Varias especialidades indican que la falta de personal y minutos de consulta empeorará la relación médico-paciente

Las especialidades con mayores problemas para la renovación de personal temen que la relación con el paciente empeore por la falta de tiempo, dada la escasez de personal
Tomás Cobo, Eduardo Díaz-Rubio, Juan Carlos Rueda, Lorenzo Armenteros, Cristóbal Coronel, Guillermo Martín y Silvia Sánchez-Ramón.


28 nov. 2024 18:50H
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El mejor ingrediente para una buena asistencia es la relación médico-paciente. La correcta interacción con las personas que acuden a consulta allana el camino al facultativo para alcanzar un buen diagnóstico. En conclusión, endulza la rutina de los profesionales del ámbito de la salud. Sin embargo, el trato con el enfermo también puede amargar, sino se garantiza una comunicación cercana, abierta y relajada. Para ello, el sanitario requiere de tiempo, un elemento con el que no suelen contar en la mayoría de centros. Esta carencia se hace más notoria en las especialidades con plantillas insuficientes. Así, los servicios relacionados con estas disciplinas son los que padecen una mayor tensión entre sus miembros y los individuos que atienden.

"La Medicina sin tiempo no es factible", ha destacado el presidente de la Real Academia de la profesión, Eduardo Díaz-Rubio. La sobresaturación de las consultas debido a la escasez de empleados hace que un facultativo tenga la obligación de recibir a 40 o 50 pacientes al día, lo que le obliga a recortar los minutos que dedica a cada uno de ellos. Así, el enfermo que se presenta en consulta no puede explicar sus problemas al completo ni el médico incidir en ellos o intentar conocer a la persona que se sienta frente a él. Esto enfría la relación entre ambos hasta hacerla desaparecer en múltiples casos.

Motivo por el que hay que dotar con más tiempo al médico para que su conexión con el paciente no se diluya. Por ejemplo, a través de soluciones de gestión sanitaria, como es la organización de los horarios de trabajo o la distribución de personas con cita en el centro de salud. También con el uso de las herramientas de Inteligencia Artificial, que pueden encargarse de las tareas de documentación, mientras el facultativo se centra en la conversación. Eso sí, siempre que esta tecnología no adquiera protagonismo en el trato con el enfermo. "En ningún momento debe sustituir al profesional", ha puntualizado Díaz-Rubio a Redacción Médica.


Más profesionales para salvar la relación médico-paciente


Además, se considera fundamental establecer una ratio óptima entre sanitarios y pacientes. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) -referentes a 2023-, España cuenta con 507,07 facultativos por cada 100.000 habitantes. Una cifra mejor que la de buena parte de los países de Europa, pero insuficiente a la vista de la saturación del Sistema Nacional de Salud. Razón por la que se aboga por engrosar las plantillas en las áreas que padecen una mayor carencia de profesionales.

Una de ellas es Atención Primaria, según ha indicado el presidente de la Organización Médica Colegial, Tomás Cobo. "La sostenibilidad de nuestro sistema depende de ella", ha puntualizado a este diario. Y es que varias comunidades autónomas denuncian sufrir falta de especialistas de Familiar y Comunitaria en un elevado número de centros de salud y hospitales, especialmente en zonas rurales. Este escenario se intuye en la presencia de vacantes formativas de dicha disciplina vacías tras el proceso de adjudicación de plazas MIR en las últimas convocatorias.


"La conexión con el paciente es mucho más fácil cuando tiene la seguridad clínica de que el médico cuenta con los conocimientos adecuados", ha señalado Cobo



En este sentido, Cobo ha afirmado que las facultades de Medicina juegan un papel clave en la potenciación de los mencionados servicios. "Durante el periodo de grado tiene que haber formación en Atención Primaria para dirigir las vocaciones hacia la especialidad de Medicina de Familiar y Comunitaria", ha resaltado el máximo representante del estamento colegial facultativo. Asimismo, las instituciones académicas deben mantener un nivel formativo alto de los alumnos para que estos cumplan los requisitos de conocimientos y competencias que se les exigirán en su vida profesional. Un punto aplicable a cualquiera de las ramas médicas. "La conexión es mucho más fácil cuando el paciente tiene la seguridad clínica de que ese médico al que se acerca tiene las capacidades exigidas", ha agregado.


Especialidades en las que la relación se puede deteriorar más


Las jubilaciones previstas para los próximos años pueden afectar a la conversación médico-paciente al reducir el número de sanitarios en determinadas áreas. Motivo por el que se debe alcanzar un equilibrio entre la salida del SNS de un importante volumen de facultativos y la entrada de nuevos especialistas. En caso de no conseguirse, podría ocasionar paro en un futuro, si hay un exceso de titulados, pero también una mayor congestión en el sistema y por ende un menor tiempo de atención por individuo.

Según datos aportados por la Fundación Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada (Simeg), existen tres especialidades en los que el recambio de profesionales no será óptimo, por lo que perderán músculo laboral. Dos de ellas no incluyen el trato con el paciente entre sus competencias, como son Bioquímica y Análisis Clínicos. Sin embargo, Medicina del Trabajo si que requiere del contacto con el enfermo en su día a día. "Somos de las especialidades más envejecidas. Casi el 25 por ciento estamos por encima de los 65 años", ha remarcado el presidente de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo, Juan Carlos Rueda, a Redacción Médica.

Más que un problema con la aproximación de los especialistas a sus pacientes, esta falta de titulados en sus servicios abocaría a una peor atención a los trabajadores del país. "Somos fundamentales para la vigilancia de la salud de los 24 millones de empleados que hay en España", ha resaltado Rueda. Una situación que puede derivar en menor probabilidad de detectar problemas de salud mental o afecciones físicas que deterioran el estado de las plantillas de cualquier ámbito. 


Un recambio poco acentuado puede causar problemas en algunas disciplinas


El aumento de la esperanza de la vida y con ello la prevalencia de enfermedades crónicas en la población hace que las ramas con un avance poco notorio también puedan tener problemas a la hora de mantener un contacto adecuado con los enfermos. Es el caso de Otorrinolaringología, Pediatría, Medicina Familiar y Comunitaria, Cirugía General y del Aparato Digestivo, Inmunología y Oftalmología.

El portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, Lorenzo Armenteros, ha indicado que "el déficit de personal" se agrava con el paso del tiempo, al aumentar la presión asistencial -impulsada por las enfermedades crónicas o los problemas de salud mental de los jóvenes- y no acelerarse lo suficiente el recambio en las plantillas. Esta situación se traduce en más pacientes, menos minutos por individuo y por ende el debilitamiento del vínculo. Un mal que intentan suplir con la mayor accesibilidad a Atención Primaria. "Si en una consulta no podemos dar la prestación necesaria, intentamos que venga más días para poder completar el proceso correctamente", ha aseverado el especialista de Familiar y Comunitaria. 

Las jubilaciones también afectan a los servicios pediátricos. Solo en el primer nivel asistencial hay 1.000 plazas sin cubrir, de las que preocupan especialmente las de zonas aisladas o masificadas, según ha revelado el vicepresidente de Atención Primaria de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Guillermo Martín. Al igual que en Trabajo y Familia, esta falta de facultativos deriva en una mayor lista de enfermos por sanitario y torna en "dificultosa" el trato con estos. "A lo mejor no es que no tengamos tiempo, sino un exceso de pacientes. Algunas administraciones aumentan el número de personas a atender, lo que disminuye la calidad de la asistencia dada", ha asegurado el presidente de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap), Cristóbal Coronel.


"A lo mejor no es que no tengamos tiempo, sino un exceso de pacientes", ha revelado Coronel



Desde la Sociedad Española de Inmunología (SEI) señalan que el menor número de especialistas compromete el vínculo que se establece entre médico y enfermo. "Nuestros pacientes, debido a su vulnerabilidad y riesgo elevado de infecciones y complicaciones, en particular enfermedades autoinmunes y cáncer, necesitan una atención personalizada y un seguimiento constante y especializado, basados en la confianza y la comunicación continua. La falta de inmunólogos impacta directamente en la calidad de nuestra relación con quien atendemos", ha aseverado su presidenta, Silvia Sánchez-Ramón. Asimismo, ha recordado que Medicina avanza poco a poco hacia un enfoque más individualizado a nivel de tratamiento, por lo que se requiere que los facultativos cuenten con un margen para la correcta asistencia. 

Los representantes de las especialidades proponen una serie de medidas para no empeñar la relación en la que se fundamenta la sanidad. Sánchez-Ramón solicita más plazas MIR para Inmunología y una mejor distribución de especialistas por la geografía española. Armenteros considera imprescindible hacer atractiva su rama facultativa para fomentar que los futuros residentes la elijan, además de reducir la carga burocrática. "Esta nos quita entre el 30 y 40 por ciento de nuestro tiempo", ha remarcado. Por su parte, los agentes de Pediatría abogan por unas mejores condiciones laborales y agendas cerradas a un número determinado de enfermos, pero también de formación a los individuos que acuden a consulta, con la misión de que aprendan a usar los servicios sanitarios. Condimentos para hacer que el trato con el paciente no se atragante. 
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