Hermenegildo Marcos, representante nacional de Médicos de Atención Rural en la Organización Médica Colegial (OMC).
La búsqueda de
mecanismos para atraer vocaciones y talentos médicos a las zonas rurales está a la orden del día. Por ello, tanto desde la profesión como desde el ámbito político coinciden en que incentivar a los médicos para ocupar plazas en zonas donde hay menor densidad de población puede ser el camino correcto. Y estos incentivos van más allá de lo económico:
facilidades de acceso a la vivienda o incluso casas exclusivas para el colectivo médico, o impulsar la vida social en las zonas, pueden ser la clave para abordar el reto demográfico en Medicina.
Hermenegildo Marcos, representante nacional de
Médicos de Atención Rural en la Organización Médica Colegial (OMC), explica a
Redacción Médica que
ofrecer una vivienda a los médicos para que vayan a
plazas de difícil cobertura es una medida que favorecería la situación, pero que las casas deben cumplir unos estándares.
"Los pisos deben tener una
habitabilidad. Comodidades garantizadas como
calefacción o aire acondicionado", asegura el médico. Además, recuerda que estas viviendas no deben estar enfocadas solo a los profesionales, sino también a sus familias. Por ello reivindica la necesidad de que cumplan todas las demandas que pueda tener una
familia con varios hijos.
Vivienda para médicos ligada a servicios básicos
De esta manera, a esa oferta de vivienda deben ir ligados ciertos servicios garantizados, como pueden ser colegios y centros de estudios cercanos a la zona. "Más allá de una casa, se debe ofrecer una
calidad de vida tanto para los profesionales médicos como para su familia", remarca.
Marcos hace hincapié en la necesidad de potenciar los estímulos no económicos, y estos incluyen, además de "garantizar una habitabilidad para tener un lugar donde estar cómodo cuando no se trabaje", contar con espacios donde tener una vida social. El médico recuerda que, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, la
compatibilidad del plano laboral y social es un pilar fundamental. "Se debe garantizar una vida social. Habrá gente que aun así no quiera optar por estas plazas, pero habrá mucha otra que se sienta motivado y sí vayan", pone de manifiesto.
Este tipo de medidas ayudarían
tanto a los médicos más mayores como incluso a los MIR, que muchas veces no terminan por elegir algunas plazas. Esta última convocatoria,
han quedado libres 246 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria; prácticamente todas ubicadas en entornos rurales. "Los jóvenes priman la calidad de vida y poder
compaginar su trabajo con su vida social". De esta manera, desde la OMC lo tienen claro: ligar a estas plazas incentivos más allá de lo económico "puede ayudar" a revitalizar la red sanitaria rural.
Medidas políticas para las zonas rurales
Este tipo de medidas empiezan a coger ritmo. Como ya contó este medio, desde el
ámbito político plantean herramientas de esta cuerda para
incentivar la Medicina en las zonas rurales. Entre estas propuestas se encuentra fomentar la "contratación combinada de parejas" en una misma zona, que desde los ayuntamientos se guíe a los facultativos a encontrar casa y colegio para sus hijos, o hacer énfasis sobre la telemedicina y un impulso al transporte.
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