Celia Gómez, directora general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad.
El
examen MIR siempre está rodeado de cambios, actualizaciones y debates que buscan lograr la
excelencia en el proceso de formación de médicos residentes y que sea lo más justo posible. Esa es la base de esta prueba con más de 40 años de experiencia y que la
directora general de Ordenación Profesional, Celia Gómez, ha puesto en valor en una entrevista con
Redacción Médica. Gómez ha evaluado la buena salud de la prueba y las consecuencias que sufre el Sistema Nacional de Salud ante las renuncias y plazas desiertas que se vienen generando durante los últimos años. Sobre este asunto, la directora avanza que el Ministerio de Sanidad está estudiando la forma de establecer
medidas disuasorias para que los candidatos no renuncien a su plaza una vez elegida.
"Creemos que si un
candidato renuncia a su plaza MIR debe de tener algún impacto, a lo mejor un coste en puntos o que esa persona tenga que hacer un mayor esfuerzo para poder acceder a un número alto en la siguiente convocatoria MIR, pero lo reflexionaremos porque es un tema delicado", ha señalado la directora. La entrevista ha abordado la
gestión del examen MIR 2024 que se celebra este sábado 20 de enero, así como la "sombra" que planea sobre el regreso a una elección de plazas presencial, la
digitalización de la propia prueba o las especialidades que verán
actualizado su programa formativo en los próximos meses.
Este sábado llega el esperado examen MIR de 2024. ¿Cómo vive la directora general de Ordenación Profesional las 24 horas previas a esta prueba tan importante?
Con cierta tensión. Pendiente de que todo ocurra con normalidad, como suele ser cada año, y sin ningún problema. Son muchas las personas que están involucradas en este proceso, además de los más de 30.000 solicitantes. También está el trabajo tanto de delegados, interventores, personas de las comisiones calificadoras, todo lo que es la organización. Son alrededor de 2.000 personas, que normalmente la mayoría tienen una gran experiencia, por lo tanto, todo suele ir con tranquilidad. Pero bueno, son 28 localidades y más de 600 mesas las que se constituyen y por ello tenemos que estar pendientes y atentos.
Y ese mismo día de la prueba, ¿cómo se coordina y se organiza? Precisamente, el año pasado usted se estrenó con el MIR 2023. ¿Recuerda cuál es el momento con mayor tensión de todo el día?
Seguramente el de los inicios, por si hay alguna dificultad. El momento de la apertura de las cajas de examen y los
llamamientos a las personas que entran a hacer la prueba. Esos instantes son como "el momento de la verdad". Después está la hora del cierre, así que es importante que se vaya constituyendo todo y que transcurra con toda tranquilidad.
Celia Gómez, directora general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad.
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El examen MIR lleva muchos años realizándose más o menos con una misma estructura, aunque es cierto que se han dado algunos cambios en cuanto al número de preguntas, a reducir los tiempos o la inclusión de imágenes. ¿Cuál cree que será el próximo paso para mejorar el cribado de los aspirantes? ¿Cree que se debería seguir el camino digital?
Aspiramos a, en algún momento, poder hacer el examen MIR con tablets, con un formato electrónico que va a permitir mucha más agilidad después, a la hora de poder tener los resultados y sacar los listados. Me parece que ese es el siguiente paso. Estamos buscando fórmulas y creo que estamos cerca. Hay que afinar bien con las cuestiones técnicas, con la disponibilidad de medios, hacer bien todos los pilotos y las pruebas para que, en el momento en el que se ponga en marcha, transcurra con la misma tranquilidad.
Respecto a los cambios en el examen y contando además con la incorporación de imágenes en otras pruebas como en el EIR, ¿se plantea la posibilidad de incluir, por ejemplo, este tipo de imágenes y recursos en las pruebas PIR o FIR o valorar, por ejemplo, ofrecer a futuro vídeos en estos exámenes?
Sí. En el momento en el que ya se pueda hacer en formato digital, las posibilidades que se abren para las propias comisiones calificadoras o para quienes elaboran las preguntas, se abren ahí un montón de posibilidades que pueden permitir la utilización de todos los medios, que al fin y al cabo es lo que ahora mismo utilizan los estudiantes y profesionales a la hora de estudiar y de formarse.
"Un 10% en el valor del expediente académico para la puntuación final del examen MIR no es poca cosa"
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A los pocos días de hacer este examen conocerán la puntuación que cuenta con un valor del 90 por ciento, mientras que el 10 restante se reserva para el expediente. Estudiantes y decanos valoran que este último debería tener más peso en la nota final. ¿Se plantea desde el ministerio que pase a contar más este peso final de la prueba o ya es lo más justo posible?
Hay mucha variabilidad en las notas de distintas facultades y universidades, así que
nos parece que esta prueba con ese 90 por ciento de peso es más justa. Esa es nuestra opinión, al menos hasta este momento. Seguimos manteniendo esa regla como un criterio que da más posibilidades de igualdad entre los participantes. Y bueno, un 10 por ciento del expediente no es poca cosa, ya que la pelea a veces por la posición y por el número de orden está en las centésimas y no en puntos completos. Creo que ahora mismo contribuye bien a lograr el objetivo fundamental que es el de ordenar. De hecho, así llamamos al número de orden, para ordenar a los candidatos y poder elegir después su plaza.
Sobre el cronograma MIR, la gran mayoría de aspirantes critica que el proceso se desarrolla de forma lenta y que muchos de ellos, sobre todo los que consiguen esos últimos números de orden, tienen muy poco tiempo para prepararse antes de arrancar la residencia. ¿Está planteando Sanidad la opción de acelerar más el proceso?
Es complejo porque tenemos las Navidades en mitad del calendario, pero sí que hemos ido adelantando el examen algunos días en enero. Este proceso es muy garantista, entonces todos los plazos que hay de recursos, que dan garantía al solicitante de poder recurrir o subsanar según los distintos momentos del proceso, hacen que se alargue mucho.
¿Hay alguna propuesta sobre adelantar la fecha del examen, o quizás iniciar la asignación antes y dejar abril y mayo para preparar toda esta incorporación de los nuevos residentes?
Cada año buscamos la manera de intentar acortar, por lo menos, en los plazos que dependen de la propia administración. Otros cambios más a fondo, incluso el de reducir los plazos para recursos, necesita de revisar normas de rango de ley. El objetivo es que se puedan incorporar cuanto antes mejor. Este año estamos viendo de qué manera, en lo que viene después, podemos agilizar ese proceso, porque hay un elemento que complica ya que, al haber más plazas, hay más sesiones de adjudicación y se alargan más. El año pasado ya hicimos alguna prueba de hacer turnos de mañana y de tarde para acortar. En esa línea veremos si es posible agilizarlo y que puedan incorporarse antes. Además, teniendo en cuenta el examen médico que, con el Real Decreto que se aprobó el año pasado, el 589, se hace previo a la incorporación, lo cual parecía lógico, pero eso hace que los hospitales necesiten de un tiempo para poder preparar esa parte.
"Aspiramos a hacer un MIR con tablets, en un formato más digital y que permita mayor agilidad en la obtención de resultados".
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En los últimos años, Sanidad viene conformando unas ofertas récord en el número de plazas MIR. ¿Tienen la intención de seguir cumpliendo un nuevo récord en la próxima convocatoria? ¿Hasta qué punto?
Tenemos que ser sensatos en cuanto a saber en qué especialidades hay más necesidad de profesionales, más demanda y, por lo tanto, dónde hay que hacer el esfuerzo y en cuáles no hay tanta. Tampoco podemos generar una situación de especialistas que después no tengan un hueco en el mercado. Ahora mismo es evidente que, en el caso de Medicina de Familia, todavía durante unos años vamos a necesitar hacer este esfuerzo.
Casi un 30 por ciento de la oferta de plazas MIR son de Familia, estando ya en más de 2.500 plazas, que ya es un número muy elevado. En otras especialidades como Radiodiagnóstico, Psiquiatría o Anestesia necesitamos cubrir los huecos que hay en el Sistema Nacional de Salud, y es donde ahora hay que centrar el esfuerzo.
Al hilo de Medicina de Familia, comentaba que las plazas aumentan, pero también lo han hecho las desiertas. El proceso MIR lleva dos años consecutivos enfrentándose a esta situación en esta especialidad. ¿Considera que este año se va a vivir la misma situación? Y de ser así, ¿tienen previsto volver a sacarlas a oferta o desecharlas?
Haremos igual. Está previsto en la propia orden de la convocatoria, como el año pasado. Si quedan plazas desiertas, aunque esperamos que no ocurra pero, como decía antes, el 30 por ciento de las plazas que se ofertan son de Medicina de Familia luego, es la que con mayor probabilidad puede dejar alguna desierta, porque la siguiente especialidad con mayor oferta está en algo más de 500, hay una diferencia importante. En cuanto al número de solicitantes, aunque este año ha aumentado en relación al año pasado, tenemos ahí un 'gap' entre egresados de las facultades, sacamos 2.000 plazas más de los que salen graduados de las universidades españolas. Entonces, eso complica la situación. Si quedan plazas vacantes volveremos a hacer una sesión extraordinaria como se hizo el año pasado, en la cual se vuelven a convocar, además del incremento del cupo de extracomunitarios, pero a todos aquellos que no han elegido plaza. Si quedan plazas desiertas, simplemente no se cubrirán.
"Hemos explorado la posibilidad de sancionar si se renuncia a una plaza MIR, a lo mejor con un coste en puntos, pero es un tema delicado"
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También estaba sobre la mesa la posibilidad de buscar penalizaciones o formas de disuadir a aquellos que renuncian a su plaza. ¿Se va a establecer esa medida concreta para esta convocatoria? Si alguien renuncia a su plaza MIR de 2024, ¿sufrirá una penalización?
No, en esta convocatoria no lo podemos hacer porque tendría que estar regulada esa posibilidad y no se puede hacer con una orden ministerial como la que tenemos, sino que es materia de ley. Sí hemos explorado esa posibilidad y habrá que hacer una revisión en su momento de la norma para poder abordar cómo tratar esas situaciones. Creemos que algún impacto ha de tener, pero ya veremos cuál tiene que ser. A lo mejor que tenga un coste en puntos, que esa persona tenga que hacer un mayor esfuerzo para poder acceder a un número alto. Pero bueno, hay que verlo porque es un tema delicado, ya que son derechos de las personas, así que lo reflexionaremos con cuidado y espero que con acierto.
Precisamente el número de plazas desiertas coincide en el tiempo con la fecha en la que se impuso la elección exclusivamente telemática. ¿Cree que ambas causas están relacionadas?
No. De hecho, en 2014 había elección presencial y se quedaron más de 200 plazas sin cubrir. Es más, Simule
permite que los candidatos y candidatas hagan una simulación cuatro veces al día, siendo elección más cuidada que una a viva voz y sobre la marcha. Aunque sea presencial yo creo que no influye. Y, de hecho, los datos de en qué posiciones se quedan, el 65 por ciento elige su primera opción y algo más del 80 entre las tres primeras, lo que da muestra de que el sistema funciona.
Ha quedado claro que la elección telemática sigue siendo la apuesta principal del ministerio, a pesar de las continuas demandas de los aspirantes por regresar a una elección presencial, la cuál consideran más justa. ¿Cree que un proceso mixto tiene futuro o esta batalla está totalmente perdida?
Tenemos que ir acomodándonos a los tiempos. Estamos hablando de hacer un examen MIR digital y telemático y a la vez plantear una elección MIR presencial, obligando además a todos los candidatos y candidatas a desplazarse para poder hacer esa elección. Los resultados de qué plazas se obtienen según las prioridades de los candidatos y candidatas muestran que, desde luego, es muy útil el procedimiento y la simulación a la hora de poder establecer esas prioridades por parte de ellos.
En relación a Simule, en una respuesta parlamentaria, el Gobierno ha señalado que Sanidad está trabajando en mejorar esta herramienta y la aplicación para la elección de plaza. ¿Qué cambios podrán ver los aspirantes de 2024 que ayuden a acercarse a una elección más real?
Este año se mantiene la posibilidad de hacer esas cuatro simulaciones a lo largo del día porque permite, con la actualización de las elecciones que se van haciendo en cada una de las sesiones, poder afinar más y de hecho, la firma final se permite prácticamente hasta un minuto antes de cerrar el plazo, aunque yo recomiendo siempre no apurar demasiado para no tener problemas. Otras cuestiones que se han planteado y que yo las propuse cuando llegué a la Dirección General, de poder hacerlo más en tiempo real, aunque fuera digital, esto genera ciertas inseguridades jurídicas y podría complicar y alargar innecesariamente la elección si hay algún problema técnico de la persona que lo está haciendo desde su domicilio. Pero por ahora, parece que la herramienta es útil.
Instante de la entrevista a Celia Gómez en el plató de Redacción Médica.
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Volviendo a Familia, donde precisamente se quedan esas plazas sin cubrir, la especialidad viene hablando de un pacto de Estado para evitar que esto siga ocurriendo. En esta legislatura, ¿el Ministerio plantea algún cambio en la especialidad para solucionar la falta de atractivo en el MIR?
Ahí tenemos el plan de acción de
Atención Primaria que se aprobó en diciembre de 2021 en un Consejo Interterritorial, del que ahora además estamos haciendo seguimiento y lo hemos hecho en estos meses pasados. Hay medidas concretas que tienen que ver con recursos humanos, pero no es el único elemento cuando hablamos de Familia y de Atención Primaria. Hay elementos con los que las comunidades autónomas y el propio ministerio nos comprometimos a abordar, algunos que son fundamentales y ya hemos legislado sobre ellos como la reducción de la temporalidad y la mejora de las condiciones laborales, los incentivos a los puestos de difícil cobertura. Es decir, tenemos ya muchas medidas encima de la mesa y lo que hay que hacer es trabajarlas más y aplicarlas. La mejora de las condiciones es un elemento clave para poder hacer más atractiva la especialidad, porque las personas cuando eligen una especialidad piensan en cuál va a ser su futuro profesional y, hasta ahora, la temporalidad excesiva y el movimiento entre centros no es estar de verdad haciendo Medicina de Familia porque la especialidad es tener un cupo con el que se pueda trabajar a lo largo del tiempo y conocer a la familia, el entorno, etcétera. Esa movilidad y esa falta de estabilidad penalizaba mucho este trabajo y, por lo tanto, la elección por parte de los candidatos y candidatas.
"La idea que tenemos es llegar al compromiso de que los programas formativos se revisen cada diez años"
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Sobre la actualización de los programas formativos de las especialidades, el Ministerio concretamente espera tener actualizados los programas de todas ellas en un plazo máximo de dos años, empezando por las más longevas. ¿Cuáles son las primeras especialidades que tienen en mente y qué cambios concretos se van a poder ver en estos programas?
Los programas se actualizarán en base al conocimiento científico de hoy. Algunos ya llevan 20 años sin actualización, más allá de que, en la dinámica con los tutores y de la propia docencia, lógicamente sí que se van modificando en el día a día esa situación. Además de que en el año 2022 se aprobó el de Medicina Legal y Forense y en el 2023 los de Psiquiatría y Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia. Medicina de Familia está encima de la mesa para su aprobación. También están listos para actualizarse en un periodo corto de tiempo Medicina nuclear, Anestesia, Intensiva, Cirugía Torácica y Cardíaca. La idea ahora es
agilizar y en estos próximos dos o tres años tener revisados todos los programas. Nuestro compromiso es que, al menos cada diez años, los programas tengan una revisión.
Siguiendo el ejemplo de las nuevas especialidades que ha comentado como Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia o Medicina Legal y Forense, el foco ahora está puesto en la llegada de Urgencias y Emergencias. ¿Qué expectativas tiene de esta nueva especialidad y cómo se van a poder garantizar los dos programas diferenciados de Urgencias y de Familia para evitar que estas nuevas plazas no se lleven por delante a los especialistas de Atención Primaria?
Son dos especialidades distintas. Cada una tendrá sus propias unidades docentes. Familia continuará como está y además, la necesidad de médicos de Familia va a hacer que al menos la oferta durante unos años se tenga que mantener. Probablemente después haya que modificarlo. Urgencias tendrá sus propias unidades docentes y sus plazas. Aquí la cuestión es fundamental y una de las demandas que se planteaban desde las propias comunidades autónomas es que la elección ya se puede hacer desde el inicio, porque ahora mismo sí que existe un volumen alto de especialistas de Medicina de Familia que se van a trabajar a la Urgencia Hospitalaria. Ahora el candidato o candidata va a elegir la especialidad de Urgencias o la de Familia, o cualquier otra, pero en el momento de la elección.
¿Y qué estimación de número de plazas MIR cree que se hará en la primera convocatoria de Urgencias?
Eso dependerá de las plazas que las comunidades autónomas acrediten. Desde el ministerio siempre hay un trabajo de apoyo y queremos hacer más hincapié en el proceso de acreditación para poder incrementar las plazas MIR, sobre todo en las nuevas. Irá poco a poco hasta que se establezca el número, pero yo creo que la primera oferta rondará las 100 iniciales.
Celia Gómez ha señalado que las próximas especialidades que están en el punto de mira para su creación son Genética, Infecciosas y Laboratorio Clínico, entre otras.
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Y después de Urgencias, ¿cuáles son las siguientes especialidades que Sanidad quiere crear o incluso recuperar, como por ejemplo la especialidad de Medicina del Deporte, que es una de las que se ha ido hablando que sería interesante volver a ofertar?
En la Comisión de Recursos Humanos se creó un grupo de trabajo de análisis de la especialización en Ciencias de la Salud, en la cual el primer trabajo que se abordó fue el de Urgencias y Emergencias. Pero hay dos grupos de trabajo que están acabando el informe para poder elevar una propuesta al pleno de la Comisión, que son Genética e Infecciosas. También está en tramitación la de Laboratorio Clínico que reuniría a Bioquímica y Análisis Clínicos, que era una vieja demanda de las dos especialidades. Y después tenemos encima de la mesa, porque es una especialidad que lleva rondando y dando vueltas un tiempo, la de Medicina del Deporte y Farmacia Hospitalaria de Atención Primaria, que era otra de las cuestiones que con aquel decreto de troncalidad que decayó, iba esa propuesta. Ahora se ha retomado ese interés por parte de las sociedades y se va a recuperar el debate.
¿Se plantea crear nuevas especialidades EIR y PIR? Por ejemplo, los psicólogos ya avanzan que tienen toda la documentación preparada para crear la especialidad de Psicooncología.
En todos los casos y para todas las titulaciones tenemos un escenario que ha mejorado mucho con el Real Decreto 589 de 2022, que establece un procedimiento para la creación de las especialidades que puede partir tanto desde sociedades suficientemente representativas como de la propia Comisión de Recursos Humanos. De ahí ese grupo de trabajo que digamos que canaliza las propuestas que desde las comunidades autónomas se lanzan y, de hecho, en alguna de las reuniones se ha lanzado, aunque no se ha concretado ni materializado. La Psicología de la Infancia y la Adolescencia se planteó en algún momento, aunque todavía no se ha desarrollado. Las demás, igual que con las áreas de capacitación, estamos siguiendo el trámite del Real Decreto para poder analizarlas.
Actualmente en España hay cerca de 50.000 profesionales sanitarios en formación pero existe una gran desigualdad en lo que se refiere a su salario en cada comunidad autónoma. ¿Sería justo armonizar el salario MIR y del resto de la Formación Sanitaria Especializada a nivel nacional?
En general hay variación entre los salarios de los residentes, sobre todo en el variable, porque los conceptos retributivos básicos son iguales para todos. Esas diferencias vienen fundamentalmente de las propias comunidades autónomas y el coste de la vida que hay entre unas y otras. Parece razonable que haya unos mínimos o unos márgenes que sean convergentes tanto entre los residentes como entre el resto de profesionales, pero eso es una tarea complicada. Yo que he estado en la gestión, sé que eso es difícil, porque todo lo que tiene que ver con retribuciones es uno de los elementos que son objeto de negociación en las mesas sectoriales. También depende del modelo de desarrollo profesional que se tiene en los propios servicios de salud. Está bien tener un marco común, como es el Estatuto marco, y ahí se nos abren posibilidades para establecer algunos criterios comunes. Sin embargo, hay que respetar las propias competencias de las comunidades autónomas y su capacidad de tener una estrategia de recursos humanos propia.
"Tenemos que definir bien los casos en los que debemos ir a por una especialidad o si tenemos que hablar de un diploma de acreditación, formación continuada o área de capacitación específica"
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Precisamente por esas variaciones que hay en los salarios de los residentes en las distintas comunidades autónomas se generan diferencias salariales importantes que, por ejemplo, les impide emanciparse. ¿Entiende a los sanitarios que una vez hecho el MIR, deciden irse al extranjero a buscar nuevas posibilidades y mejores salarios?
Aquí la realidad es que no se van muchos fuera, se van pocos, porque es verdad que en muchos países tienen mayores salarios, pero el coste de la vida en otros países es más alto. Hay que medir que si la vivienda te cuesta tres veces más que aquí, lo razonable es esperar que te paguen tres veces más. Es como entre las propias comunidades autónomas o entre las ciudades. Vivir en Madrid es mucho más caro que vivir en Cáceres, Oviedo o Alicante. Por eso comentaba antes que las retribuciones muchas veces tienen que acomodarse, igual que lo decimos para los puestos de difícil cobertura, a la situación que permita que las personas puedan ir y tener una vida independiente con el salario que perciban por trabajar.
¿Se va a regular la contratación de personal extracomunitario?
En el caso del proceso de contratación de extracomunitarios, todas las comunidades lo pueden legislar. Hay comunidades que lo tienen desde hace años el permitir o el poder eximir del requisito de nacionalidad, porque además muchos de esos extracomunitarios se han formado en nuestro país. O sea que eso no es una barrera, es voluntad política de regularlo.
En una reunión reciente de la ministra de Sanidad con el Consejo General de Enfermería, se ha mostrado conforme con la reclasificación profesional y la categoría A1 para este personal, pero sin embargo no ha concretado cuándo esto podrá ser una posible. ¿En qué nivel de prioridad está esta situación para el Ministerio de Sanidad?
Hay un elemento clave que quedó pendiente en la pasada legislatura, que es el avance en la Ley de Función Pública. Hay elementos del personal estatutario que tienen un marco general más amplio, que es el de la visión y la regulación que se hace del personal funcionario. Y esa parte marca hasta dónde se puede llegar en la reclasificación. Si tenemos claro que hay una parte inicial de cumplimiento que es la que estaba establecida ya en el EBEP, en relación a la clasificación del personal, están encima de la mesa otros planteamientos alternativos como es utilizar el sistema Meces de los créditos dependiendo del nivel de titulación. Nosotros creemos razonable que el abordaje se haga para la globalidad, porque tenemos, además de los del personal estatutario, personal sanitario que está en otros ámbitos no limitados, a lo mejor sociosanitarios, pero en ámbitos de la administración general, por ejemplo, en Salud Pública y que deberían ir acomodados unos y otros con un mismo sistema de clasificación de las categorías. Esperamos que se avance rápido.
¿En qué punto se encuentran las nuevas especialidades de Enfermería? ¿Cree que tiene encaje seguir creando estas especialidades cuando luego las comunidades autónomas no tienen bolsas específicas para estas enfermeras o no las utilizan?
El reto está en las especialidades que ya tenemos, en que se creen y se doten las plazas de esas categorías porque, si no, de poco sirve formar a las enfermeras en especialidades si después no se hace esa segunda parte. De hecho, en el caso de Atención Primaria y con las enfermeras de Familia Comunitaria hay objetivos concretos dentro del plan para la dotación de estas plazas y su contratación. En general, con Enfermería y seguramente con algunas de las propuestas que hay de especialidades médicas, creo que tenemos que definir bien en qué casos debemos ir a por una especialidad, porque se trata de un conocimiento específico y que precisa de esa especialidad o cuando estamos hablando de la necesidad de un diploma de acreditación, como hemos hecho con Paliativos en este en este año, o si tenemos que hablar de formación continuada o de áreas de capacitación específica. Es decir, que no siempre la solución es crear una nueva especialidad.
Para ello tiene que llevarse a cabo la mencionada reforma del Estatuto Marco. ¿Está cerca de hacerse realidad?
El Estatuto Marco es un marco general en el que después se producen desarrollos y acuerdos dentro de los servicios de salud, porque además, las autonomías tienen esa capacidad para poder desarrollarlos. Ahora mismo, después del trabajo que se había ido haciendo en los dos últimos años, tenemos un texto inicial que de esas reuniones que hemos tenido tanto con las comunidades autónomas como en el ámbito de negociación con las organizaciones sindicales. Creemos que es un texto razonable para poder hacer un cierre de negociación y por lo tanto, tramitar el anteproyecto de ley. Eso no va a ser inmediato, pero creemos que sí se puede agilizar y que este año tiene que ser el año en el que llegue al Congreso el anteproyecto de ley de modificación del Estatuto Marco.
"No siempre la solución a encontrar ese desarrollo profesional tiene que pasar por crear una especialidad".
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