La
formación continuada de los profesionales sanitarios sobre la
atención al ictus ha tomado impulso durante los últimos tres años y ya está
presente en 14 comunidades autónomas. Cumpliendo así el principal objetivo formativo que contempla la Estrategia del Ictus del Sistema Nacional de Salud y que ha sido recogida en el informe de evaluación y líneas prioritarias de actuación, que el Ministerio trasladará a las autonomías en el Consejo Interterritorial del próximo jueves.
Un documento al que ha tenido acceso
Redacción Médica y donde
se recogen todas las actividades formativas propias acreditadas oficialmente sobre la atención al ictus en los últimos tres años. En diez de estos catorce cursos se cuenta con información desglosada sobre los
profesionales a los que se han dirigido dichas actividades.
Según estos datos, la formación se ha encaminado
principalmente a Enfermería y
Atención Primaria. Durante los años 2017, 2018 y 2019 se ha dado formación acreditada a un total de 6.256 profesionales que se dividen de la siguiente manera:
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1.807 enfermeros
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866 médicos de AP
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522 de otras especialidades médicas
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217 médicos de Emergencias y 112
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174 neurólogos
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168 médicos de urgencias
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136 fisioterapeutas
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86 terapeutas ocupacionales
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63 pediatras
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38 médicos rehabilitadores
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14 logopedas
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9 psicólogos
Ante estos datos, el Ministerio de Sanidad da por casi completado su objetivo de que todas las CCAA tengan incluidos entre sus objetivos la existencia de un Plan de Formación Continuada para los profesionales involucrados, sobre identificación, traslado y atención de pacientes con ictus.
“La mayoría han realizado actividades acreditadas propias en este sentido”, reza el texto.
Un objetivo formativo que en las líneas de actuación del plan estratégico se muestra ambicioso de cara al futuro y pone especial
énfasis en la rehabilitación y reinserción. “Se debería impulsar la creación de equipos que puedan desarrollar sistemas integrados de rehabilitación a lo largo de todo el proceso (…) la valoración de pacientes y cuidadores por equipos de AP, el fomento de intervenciones dirigidas a ellos desde AP, y el establecimiento de sistemas de coordinación entre instituciones implicadas en la atención a personas con discapacidad residual tras el ictus y a sus cuidadores”, recomienda Sanidad.
Consecución general de los objetivos de Estrategia del Ictus
Desde la última revisión del 2013, la estrategia nacional para erradicar el ictus ha pasado de una fase de implementación a una fase de maduración. “
Podemos confirmar que el grado de consecución de los objetivos va aumentando, y que las diferencias entre CCAA, a la vista de los resultados de algunos indicadores, se van reduciendo. Hoy por hoy, se han alcanzado en todas las CCAA algunos objetivos, como los de la línea estratégica de atención en fase aguda al paciente con ictus, relacionados con la disminución de la mortalidad al mes de producirse el ictus y aumentar la autonomía de los supervivientes”, detalla el documento.
En concreto,
de los 23 objetivos totales ya se han
alcanzado tres, otros ocho están “prácticamente conseguidos” y seis están “parcialmente conseguidos”. Mientras que hay cuatro objetivos en una fase de iniciación, uno no ha sido evaluado aún y otro no está iniciado.
"Adaptar" recomendaciones sobre ictus a la evidencia científica
En cuanto al futuro, Sanidad está preocupada de que todas las cifras de los factores de riesgo abordados (hipertensión, diabetes y dislipemia) así como de la obesidad, muestran una
tendencia ascendente en los últimos cinco años. “Parece necesario mantener y reforzar las acciones encaminadas a promover estilos de vida saludables que contribuyan a frenar el incremento de la prevalencia de estos factores de riesgo”, detallan.
Además, constatan que en todos los Planes de Salud generales o específicos de ictus de las CCAA se incluye el objetivo de mantener el control de los factores de riesgo y recibir tratamiento médico preventivo para los pacientes con ictus. Por lo que,
“sería conveniente adaptar las recomendaciones a la nueva evidencia científica, y llevar a cabo actividades que, tal y como señala el Plan de Actuación sobre Ictus en Europa 2018-2030, garanticen el acceso a estrategias preventivas clave: consejos sobre el estilo de vida, antihipertensivos, hipolipemiantes, antiplaquetarios, anticoagulantes, agentes hipoglucemiantes orales e insulina, endarterectomía carotídea y cierre del FOP (foramen oval permeable)”.
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