Sólo Cataluña y País Vasco tienen transferida la sanidad penitenciaria.
Los médicos 'se fugan' de la cárcel. En tan sólo tres años las plantillas médicas de los centros penitenciarios españoles se han visto reducidas en más de un 40 por ciento. En consecuencia,
una de cada tres plazas de facultativo está sin cubrir. Esto es que,
de las 422 plazas, un total de 126 se encuentran vacantes, según han confirmado fuentes de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, de quien depende gestionar este nivel asistencial, a
Redacción Médica.
Las mismas fuentes apuntan como
“única solución” que la sanidad penitenciaria, en base a la
Ley 16/2003 referente a la cohesión y calidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), “pase a depender de las Comunidades Autónomas”. Actualmente,
sólo Cataluña y País Vasco tienen transferida esta atención. En el caso de la región norteña, desde Instituciones Penitenciarias señalan que no les consta “ninguna queja o problema que diga que no se está funcionando mejor”.
Respecto al resto de autonomías,
Navarra y Baleares son las que “más avanzadas llevan las negociaciones” para transferir esta competencia, según las mismas fuentes.
Del mismo modo, señalan dos cuestiones que propician la falta de médicos en los centros penitenciarios. La primera objeción es que, para cubrir las plazas, es necesario “
convocar oposición, organizar exámenes, etcétera”, lo cual
“lleva muchísimo tiempo”.
Alternativas más interesantes
"La única solución es la transferencia a las CCAA"
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La segunda traba es la propia naturaleza del lugar de trabajo.
“Hay opciones más interesantes que venir a un centro penitenciario” y prueba de ello es que en la última oferta de empleo convocada por la Subsecretaría del Ministerio del Interior, con 35 plazas,
sólo 12 candidatos llegaron hasta la fase de selección.
A esto hay que sumarle las condiciones laborales. No sólo los médicos penitenciarios cobran, de media,
1.450 euros al mes menos que sus homólogos del SNS, según la coordinadora de Sanidad Penitenciaria de la
Organización Médica Colegial (OMC), sino que además deben enfrentarse a situaciones de peligrosidad.
Las
agresiones a médicos penitenciarios, a pesar de ser una plantilla muy reducida en comparación con todo el SNS,
suponen el 10 por ciento del total. En las prisiones, los facultativos se las tienen que ver con internos conflictivos, los cuales suelen presentar problemas de drogadicción o son pacientes psiquiátricos.
Debido a esta situación, hace unos meses los médicos de prisiones amenazaron con convocar
una huelga indefinida si no se ponían soluciones encima de la mesa y se transferían las competencias a las Comunidades Autónomas. Tal y como denunció el responsable de CESM-Prisiones,
Pedro A. Martínez, “la sanidad penitenciaria española, que durante años ha sido un referente mundial, está a punto de colapsar”.
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