformas de calado como la ampliación del
Plan de Salud Bucodental para garantizar la cobertura de los
niños de entre 0 y 5 años o de los pacientes oncológicos afectados en la
zona cérvico-facial dentro de la sanidad pública. Además, también
se ha reforzado la población diana de la campaña de la gripe de invierno para dar cabida a los fumadores, que a partir de ahora figuran entre los llamados a recibir la inyección junto con los pacientes de riesgo o las personas mayores. O se han desplegado los fondos para reformar las
infraestructuras de Atención Primaria.
Los retos pendientes en el Ministerio de Sanidad
Más allá de estas políticas desplegadas, el margen de siete meses al frente del Ministerio de Sanidad ha impedido a Miñones culminar algunas de las iniciativas que todavía siguen en marcha y que ahora pasarán directamente a ser responsabilidad de Mónica García. Entre los deberes pendientes figura el de culminar la segunda parte de
la reforma del Estatuto Marco que quedó suspendida por la falta de acuerdo con los sindicatos en asuntos como la edad de exención de las guardias médicas, abordar las medidas para desbloquear la
huelga de médicos en Ceuta y Melilla o aprobar el nuevo informe sobre el
uso de cannabis medicinal encomendado a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
Paralelamente, la nueva responsable de la cartera deberá aportar su granito de arena en a la configuración de los
Presupuestos Generales del Estado (PGE) si quiere sacar adelante sus inversiones públicas en el sector salud. La demora provocada por la investidura ha dejado un margen más corto al Gobierno para tramitar el proyecto en el Congreso, aunque el plan presentado a Bruselas ya anticipa que
el gasto sanitario podría rondar el 6,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Esta inversión personalizada es una de las armas con las que no ha podido contar Miñones que en su etapa ha tenido que trabajar con las cuentas heredades de la anterior titular.
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