El 43% de los médicos rechaza hacerse test aleatorios de alcohol y drogas

Una reciente investigación publicada en Medscape analiza cómo afrontan los facultativos norteamericanos los dilemas éticos de la profesión médica y si su perspectiva ha cambiado en la última década. 

En cuanto a la legalización de la muerte asistida por un médico para pacientes terminales, la aceptación ha aumentado en la última década. Así, en 2020 el 55 por ciento cree que sí frente a un 28 por ciento que contestó que no. En 2010, estos porcentajes eran de 46-42. Sin embargo, el número de médicos que defiende la eutanasia para pacientes no terminales desciende. Así, el 37 por ciento se muestra favorable, frente a un 34 por ciento que rechaza esta opción y un 29 por ciento que la condiciona. 

Preguntados por la posibilidad de tratar de forma insuficiente el dolor de un paciente por miedo a lo que pudiera pensar la Junta médica o a provocar una adicción, el 18 por ciento admite que sí lo haría frente a un 68 por ciento que descarta esta posibilidad. En 2010, el porcentaje era del 6 por ciento entre quienes contemplaban esta opción y del 84 por ciento en quienes la rechazaban.

El 53 por ciento de los médicos encuestados ven correcto hablar mal de su hospital o centro de salud si no se les ha proporcionado las herramientas necesarias para realizar su trabajo frente al 8 por ciento que descarta esta opción y el 40 por ciento que la condiciona. Esta pregunta cobra mayor relevancia en un año como el 2020, marcado por la pandemia de coronavirus Covid-19 y las carencias de equipos de protección.

Preguntados si se debe retirar a un paciente el soporte vital a solicitud de la familia si el médico considera que el paciente tiene la posibilidad de sobrevivir; el 18 por ciento cree que sí, frente a un 34 que opina lo contrario y un 48 por ciento que cree que depende de las circunstancias. Hace diez años, hasta un 55 por ciento negó esta posibilidad. 

En el caso contrario, el 44 por ciento de los médicos entrevistados proporcionaría soporte vital a un paciente a petición de la familia aunque lo considere inútil, frente a un 14 por ciento que descarta esta opción y un 42 por ciento que la condiciona. En 2010, el porcentaje de médicos que descartaban esta opción ascendía hasta el 37 por ciento frente al 24 por ciento que contestaron que sí. 

Consumo de drogas o alcohol

Preguntados por qué harían si observan que un compañero, ocasionalmente, está bajo el efecto del alcohol o las drogas, el 28 por ciento afirma que daría aviso frente a un 59 por ciento que también reportaría esta actitud pero hablando antes con su compañero, un 2 por ciento que no avisaría y un 10 por ciento que condiciona su respuesta. Además, el 34 por ciento se muestra partidario de que que se realicen pruebas de control de drogas o alcohol aleatorias a médicos mientras que un 43 por ciento rechaza esta opción.

El 43 por ciento de los médicos ecuentados aboga por permitir tratamientos experimentales en pacientes terminales frente a un 23 por ciento que descarta esta opción. 

Denuncias por acoso

Si han sido testigos de que un compañero ha acosado sexualmente a otro, el 72 por ciento denunciaría los hechos frente a un dos por ciento que no lo haría. Si no hay testigos sobre el supuesto acoso sexual de un médico, solo el 4 por ciento considera que debería ser sancionado o despedido frente a un 39 que opina lo contrario y un 57 por ciento que cree que depende de las circunstancias.

Preguntados sobre si al participar en actos pagados por compañías farmacéuticas sus hábitos de prescripción se verían afectados, el 63 por ciento de los médicos encuestados opina que sí frente a un 26 por ciento que dijo que no.