Isabel Jimeno, presidenta de SEMG Madrid, y Tomás Toranzo de CESM
12 ene. 2019 17:05H
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Los médicos reconocen que no hay un número máximo de pacientes a los que puedan atender a lo largo del día, más allá de lo que su tiempo le trabajo les permita, y en momentos de alta demanda asistencial ni siquiera, puesto que alargan su jornada más allá de su horario.
Hacer el cálculo del número máximo sería fácil: de las 7 horas diarias de trabajo, habría que descontar un 20 por ciento que se debería dedicar a labores administrativas. El tiempo asistencial restante, algo más de 5 horas, dividirlo entre un mínimo de 10 minutos por paciente. Sin embargo, el número que resulta se multiplica enormemente en épocas como estos días, por ejemplo, en los que la gripe tiene su punto más alto de incidencia.
“Desde hace mucho tiempo se viene reivindicando un tiempo mínimo de 10 minutos por paciente”, cuenta Tomás Toranzo, presidente de la Confederación Estatal Sindicato Médicos (CESM) a Redacción Médica. Pese a reconocer que “legalmente no hay ninguna restricción”, Toranzo, explica que “se están sobrepasando los límites recomendables”, y que en ocasiones los profesionales ven más de 60 pacientes al día.
Asistencia de calidad
El presidente de CESM recuerda que en estas condiciones “es imposible en muchos sitios dar una asistencia de calidad”, y alaba la “profesionalidad” de los médicos por su dedicación.
Isabel Jimeno, presidenta en Madrid de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y responsable del Grupo de Vacunas, señala, al igual que Toranzo, que “no hay un número máximo definido de pacientes al día” que pueda ver un médico.
Jimeno explica que en el centro de salud donde trabaja, por ejemplo, “ha habido ocasiones en la que en lugar de cerrar a las 21 se ha cerrado a las 21:30, o que llega el turno de tarde y se junta con el de mañana”. El límite, cuenta, lo marca “el sentido común”. La forma de resolver estos picos de demanda en Atención Primaria viene de mano de la organización. En caso de tener “muchas visitas domiciliarias, cambiamos la forma de organizarnos por zonas”, cuenta Isabel.
Sin embargo, en muchos casos, cambiar la forma de organización no es suficiente, y la alta demanda debe resolverse a costa un mayor esfuerzo de los profesionales. “Estamos en peores condiciones que hace unos años”, lamenta el presidente de CESM.
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