La Medicina de Precisión exige fijar prioridades y biomarcadores concretos

La creación del primer catálogo de biomarcadores del Sistema Nacional de Salud (SNS) fue un hecho sin precedentes en el ámbito de la medicina de precisión. No obstante, como todos los grandes acontecimientos tiene grandes retos que le acompañan como la equidad en todo el territorio español. Según detallan desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en todas las comunidades autónomas se están implementando planes regionales de medicina de precisión para homogeneizar este aterrizaje el Ministerio de Sanidad creó el catálogo común de pruebas genéticas del SNS que, de manera generalizada, ha de ser adoptado por todas ellas.

"En este momento no existe información detallada acerca de cuál es el nivel de implementación en cada una de las CCAA. Probablemente esto esté llevando a inequidades en el acceso a la medicina de precisión a nivel territorial pero no existe información comparativa entre las diferentes comunidades autónomas", explica César A. Rodríguez, presidente de la SEOM, para Redacción Médica.

No obstante, esta falta de información tiene fecha de caducidad. Desde la sociedad se ha puesto en funcionamiento hace unos meses el Observatorio de Medicina de Precisión, que está intentando recopilar desde todas las comunidades autónomas el nivel de desarrollo de los planes de medicina de precisión, el número de centros en los que se realiza, el número de los que trabajan en red, la existencia de comités moleculares, las pruebas genómicas incluidas en los servicios en cada territorio y si existen dificultades para la realización por los sistemas públicos de salud o son externalizados a otros sistemas privados.

No obstante, este observatorio está en fase de desarrollo y en los próximos meses seguirá recopilando información detallada de cada uno de los centros hospitalarios en los que existen Servicios de Oncología Médica. "La información todavía es escasa y sabemos que la medicina de precisión está llegando a la mayor parte de los territorios, pero probablemente lo está haciendo de manera desigual y a diferente ritmo", asegura Rodríguez.

Concreción de los biomarcadores para mayor eficacia

Un ejemplo de la aplicación exitosa de biomarcadores lo vemos en el campo cardiovascular. Héctor Bueno, cardiólogo que lidera el Grupo de Investigación Cardiovascular Traslacional Multidisciplinaria en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), explica en declaraciones a este periódico que en la estrategia de salud cardiovascular española estaba como prioridad para 2024 el uso de unos biomarcadores. Concretamente, la utilización de péptidos natriuréticos en Atención Primaria para el diagnóstico de insuficiencia cardíaca. "No se usaban en la mayoría de centros, pero ahora sí y ayudan en la detección precoz de esta enfermedad cardiovascular", detalla.

El experto relata el gran avance que ha supuesto, ya que los síntomas de insuficiencia cardíaca son muy dispares y a menudo su diagnóstico no se hacía en Primaria, sino que tenía que ser derivado a Cardiología. "Con los péptidos natriuréticos se puede hacer un diagnóstico bastante fiable de si el paciente tiene o no esta patología. Al usarlos en Primaria se reduce el uso de otros recursos como la consulta cardiológica o los ecocardiogramas, que en última instancia son mucho más caros".

En definitiva, el cardiólogo considera que apostar por el uso de biomarcadores (en cualquier campo de la Medicina) es más que necesario y resulta costo eficiente para el sistema. No obstante, hay que tener "directrices prioritarias" para reducir las inequidades y centrarse en biomarcadores concretos. "Es importante que además de las guías de práctica clínica basadas en evidencia haya directrices desde la perspectiva del sistema para que resulte rentable", señala.