El neumólogo Juan Antonio Riesco.
Tres de cada cuatro afectados por Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) no ha sido diagnosticado, lo que ha llevado a la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) a recomendar
un cribado con espirometría a todo aquel fumador con más de 40 años que manifieste tos persistente.
“El binomio tos y fumar puede parecer algo normal, un peaje por el que deben pasar la mayoría de los fumadores, pero la tos es siempre una señal de aviso de que algo va mal”, ha explicado
Juan Antonio Riesco, neumólogo y coordinador del Año Separ 2015-2016 de la EPOC y el tabaco.
“Los síntomas respiratorios de la EPOC empiezan a manifestarse a partir de los 40 años; por eso, nuestra recomendación como neumólogos es que, si tiene más de 40 años, es o ha sido fumador y tiene síntomas respiratorios como tos, expectoración o ahogo, solicite una espirometría para descartar EPOC”.
Como consecuencia del retraso diagnóstico, cuando se inicia el tratamiento
la enfermedad ya está muy avanzada y la función pulmonar muy deteriorada.
“Para ello es imprescindible que las personas que forman parte del grupo de riesgo soliciten una espirometría”, ha señalado Riesco, quien ha recordado que “uno de los objetivos del Año Separ de la EPOC y el tabaco es, además de explicar la estrecha relación entre EPOC y tabaco, difundir el valor preventivo de la espirometría en las enfermedades respiratorias y en concreto en la EPOC”.
La relación entre EPOC y tabaco está científicamente contrastada, y hoy se sabe que el principal factor de riesgo de la EPOC es el tabaco. El 85 por ciento de pacientes con EPOC son o han sido fumadores. La EPOC puede comenzar con tos y expectoración, pero serán la dificultad para respirar (llamada disnea) y la sensación de ahogo al andar o al aumentar la actividad física,
los primeros síntomas de la enfermedad.
Prueba volumétrica sencilla
La espirometría es una prueba que permite conocer el estado de los pulmones midiendo el aire que la persona es capaz de inspirar y espirar. La prueba consiste en respirar primero lentamente con normalidad y luego en coger y soltar todo el aire que pueda.
“Es pues una prueba sencilla, que dura apenas 10 minutos, se realiza de forma ambulatoria y los resultados se obtienen al momento. A cambio, nos indica si la función pulmonar está alterada, lo que nos permite llegar a un diagnóstico y decidir un tratamiento útil”, ha concluido Juan Antonio Riesco.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.