Uno de cada 10 médicos ha tenido pensamientos suicidas desde verano

La fatiga mental de la profesión médica, que se ha agravado durante la pandemia del coronavirus, ha contribuido a que muchos sanitarios padezcan problemas psicológicos que oscilan entre la depresión hasta, en el peor de los casos, inducción al suicidio. Un pensamiento que, según un estudio de Medscape, ha pasado en los últimos meses por la cabeza de uno de cada diez facultativos.

Este informe sobre el impacto del suicidio en la profesión médica, que ha sido elaborado en base a una muestra de 13.069 facultativos de 29 especialidades Estados Unidos, refleja concretamente que hasta el nueve por ciento de los profesionales ha tenido este tipo de pensamientos. La tasa es ligeramente más alta en mujeres (11 por ciento) que en varones (9 por ciento).

En la mayoría de los casos, este pensamiento no condujo a los afectados al intento de suicidio, aunque la tasa se sitúa en el 1 por ciento de los consultados. Uno de cada cien.

Paralelamente, el informe revela que hasta el 10 por ciento de los médicos varones y el 13 por ciento de las profesionales han escuchado a sus compañeros de trabajo decir que tenían pensamientos suicidas.

La mayoría trató de hablar con ellos (80 por ciento) y siete de cada diez les recomendaron pedir ayuda profesional. Otro 13 por ciento de los facultativos les instaron a tratarlo con sus familiares.

Actuaciones de los médicos ante la depresión

Pero más allá de los pensamientos suicidas, los facultativos consultados han hecho mención a otros problemas psicológicos como la sensación de cansancio y tristeza. Un sentimiento que notificó hasta el 64 por ciento de la muestra.

Para hacer frente a esta fatiga mental causada por su oficio, la mayoría de los médicos optan por pasar tiempo con la familia y los amigos (68 por ciento), mientras que otro 66 por ciento realizan actividades como leer, cocinar o hacer jardinería. Seis de cada diez hace ejercicio, y la mitad apuesta por dormir algunas horas más.