El médico-psiquiatra Ángel Luis Montejo.
23 may. 2016 11:10H
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La prolactina elevada en sangre acompaña a menudo al tratamiento prolongado de la esquizofrenia, en la que el tratamiento con antipsicóticos se prolonga de por vida. Por eso los psiquiatras y otros especialistas españoles han hecho un llamamiento conjunto para que se mida esta variable de forma sistemática “en todos los pacientes” que requieran de esta medicación, algo que no se hace hasta la fecha más que en un 10 por ciento de los casos, según ha explicado a Redacción Médica el director científico de la Asociación Española de Sexualidad y Salud Mental, Ángel Luis Montejo.
Este psiquiatra de la Universidad de Salamanca ha detallado el consenso formalizado tanto por la asociación referida como por la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, el primero en España que aborda la prolactina en sangre como variable para tener en cuenta en los enfermos tratados de esquizofrenia que divide el efecto adverso en el paciente en leve, moderado y grave y, en una segunda entrega todavía sin publicar, propone una serie de recomendaciones para atajar el problema.
“Hemos revisado más de 300 manuscritos de la literatura científica y abogamos, a partir de ellos, por que ni un solo paciente tratado con antipsicóticos deje de tener controlada su prolactinemia”, ha explicado, pues, según han descubierto en la investigación que ha servido de base al consenso, sus niveles elevados llevan consigo “problemas en la sexualidad (en especial preocupantes en los pacientes jóvenes, ya que les lleva a menudo a abandonar el tratamiento), mayor riesgo cardiovascular e incluso mortalidad por esa causa al cabo de los años, dislipemia, hipercolesterolemia e incluso algunos tipos de cáncer”.
Acuerdo interdisciplinar
El Consenso Español sobre Riesgos y Detección de Hiperprolactinemia por Antipsicóticos, recién publicado en Revista de Psiquiatría y Salud Mental, ha sido elaborado por psiquiatras, oncólogos, reumatólogos y endocrinólogos, y, en efecto, aporta respuestas “a un asunto minusvalorado por los clínicos durante muchos años, un efecto adverso de algunos medicamentos del grupo de los antipsicóticos que bloquean la dopamina con mucha intensidad y causan hiperprolactinemia prolongada” con las consiguientes consecuencias para la salud, entre las que se halla, en efecto, la disfunción sexual.
Por ello, el consenso recomienda a los psiquiatras realizar una historia clínica del paciente que incluya siempre su vida sexual y satisfacción emocional. “No nos olvidemos en la práctica clínica de preguntar de manera activa sobre síntomas que puedan estar relacionados con la elevación de prolactina”, ha puntualizadoTeresa Mories, endocrinóloga del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Salamanca. “No debemos centrarnos solo en lo que los pacientes nos cuentan espontáneamente, sino preguntarles, por ejemplo, sobre su función sexual”, ha insistido.
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