Javier Lanuza, decano de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza.
A partir del 1 de enero de 2024 los
estudiantes de Medicina que hagan prácticas empezarán a cotizar a la Seguridad Social. Así lo justifica el Real Decreto 2/2023 del 16 de marzo en el que se incluye dentro del sistema a los alumnos que realicen prácticas formativas o prácticas académicas externas incluidas en programas de formación. Un cambio que llegará a todas las comunidades autónomas y del que
tendrá que responsabilizarse no solo el Estado, también las universidades, y que supondrá una
repercusión de cara a la jubilación de estos futuros profesionales sanitarios, porque verán un incremento de su tiempo cotizado, a pesar de que continuarán sin recibir remuneración.
El Gobierno pasará un 95 por ciento del presupuesto de esa previsión de prácticas, mientras que
el 5 por ciento y toda la gestión, y publicidad será asumida por las propias universidades, generando un cien por cien que se volverá a incorporar a las arcas del Estado, a la Seguridad Social.
Javier Lanuza, decano de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza, explica a
Redacción Médica que esto afectará en toda España "aproximadamente a unos 400.000
estudiantes que hacen prácticas externas" y supondrá un
coste aproximado de unos 100 millones de euros. "Estos estudiantes aparecerán como 400.000 cotizantes jóvenes más a la Seguridad Social", reconoce.
Lanuza insiste que esto se hará
efectivo tanto en las prácticas curriculares como las extracurriculares fuera de la universidad o las que se pueden realizar en verano. "El estudiante no va a tener remuneración, simplemente van a cotizar por el grupo 7 de la Seguridad Social, que es el equivalente a auxiliar administrativo, aproximadamente 1.260 euros, con ese tipo de cotización", concreta. Sin embargo, el decano matiza que, por el momento, están en
"contacto diario" con la Seguridad Social para analizar los "casos especiales" relativos, por ejemplo, a los alumnos de movilidad o cómo afectaría en caso de producirse una baja durante ese periodo, aunque reconoce que "todo se está estudiando" para que llegue a buen puerto y se pueda homogeneizar en todas las universidades.
Decanos y estudiantes analizarán si esta cotización supone un impacto en el número de horas de prácticas en hospitales o en un aumento del precio de la matrícula, algo que rechazan rotundamente
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"En este sentido, serán las propias universidades las que que tendrán que negociar con las comunidades autónomas, apretarse el cinturón o conseguir más financiación, y todo esto lleva una labor de gestión importante. Por ahora no hay unas instrucciones muy claras de cómo hacerlo en Medicina ya que
hay dos tipos de prácticas clínicas. Por un lado, las asociadas a las asignaturas, que son prácticas de corta duración y se combinan con casos clínicos o prácticas de simulación y esas quizás no deberían cotizar a la Seguridad Social. Por otro lado, las que habría que asumir, el
rotatorio clínico, en las que el estudiante se incorpora desde las ocho de la mañana al hospital hasta las tres de la tarde con un horario normal", señala.
Decanos y estudiantes a favor de cotizaciones pero con condiciones
Desde el
Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), considen necesaria una regulación a nivel nacional de su situación en las
prácticas curriculares externas en los centros sanitarios, mediante un
Estatuto del Estudiante Sanitario en Prácticas. "Esta regulación debería establecer los derechos y deberes del estudiantado de Medicina, entre otras titulaciones sanitarias, durante sus prácticas clínicas, al igual que los derechos y deberes de tutores de prácticas y personal sanitario. Y para esto es necesario definir el marco legal de la figura de la estudiante en prácticas con sus responsabilidades civiles y penales", concreta
Aleix Malia, vicepresidente de Asuntos Formativos del CEEM.
Por lo que respecta a la cotización de las prácticas de Medicina, desde el CEEM está a favor únicamente durante el rotatorio clínico siempre y cuando esta cotización
"no tenga un impacto negativo en la formación ni en las diferentes ayuda recibidas". Los estudiantes rechazarían esta cotización si produjera cambios en los hospitales, por ejemplo, reduciendo el número de horas de prácticas por motivos económicos o que algunas universidades pudiesen subir el precio de la matrícula.
Además, defienden que, aunque el estudiante cotice,
se siga incluyendo como una integrante más de la Unidad Familiar con el fin de que puedan mantener el acceso a prestaciones y servicios a otros miembros legales de dicha Unidad, como pueden ser mutualidades o aseguradoras como Muface, Isfas o Mugeju, así como el acceso a las becas.
Los decanos coinciden en que las prácticas cotizadas no sean un factor limitante. Lanuza reconoce que asumirán la gestión desde las facultades de Medicina pero rechaza las trabas a una posible complicación en el establecimiento de nuevos convenios o para el mantenimiento de los ya existentes. "Las administraciones tienen que tener presente que
para los alumnos es fundamental e imprescindible la formación en los hospitales, no se puede reducir. Pero creo que, tal y como se está planteando, no va a haber ningún problema y no debería suponer un coste adicional para los alumnos en las matrículas", concluye.
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