Julio Armas, Raúl Calvo y Omar Suarez.
Las
guardias de 24 horas y la
presión asistencial que sufren los médicos son algunos de los principales motivos que provocan el
síndrome de ‘Burnout’ entre los profesionales del sector. Un sentimiento que puede derivar en que los profesionales
pierdan las ganas de ejercer la Medicina y se
planteen abandonarla, dejando esa vocación innata "en
números rojos".
Esta situación la vivió en sus propias carnes
Julio Armas, médico de
Urgencias quien, no hace mucho tiempo, estuvo a punto de dejar la Medicina. ¿Los motivos? La “resaca” ocasionada por todo el trabajo durante
la pandemia y el alto volumen de pacientes a los que tuvo que atender en el verano del año pasado.
“Durante julio y agosto tuvimos un mes con muchísimos pacientes. Había médicos de vacaciones, pero no teníamos sustituciones y llegamos a tener 12 horas de
lista de espera. En ese momento
me plantee dejar el trabajo porque no aguantaba más, llegaba a casa muy estresado, no podía dormir y tenía la sensación de no haber hecho bien mi trabajo”, ha relatado a
Redacción Médica.
Armas recuerda que fueron momentos muy difíciles porque, según añade, las personas que se dedican a la Medicina lo hacen
por vocación, entonces renunciar a ella por un tema “que no depende del propio médico”, sino del "propio sistema", lleva a pensar en dejar “lo que más te gusta”.
Síndrome de 'Burnout' y problemas derivados en Medicina
Pasaba el tiempo y Armas seguía “muy quemado” con su trabajo y esto le generaba
problemas de salud, el “funcionar mal” en el trabajo e, incluso, que tuviese
roces con sus compañeros.
“Estuve mirando irme a
vivir a Irlanda y empezar a trabajar con un coche visitando pacientes en sus domicilios. Esa fue mi primera idea, pero viendo que no era factible, me plantee irme a
trabajar de cocinero con una amiga que abrió un restaurante. Otra opción que pensé fue
dar clases en la universidad”, ha detallado.
¿Cómo solucionar la falta de ganas de trabajar en Medicina?
A pesar de los posibles caminos que tenía alejados del hospital, Armas quiso
solucionar su situación y no abandonar la Medicina matriculándose del
doctorado en la universidad. De esta forma, pudo
reducir su jornada laboral a la mitad y poner sus propias condiciones a la hora de ir a trabajar. También se puso en las manos de una
psicóloga para que le ayudase a solucionar ese
síndrome del ‘médico quemado’.
Ahora, Armas se encuentra mucho mejor. Desde septiembre del año pasado mantiene esas condiciones y poco a poco ha ido cogiendo más trabajo. “El problema que tenía
no era la vocación. A mí el paciente me gusta, lo que perdí fue el deseo y las ganas de trabajar”, ha subrayado.
Permanecer en Medicina por la retribución económica
Sobre si el salario que ganan los médicos es motivo por lo que algunos profesionales deciden
aguantar y no dejar su trabajo, Armas afirma que “cree que sí”, aunque no fue su caso.
“Cuando te planteas dejar tu trabajo sabes que tienes tu vida montada en base a un sueldo, y renunciar a ello para trabajar en un restaurante o reduciéndote la jornada a la mitad significa
perder poder adquisitivo. Pero mira, yo puse todo esto encima de la mesa en
una reunión familiar y les dije: podemos seguir teniendo una vida un poco más holgada, pero sin tiempo personal y con la vida emocional hecha un desastre, o que nos ajustemos todos ganando menos dinero pero teniendo estando más tranquilos y felices durante un tiempo”, ha explicado.
¿Aguantar en Medicina para mantener el poder adquisitivo?
Raúl Calvo, médico de Familia, afirma que ese dilema económico está presente entre los profesionales que quieren
dejar la Medicina. Según argumenta a este periódico, cuando se está en una situación de ‘Burnout’, algunos facultativos siguen adelante por “motivos económicos” relacionados con su situación familiar o porque viven con un determinado nivel de vida, y abandonar el trabajo suponer pérdidas que algunos
“no están dispuestos a asumir”.
“Por este motivo, algunos médicos siguen en ese bucle por el sueldo y oyes a mucha gente decir que lo único que están esperando es a que le
ingresen la nómina al final de mes”, ha afirmado.
Choque de realidad en Medicina
El tema económico
no fue un factor relevante cuando Calvo pensó en dejar la Medicina hace casi 20 años. Hacía su primera interinidad e iba con ganas de “comerse el mundo” y demostrarse a si mismo “lo gran médico que era” y lo importante que puede llegar a ser un profesional de Familia bien preparado.
“El resultado fue que trabaje muchísimo, era un turno de tarde para mí solo con una compañera enfermera y otra administrativa, y cree una
enorme dependencia de los pacientes hacia mí. Poco a poco iba ocupando cada vez más espacio en sus vidas y, sin embargo, cada vez me sentía que mis intervenciones aportaban muy poco a la comunidad”, ha enfatizado.
Dejar la Medicina para abrir una tienda de ropa
La consulta se iba llenado de cosas cada vez “menos importantes” relacionadas con la salud de sus pacientes, quitándole tiempo para dedicárselo a quienes más lo necesitaban y cada noche volvía a su casa con una mayor sensación de “inutilidad”, pero agotado física y mentalmente.
"La consulta fue llenándose de cosas cada vez menos importantes (...) Volvía a mi casa con más sensación de inutilidad, pero agotado física y psicológicamente"
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Esta generó en su mente la idea de dejar la Medicina y fue a un centro comercial a enterarse de los trámites que necesitaba para
abrir una tienda de ropa. “Por suerte, se
abrió otro cupo en donde trabajaba y entró uno de mis mejores amigos y de las personas más maravillosas que he conocido y, entre ambos, intentamos
revertir la situación. Conseguimos algunas mejoras, pero no en el fondo del trabajo. Al final cambiamos de puesto y pudimos recomenzar”, ha concluido.
Descansar de la Medicina cogiendo "años sabáticos"
Dentro de la Medicina no todo es blanco o negro, también hay grises.
Omar Suarez, pediatra, en ningún momento pensó en dejar su profesión, pero sí tomarse “
un paréntesis”.
“Nunca me he planteado dedicarse a otra cosa, pero sí
tomarme un año sabático o irme durante tres meses para hacer otras cosas. Esa idea sí
aparece con frecuencia, por lo menos una vez cada dos o tres años”, ha resaltado.
Formas de evitar estresarse durante la práctica médica
Al igual que Castro y Calvo, este médico achaca esos pensamientos a la “sobrecarga laboral”. Para evitar que ese pensamiento de “paréntesis” no sea cada vez más frecuente, Omar utiliza
herramientas para no estresarse durante el trabajo.
“Si tengo una sobrecarga de paciente aviso de que no puedo más, o digo a la persona que tengo que atender que no lo puedo hacer hoy, que venga mañana. La clave es
planificar el tiempo y saber decir que no”, ha concluido.
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