Doctor prescribiendo medicamentos.
17 may. 2016 12:05H
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Mal consumo de los inhibidores de la bomba de protones. Este tipo de medicamento, donde está incluido el omeprazol, ha sido el más consumido en España en 2013, con un total del 7,74 por ciento de las preinscripciones registradas en el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud.
Sin embargo, un estudio realizado por nueve universitarios de Farmacia de la Universidad de Alcalá ha evidenciado que el 38 por ciento de estos pacientes no tendrían necesidad de tomar este protector estomacal porque sus tratamientos farmacológicos no son gastrolesivos y, por lo tanto, hay una sobreprescripción.
Además, el 25 por ciento de los pacientes a los que se receta este medicamento admite consumo de alcohol, otro 21 por ciento consumo de tabaco y otro 65 por ciento consumo de café, por lo que el medicamento no resulta efectivo por completo, a pesar de su ingesta.
Otro dato que arroja el informe es que el 86 por ciento de los pacientes que acuden a las oficinas de farmacia para solicitar omeprazol lo hacen con receta médica (fundamentalmente polimedicados) pero el 14 por ciento de los usuarios solicitan el medicamento sin receta.
“Los usos puntuales se llevan a cabo por gente que lo toma antes de una comilona, para prevenir los efectos de una resaca, porque comen habitualmente fuera de casa, por una molestia puntual del estómago. Pero tenemos que decir que hay una gran desinformación al respecto, ya que el omeprazol no tiene un efecto inmediato, su uso es fundamentalmente preventivo, la efectividad máxima se logra a las dos semanas de tratamiento y tomarlo de forma puntual no tiene ninguna utilidad”, apunta el portavoz de los estudiantes que han realizado el estudio, Carlos Vázquez.
El profesor de la UAH que ha tutorizado este trabajo, Manuel Herrada, señala que “aunque de tanto en tanto surgen estudios que relacionan el consumo prolongado de omeprazol con la aparición de determinados tipos de cáncer, no hay nada demostrado y, de hecho, esta molécula está en el mercado desde hace más de 30 años y la práctica clínica la ha incorporado en multitud de tratamientos y se ha comprobado que en usos muy continuados no ha producido ningún perjuicio”.
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