Los sanitarios notan desde la residencia que es complicado hablar de su trabajo con familiares y amigos.
La
Medicina es, cuanto menos, un
trabajo absorbente, ya que quienes la ejercen suelen
pensar día y noche en tratamientos, diagnósticos o pacientes. Pero no siempre pueden hablar de ello con las personas que tienen cerca, puesto que también se trata de una profesión compleja cuyos
tecnicismos o escenarios no se suelen entender 'de puertas para fuera'. No hace falta ser veterano para notar estas diferencias, ya que incluso los estudiantes o los
MIR sienten un distanciamiento en este aspecto con su círculo más estrecho.
Como R1 de
Anestesia, Alejandro ya ha notado lo hermética que es su dedicación. Tanto es así, que la mayoría de sus
amistades están directamente relacionadas con la sanidad y, por tanto, sí que puede desahogarse respecto a su día a día en el hospital. "Los médicos somos
un poco pesados en ese tema, y
nos solemos juntar con gente del trabajo que son médicos como nosotros", sostiene. La situación cambia cuando llega a casa, puesto que asegura ser "el único médico de la familia". "Suelo hablar poco de ello, les cuento mi día y por encima más o menos, pero no suelo entrar en detalles porque siempre nos dicen y es bien sabido que los médicos somos muy pesados, que
sólo hablamos de trabajo, de pacientes y de esas cosas", sostiene.
"Los médicos somos un poco pesados con ese tema y solemos juntarnos con gente del trabajo que son médicos como nosotros"
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Malentendidos entre médicos y familiares sobre sanidad
Aun así, confiesa que "es complicado" vetar al completo este tema y que "siempre sale algo y se termina hablando aunque sea un momento de ello". Cuando esto ocurre, el residente
evita cualquier tipo de tecnicismo y recurre a palabras sencillas, dado que de lo contrario es probable que nadie entienda lo que quiere explicar. "Nosotros
damos por sentado que la gente sabe cómo funciona un hospital desde dentro, pero no es así", declara.
Un ejemplo es el de su propia madre, que después de un año de residencia tuvo que preguntarle
cómo funionan las guardias de su especialidad. Otro malentendido que le ocurre con cierta frecuencia gira en torno al
término 'éxitus'. "La gente cree que es un sinónimo de éxito, y se prestan situaciones curiosas o incómodas en el ámbito familiar", recuerda. Pero eso no es lo único que ha aprendido su entorno de su profesión, Alejandro también ha afianzado en ellos
cuestiones 'básicas' de la Medicina como el uso de los
antibióticos o la manera de proceder ante
diferentes patologías. "Muchas veces hago la broma de que más que su hijo, nieto o hermano
soy su consulta rápida", explica entre risas.
Hablar de sanidad en pareja, ¿sí o no?
En el plano amoroso, la sanidad tampoco ha estado siempre presente para Alejandro. Su anterior pareja no se dedicaba al
sector salud, y desde su punto de vista puede tener un
impacto positivo en la relación. "Muchas veces se agradece que sea así para poder desconectar, porque si
tu pareja es sanitario te llevas el trabajo a casa", relata. No obstante también identificaba una parte negativa, puesto que a la hora de desahogarse o explicar cuestiones técnicas "te quedas un poco corto, porque no es algo que la otra persona entienda o maneje", sostiene.
Ramón vive una situación completamente opuesta, dado que es R4 de
Medicina Familiar y Comunitaria y su pareja es técnico de rayos y
Medicina Nuclear. En su caso, es algo que "influye en positivo" a la relación, incluso hasta el punto de
compartir algún paciente: "yo como su médico de familia y él al hacerle una
prueba de imagen nuclear", explica. Ambos se retroalimentan explicando al otro conocimientos de sus respectivas profesiones y, por tanto,
ampliando su bagaje sanitario.
Lenguaje coloquial fuera de la Medicina
Al igual que Alejandro, este futuro
médico de Familia reconoce que a veces es complicado expresarse de tal manera que sus familiares y amigos le entiendan. "Me cuesta encontrar las palabras coloquiales para que me entiendan y
evitar caer en el temible tecnicismo", declara. No obstante, es algo en lo que asegura haber mejorado
a medida que ha avanzado su redicencia, y que por tanto esa 'distancia' lingüística es cada vez más pequeña.
"Me cuesta encontrar las palabras coloquiales para que me entiendan y evitar caer en el temible tecnicismo"
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De esta manera, ha conseguido hacer hincapié en la
promoción de la salud con sus familiares, amigos y pareja. "Después de cada postguardia o de cada vivencia en al consulta intento transmitir en la medida de lo posible
recomendaciones médicas para la salud", asegura. De hecho, percibe cualquier consulta sanitaria de sus seres queridos como "algo muy positivo", ya que para él significa que confían en su labor como
profesional de la salud. "Siempre estaré ahí para ayudarles en lo que pueda", concluye.
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