El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla
El
estigma en torno al virus de inmunodeficiencia humana, más conocido como
VIH, continúa presente tanto en la sociedad general, como en el
ámbito sanitario. En concreto, el
Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), destaca que un ocho por ciento de los sanitarios evita el contacto físico con pacientes con VIH y que un
26 por ciento de ellos utiliza
doble guante para tratar a las personas con este virus. Estos datos también han sido puestos en evidencia por el secretario de Estado de Sanidad,
Javier Padilla, a través de su perfil de X, donde ha calificado como "
inadmisible" que haya sanitarios que practiquen estos métodos en la actualidad. “La proporción de personas llevando a cabo prácticas con faltas de evidencia y sobre todo estigmatizantes sigue siendo elevada”, afirma el secretario.
El informe, titulado ‘El
estigma del VIH en el entorno sanitario’, se basa en una
encuesta que ha sido realizada a distintos profesionales del ámbito sanitario, especialmente a
médicos y
enfermeras. En él, se puede observar que existe una correlación entre el nivel de
conocimiento del VIH y la preocupación a la hora de realizar distintos procedimientos en consulta, como puede ser
curar una herida o extraer sangre a pacientes con este virus.
Además, el estudio recoge que muchos profesionales no disponen de conocimientos "correctos" sobre la prevención y transmisión de esta enfermedad. "En términos de entornos laborales, el personal que trabaja en
centros comunitarios mostró el mayor porcentaje de conocimientos correctos sobre los métodos de
prevención del VIH, seguido por el personal que trabaja en hospitales. Por el contrario, los trabajadores de los centros de
Atención Primaria y las
clínicas dentales mostraron niveles más bajos de conocimientos sobre la transmisión y la prevención del VIH", detalla el documento.
Este conocimiento, tal y como se concreta, aumenta en proporción al número de
personas con VIH que cada profesional sanitario haya podido tratar en los
últimos 12 meses. "Los encuestados que habían tratado a más de 100 personas que viven con el VIH en los últimos 12 meses mostraron el
mayor conocimiento correcto de estos métodos", explica el informe.
Estigmas sanitarios en torno al VIH
Por otra parte, según los datos de la ECDC, los encuestados de países de Europa occidental mostraron "un mayor nivel de
conocimiento sobre la prevención y transmisión del VIH" y, en consecuencia, "una menor
preocupación" a la hora tratar a pacientes con esta enfermedad, en comparación con otras regiones.
Además, en concreto, los médicos fueron los trabajadores de la salud con mayor
conocimiento sobre el VIH. A pesar de ello, más de la mitad de los encuestados dijeron que les preocuparía brindar atención a personas que viven con el VIH, incluida la
extracción de sangre (57 por ciento) y el
vendaje de heridas (53 por ciento).
En esta línea, el estudio subraya que el estigma no solo se debe a la
falta de información, sino también a
factores culturales. Así, recoge que "un número considerable de encuestados rechazó las ideas erróneas estigmatizadoras sobre el VIH". A pesar de ello, el 53 por ciento piensa que las personas con cargas virales detectables deberían
evitar la actividad sexual; el 49 por ciento cree que la adquisición del VIH esté exclusivamente relacionada con un
comportamiento irresponsable y el 37 por ciento estuvo de acuerdo con que el VIH está necesariamente asociado con tener un
número excesivo de parejas sexuales.
Retos en la atención al VIH
Según Padilla, en España, aunque se han hecho avances importantes bajo la dirección de la Unidad de
VIH,
ITS,
Hepatitis virales y
Tuberculosis, el combate contra el estigma y la discriminación sigue siendo una
prioridad para alcanzar los
objetivos de salud pública respecto al VIH para 2030.
En concreto, señala
cuatro ámbitos de mejora. Por una parte, se encuentra lo relativo a la
falta de voluntad a la hora de dar
asistencia a los pacientes con VIH. Junto a esto, Padilla señala la
mala calidad del cuidado que pueden recibir estas personas y los problemas referidos a revelar "el status de VIH" sin consentimiento. Por último, todo lo relacionado con los
comentarios discriminatorios o "hablar mal" a las personas que portan este virus.
"Combatir el
estigma y la
discriminación ligados al VIH es un asunto de derechos humanos y además una condición de necesidad para lograr los objetivos para que el VIH deje de ser una preocupación de salud pública para 2030", sentencia Padilla.
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