Pilar Garrido, vicepresidenta de Facme.
La
Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) ha dado un paso más en su respuesta al “estupor” que le ha causado algunas de las medidas contenidas en el dictamen de la Comisión para la reconstrucción del país y a su
reciente aprobación por el Congreso de los Diputados, exigiendo que la actividad de las
sociedades científicas como “garantes de la transmisión del conocimiento, de la excelencia asistencial, de la investigación clínica y del futuro de la sanidad española”.
En un comunicado, la federación que representa a las sociedades médicas con formación MIR en España va más allá de pedir que se retiren ciertas medidas que considera perjudiciales para el ejercicio de la profesión médica, y considera que “ha llegado el momento de exigir al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas el
reconocimiento de las sociedades científicas como interlocutoras imprescindibles en todos los aspectos relacionados con la práctica médica”.
Para Facme resulta “inadmisible que se excluya a las sociedades científicas de la participación en la principal actividad que justifica su existencia”, es decir, la formación continuada de los médicos especialistas, “
pretendiendo trasladarla a otras organizaciones, como colegios profesionales o universidades, cuyo papel es fundamental, pero se desarrolla en otros aspectos”.
Se refiere al punto 8 del dictamen, donde se señala que las administraciones deben financiar la formación sanitaria, que debe contar con la “participación de las universidades y los colegios profesionales”. De hecho, el documento no menciona a las sociedades científicas.
Financiación de la formación por la industria
También apuntan al polémico punto 47.2, donde se prohíbe, expresamente, la financiación de actividades formativas por parte de la industria farmacéutica. Para Facme, “es
inaceptable que se pretenda prohibir la colaboración de la misma industria en la investigación, la divulgación y formación de los profesionales sanitarios y de las asociaciones de pacientes sin garantizar otras fuentes alternativas”.
Asimismo, señalan que el rigor en la aplicación de la política farmacéutica y el uso racional del medicamento “no se puede diseñar ni llevar a cabo sin contar con las sociedades científico-médicas, garantes del desarrollo y aplicación de toda la terapéutica”.
Acuerdos de carácter formativo con la industria
La federación recuerda que, “con el fin de evitar interpretaciones erróneas”, en los últimos años se han firmado
convenios de colaboración entre Facme y las organizaciones patrocinadoras, “de carácter público y transparente, que aseguren la calidad y la ética de las colaboraciones”.
Además, lamenta que las administraciones no hayan “legislado, reconocido o apoyado la actividad de las sociedades científicas” que, señala, son, en España “y en cualquier parte del mundo, las responsables del desarrollo de los campos de conocimiento propios de su especialida”.
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