Tomás Cobo
Si bien la
pandemia de Covid-19 ha servido como catalizador de la
Telemedicina, los médicos advierten acerca de los peligros que esta modalidad a distancia puede suponer para los pacientes. Dependiendo de la plataforma digital donde se desarrolle, la Medicina online puede traer aparejada no solo
publicidad engañosa, sino cierto
peligro para la salud de los pacientes si no cumplen con las suficientes garantías legales y deontológicas.
Los servicios de Telemedicina que no cuentan con los avales necesarios constituyen una "banalización de la asistencia sanitaria", alertan desde la Confederación General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom). Por tanto, la seguridad de los pacientes se verá comprometida si no certifican, entre otras exigencias mínimas, como la habilitación del médico y que la historia clínica identifique al responsable del proceso asistencial.
La publicidad de estos servicios, indican, debe estar sometida además a un
control y un seguimiento por parte de las autoridades sanitarias, con el fin de velar por el "cumplimiento de las exigencias y salvaguardar la salud de los ciudadanos".
Médicos titulados y responsables "de las consecuencias"
En este sentido, el organismo exige que se haga, un "uso adecuado y apropiado", según la stiuación, de la atención médica a distancia. La empresa que oferte dichos servicios los profesionales que intervengan en la prestación de los mismos, deben cumplir, por tanto, con las obligaciones legales y deontológicas que les son inherentes.
De esta forma, la empresa debe disponer de la relación de médicos responsables y encargados de atender los servicios ofertados y los pacientes deben ser atendidos por médicos titulados colegiados e identificados explícitamente en cada acto, de lo que debe quedar constancia en la historia clínica. Ellos serán "los titulares de las consecuencias legales y deontológicas que se produzcan como resultado de sus actos" y los encargados de realizar la firma electrónica de cada receta. Así mismo piden que sea la autoridad sanitaria la que haga un seguimiento periódico preciso de la actividad realizada y del cumplimiento de la normativa sanitaria.
Desde la confederación recuerdan que, el objetivo fundamental de toda actividad médica es el beneficio del paciente y el interés de este debe estar por encima de cualquier otro, incluido el interés personal del médico. Otro aspecto que debe estar claro, en su opinión es que "en
todo acto médico, el criterio del médico será siempre el que determine la situación y decida la respuesta adecuada, sin que el médico pueda ser suplantado en ningún caso".
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