Tomás Cobo, presidente del Cgcom
Los médicos españoles lo tienen claro. Cobrar más para fomentar la presencialidad
"no es una buena idea" ni un "indicador de calidad". Más aún en un contexto de pandemia, en el que el riesgo de contagio en consultas "existe".
La profesión cerraba 'filas' en torno a la propuesta lanzada esta semana por la Conselleria de Sanidade en la que se plantea la posibilidad de
pagar un extra a los médicos profesionales de
Atención Primaria que consigan que al menos el 60 por ciento de las consultas sean presenciales.
A la negativa formulada por los colegios médicos gallegos y el propio Servicio de Salud Gallego (Sergas) se sumaba, desde el plano nacional, la oposición del
Consejo General de Colegios Médicos (Cgcom). Su presidente, Tomás Cobo, lamenta que "una vez más se
hayan tomado decisiones desde la dirección sin contar con los profesionales". Este tipo de medidas, señala, deben estar "consensuadas" por los jefes de equipo y los propios facultativos que son los que atienden dichas consultas.
Tampoco se han tenido en cuenta las
diferencias que existen entre los centros y que impedirían, en el caso de los más pequeños, establecer circuitos con atención presencial separados de la parte Covid-19. Por lo tanto,
no sería homologable en el resto de centros de salud SNS. "Desde el punto de vista científico
la medida falla", añade Cobo, para el que las consultas presenciales
no tienen por qué ser "sinónimo de calidad".
Foco de incertidumbre
Es más, teme que esta medida pueda generar
"incertidumbre" entre la ciudadanía, al pensar que si la consulta "no es presencial no es la adecuada" o que para verles "hay que pagar a los médicos". A ello se puede sumar la idea "equivocada" de que los que "atienden presencialmente son mejores y por eso se les paga más".
Cobo reconoce que la
atención teléfonica o telématica, extendida por causas de fuerza mayor durante la pandemia,
no siempre es la más "óptima", pero recuerda que seguimos en "un contexto concreto" que exige medidas "muy excepcionales", partiendo de la base de que
cada patología requiere un tipo de atención concreta. "Si se puede atender bien a un paciente por teléfono estaríamos
ahorrando riesgos en pandemia", detalla el facultativo, a favor de poner en una
balanza los riesgos y beneficios que supondría cada consulta antes de decidir.
El objetivo de realizar consultas telefónicas, aclara en este sentido, es
preservar "la salud pública" ante el peligro que suponen los contagios. "Los médicos lo único que queremos hacer es ayudar hasta donde podamos".
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