Rosa Arroyo, vicepresidenta segunda de la OMC.
La eterna lucha médica contra la
pseudociencia requiere establecer un
marco común y una alianza con demás profesiones sanitarias que logre primar la evidencia científica y que trabaje por la recuperación de la confianza de la sociedad y los pacientes para alejar las pseudoterapias. La
Organización Médica Colegial (OMC) ha recalcado a este diario que mantienen conversaciones "activas" y
reuniones periódicas con los demás consejos profesionales. No obstante, "está sobre la mesa" el poder dar pasos hacia adelante para poder establecer
medidas efectivas de forma conjunta, y algunas ya se han puesto en marcha como, por ejemplo, la acción junto a Psicología para frenar las psicoterapias.
Lo ha comentado a
Redacción Médica la vicepresidenta segunda de la OMC,
Rosa Arroyo, tras el seminario sobre
'Mala ciencia y Medicina alejada de la evidencia', organizado por organización colegial y que ha sido el punto de encuentro de la profesión médica con el
Instituto de Salud Carlos III, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la
Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología. Todas ellas, además, han presentado la
declaración Institucional por una buena ciencia y su mejor aplicación a la Medicina clínica.
"Hemos tenido encuentros, reuniones y webinars con
Psicología, Fisoterapia, Farmacia y el Consejo de Dentistas. Todas las profesiones sanitarias tenemos que trabajar conjuntamente, también con la Asociación Española contra el Cáncer y la Asociación Española de Oncología Radioterápica", señala Arroyo. ¿El objetivo de estas conversaciones?
Ir a por sus "caballos de batalla" principales: el
intrusismo profesional y la divulgación y
formación en buenas prácticas y fuentes verificadas de información.
Las líneas de trabajo que establecen conjuntamente van dando sus frutos, y prueba de ello es la reciente firma de un documento junto al
Consejo de Psicología sobre la
regulación de las psicoterapias, que se ha llevado a cabo junto a psiquiatras de la OMC y que servirá para la regulación política de estas psicoterapies, además de que, si se transgrede, "se sancione": "
Si no hay sanción estas terapias se pueden seguir incentivando y se sigue trabajando en ello, a veces hasta con más repercusión mediática y económica si se siguen
este tipo de prácticas que si uno se ciñe exclusivamente a lo científico".
Formación temprana y foco en los pacientes
Durante el encuentro han resaltado la importancia de la
formación temprana contra la pseudociencia y pseudoterapias. "Intentamos que forme parte de las
competencias transversales de nuestros MIR. Es cierto que ya tienen miles de competencias específicas y transversales, y cuentan con muy poco tiempo para lograrlas, pero hemos avanzado mucho, por ejemplo, en que los
cursos de formación médica continuada se puedan acreditar, tanto en los servicios autonómicos de salud, como se acreditan por nuestra agencia acreditadora", reconoce.
Marina Pollán, directora del ISCIII, ha hecho énfasis en que no todo en la ciencia es blanco o negro, sino que siempre hay una "cota de grises" y que
los pacientes deben estar en el foco de la evidencia científica para empaparse de ella y mejorar la relación y la credibilidad de los profesionales sanitarios. "Tenemos que empoderar a la sociedad y a los pacientes. Desde el ISCIII,
utilizamos a los pacientes en la evaluacion de los proyectos y, para eso, tienen que conocer el método cientifico y valorar esos proyectos. Debemos
impulsar la Medicina personalizada y también la participativa porque, si queremos cambiar, la sociedad tiene que estar con nosotros y debemos escuchar las prioridades que demanda esta sociedad", apunta.
"La lucha contra las pseudoterapias exige trabajar cada día por ganarse la confianza de la población"
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Declaración conjunta contra las pseudoterapias
En la declaración presentada este jueves, se recoge que la comunidad científica y de profesionales de salud "es consciente" de que luchar contra las pseudoterapias y las pseudociencias
"exige trabajar cada día por ganarse la confianza de la población". Utilizando todos los instrumentos a su alcance se comprometen a garantizar la integridad, la ética y la calidad del proceso de generación, difusión y
aplicación del conocimiento al ámbito clínico y de la salud pública.
¿De qué manera luchar contra las pseudicencias? En el encuentro se han debatido los puntos imprescindibles, como que las prioridades en las políticas de investigación "se basen en las necesidades de salud y bienestar" y fomenten aquellos desarrollos e innovaciones que añadan valor sanitario y social.
Las comunidades científica y clínica
deberán mantener actualizadas sus competencias en metodologías de investigación, fomentando las iniciativas de colaboración ya existentes y aquellas que fueran necesarias para garantizar relaciones estables de cooperación. También promoverán una
mejor comprensión e interpretación crítica de la literatura científica en el ámbito profesional sanitario.
Por otro lado, se ha mencionado el
principio de la Ciencia Abierta, basada en mejorar los procesos de revisión y publicación de los resultados de las investigaciones y poner a disposición de la ciudadanía "de forma libre y gratuita" el conocimiento científico, garantizando la validez de su metodología, el acceso a datos y la reproductibilidad. A esto se suma el introducir cambios en la
evaluación del desempeño de los grupos de investigación "que prioricen la calidad y pertinencia de los trabajos", y no la cantidad de artículos publicados: "Es preferible publicar las investigaciones que valgan realmente y que cuenten con buenas prácticas, no todo", ha señalado
Cristina Candal, enfermera e investigadora en Epidemiología y Salud Pública.
Otro de los pilares que han destacado es el de
fomentar la transparencia, prevenir y evitar los conflictos de interés que afectan a la aplicación de la ciencia a la práctica clínica, particularmente en la formación continuada, en los patrocinios de reuniones científicas y en la elaboración de recomendaciones y guías. "Se deben impulsar canales y contenidos apropiados que permitan difundir una información veraz y comprensible de los avances científicos, sin generar falsas expectativas a pacientes y ciudadanos y saliendo al paso de comunicaciones públicas prematuras, inmaduras o engañosas de resultados de las investigaciones", concreta la declaración.
"Estamos convencidos de que
las instituciones y organizaciones profesionales y científicas debemos promover la buena ciencia, desarrollando iniciativas y garantizando una coordinación estable y abierta para responder a los principales retos y desafíos de los que depende la efectividad de nuestras intervenciones sanitarias, la eficiencia social de nuestro sistema ciencia-sanidad y la propia sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud", concluye la declaración conjunta.
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