El pico de 'burnout' se alcanza entre los 45 y los 54 años.
El 20 por ciento de los
ginecólogos y
obstetras han experimentado
depresión y se han sentido ‘
quemados’ en su práctica clínica, según una encuesta realizada por el portal médico
Medscape. Son los profesionales que más sufren el llamado
burnout, seguidos de los especialistas en
Salud Pública y
Medicina Preventiva (18 por ciento) y los
urólogos y
neurólogos (17 por ciento).
En este
ranking tan poco glamuroso los siguientes son los
médicos de Familia,
intensivistas y
radiólogos, con un 16 por ciento de ‘quemados’. En el polo contrario, los profesionales menos castigados mentalmente son los
psiquiatras: solo el 8 por ciento de los encuestados por Medscape afirman haber sentido a la vez depresión y
burnout. Tras ellos, los más sanos en este apartado son
nefrólogos, oftalmólogos,
dermatólogos e infectólogos, con un 9 por ciento de los profesionales afectados.
En el caso de los especialistas más ‘quemados’, sin sufrir depresión, son los intensivistas y los neurólogos los que más experimentan este sentimiento: casi la mitad de ellos (48 por ciento) afirman haberse sentido así. Médicos de Familia (47 por ciento), obstetras e internistas (46 por ciento) les siguen. Por el contrario, cirujanos plásticos (23 por ciento), dermatólogos y patólogos (32 por ciento) son los profesionales donde el nivel de
burnout es menor.
En general, la sensación de estar ‘quemado’ es muy presente: el 42 por ciento de los encuestados afirma haberla sentido. Por el contrario,
solo el 3 por ciento han sido diagnosticados con depresión, si bien el 12 por ciento afirma haberse sentido deprimido, “coloquialmente hablando”.
Por sexos, las mujeres ganan por goleadas en casos de ‘quemado’ reportados: 48 por ciento frente al 38 por ciento de los hombres. Por edades, el pico se alcanza entre los 45 y los 54 años, cuando un 60 por ciento de los especialistas afirma sentirse así, algo que va disminuyendo a medida que se acerca la jubilación.
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