Exterior del Ministerio de Sanidad.
La
vigilancia en salud pública no cuenta con los recursos suficientes y hay grandes diferencias entre las comunidades autónomas. El Ministerio de Sanidad acaba de publicar el 'Estudio del marco de
recursos humanos y formación en la vigilancia en salud pública en el Sistema Nacional de Salud' donde subraya los retos pendientes y las áreas de mejora que se pueden aplicar como
un sistema retributivo para las guardias.
En este sentido, la
pandemia del Covid-19 puso contra las cuerdas a los sistemas sanitarios de todo el mundo y mostró la importancia de la vigilancia en
salud pública, así como la necesidad de dotar los sistemas de vigilancia con
personal capacitado, un aspecto clave para garantizar una respuesta efectiva ante situaciones de riesgo para la salud de las personas.
"La información existente sobre los
recursos humanos en vigilancia en España es escasa. Los estudios previos muestran que el número de profesionales dedicados a vigilancia
varía considerablemente entre las comunidades autónomas y ciudades con estatuto de autonomía (CCAA). El perfil y la formación de los profesionales que trabajan en vigilancia, así como otros aspectos tales como el reconocimiento de la carrera profesional, las retribuciones o la categorización del personal de salud pública muestra también
una elevada variabilidad entre territorios", explican en este documento.
Por lo tanto, para llevar a cabo una
reforma efectiva de las estructuras de vigilancia hay que tener un conocimiento detallado de la situación actual de los recursos humanos dedicados a esta área en el SNS y es el motivo principal del estudio. Tras el análisis, el departamento que lidera
Mónica García ha indicado que no se dispone ni a nivel autonómico ni a nivel estatal de un plan para la ordenación de los recursos humanos dedicados a vigilancia en salud pública. En cuanto a los puestos de salud pública dedicados a la vigilancia,
se cifran en un 11 por ciento, pero con grandes diferencias entre territorios.
Concretamente, sin contabilizar las plazas vacantes, hay
1,68 plazas de VSP por 100.000 habitantes en las CCAA. En el nivel autonómico el 17,6 por ciento de las plazas de VSP en 2022 estaban vacantes. De las plazas ocupadas el 75,1 por ciento eran plazas cubiertas y dotadas,
12,4 por ciento cubiertas sin dotar y el 12,3 por ciento cedidas.
Otros datos curiosos que han propiciado recomendaciones es que el
69,6 por ciento del total de plazas de vigilancia para salud pública en las comunidades estaban
ocupadas por mujeres, siendo la edad media de las profesionales 56 años en las plazas cubiertas dotadas, 42 años en las plazas cubiertas sin dotar y 46 años en las cedidas.
Recomendaciones en vigilancia de salud pública
Sobre las guardias en vigilancia en salud pública son contundentes en sus recomendaciones: "Es necesario instaurar un
sistema retributivo para las guardias de vigilancia en salud pública en todas las CCAA y que éstas sean de 24/7/365". De hecho, también recogen la necesidad de instaurar la carrera profesional en las CC. AA. y en la Administración para el personal sanitario que trabaja en vigilancia en salud pública y que ésta sea similar entre el régimen estatutario y funcionario. Es una medida, entre otras,
para atraer personal a las unidades de la AGE y autonómicas para el desarrollo del trabajo de vigilancia en salud pública mejorando las condiciones de trabajo
equiparándolas a las de los profesionales que trabajan en los servicios de salud.
Ahora mismo, Sanidad afirma que
"desconoce el porcentaje ideal" de los puestos de salud pública que deberían ser destinados a vigilancia, pero este porcentaje debería ser similar en todos los territorios: "Es necesario seguir incorporando nuevos profesionales de VSP adecuadamente formados para garantizar el recambio generacional, ya que
cerca del 30 por ciento de las plazas dotadas y ocupadas están cubiertas por personas de más de 60 años que se jubilarán en los próximos años".
Por último, este estudio también resalta el carácter
multidisciplinar de la vigilancia de salud pública y, por lo tanto, la necesidad de fomentar la multidisciplinariedad de perfiles profesionales a través de formación específica de posgrado en áreas relevantes como un
Máster universitario en Salud Pública o equivalente (>1.000 horas), Máster en Investigación para CS o Bioestadística, Programas de Epidemiología aplicada como era el desaparecido PEAC en España o el EPIET o MedIEPIET en Europa, así como el Diploma en Salud Pública.
"Es necesario implementar en todas las CCAA
rotaciones de los MIR de Medicina Preventiva y Salud Pública, así como de otros perfiles profesionales susceptibles de realizar tareas de vigilancia, con el propósito de ampliar el número y diversidad de profesionales que adquieren conocimiento y experiencia en las labores desempeñadas en VSP. Esto permitirá
fortalecer el entendimiento y la colaboración interdisciplinaria", sostienen.
Por ello, tanto en las comunidades como en el nivel central, es necesario impulsar la
elaboración de planes de formación continuada integrales para fortalecer la capacitación del personal en VSP, así como la actualización de conocimientos y habilidades en línea con las últimas tendencias en salud pública, proporcionando a los profesionales las herramientas necesarias para
enfrentar los desafíos emergentes en el campo de la vigilancia en salud.
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