Paul Wischmeyer.
La
malnutrición es una "
epidemia hospitalaria silenciosa", según ha sostenido
Paul Wischmeyer, profesor de Anestesiología, en conversaciones con
Medscape en Español. "
Uno de cada tres pacientes cuando
ingresa a un hospital ya viene con un
estado de malnutrición. Pero solo uno de cada diez es identificado. Y, de los identificados, solo uno recibe soporte enteral o parenteral. En síntesis,
solo 1 de cada 100 pacientes malnutridos es tratado, lo que es importante porque [esa condición al ingreso] aumenta cinco veces el riesgo de muerte y triplica el riesgo de complicaciones", añadió.
En un nuevo consenso internacional publicado en
Anesthesia & Analgesia, en el que Wischmeyer es primer autor, se recomienda que a todos los pacientes que se sometan a una
cirugía programada reciban una
evaluación nutricional sistemática "para identificar pacientes que necesiten una optimización nutricional prequirúrgica". Asimismo, convocó a restaurar el soporte nutricional inmediatamente después de la intervención quirúrgica.
Cuatro preguntas para identificar el problema
En la nueva guía de la
American Society of Enhanced Recovery y la
Perioperative Quality Initiative, los autores analizaron la literatura publicada y propusieron un
puntaje para la
evaluación nutricional perioperatoria en pacientes que se van a someter a una cirugía mayor.
Los expertos desalientan el ayuno previo a la cirugía
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La idea es que pueda ser administrado antes de la operación en
menos de 5 minutos por personal de Enfermería, y que active una
intervención nutricional si una o más respuestas son positivas. Las preguntas son si el paciente tiene un índice de masa corporal (IMC) < 18,5 kg/m2 (< 20 en > 65 años); si el paciente experimentó una pérdida de peso (no intencional) mayor al 10 por ciento en los últimos 6 meses; si comió menos del 50 por ciento de su dieta habitual durante la última semana; y si el paciente tiene un nivel perioperatorio de albúmina sérica < 3,0 g/dl.
Actuar a tiempo
Los pacientes en el hospital pueden tener
pérdidas de masa muscular y requerimientos nutricionales comparables, ha explicado el también codirector del Servicio de Soporte Nutricional en el Duke Clinical Research Institute (DCRI), en Durham, Estados Unidos. "Los pacientes rompen músculos y
usan calorías de manera ineficiente durante meses a años después de estadías en la Unidad de Cuidados Intensivos. El cuerpo no sabe cómo afrontar este tipo de agresión o insulto a nivel metabólico", ha puntualizado.
De acuerdo con el
nuevo consenso para cirugías mayores, una vez que se detecta malnutrición mediante el puntaje para la evaluación nutricional perioperatoria, se recomienda administrar durante
al menos 7 días suplementos nutricionales orales ricos en proteínas (más de 18 gramos de proteína/porción en una fórmula equilibrada, 2-3 porciones/día) o
fórmulas de inmunonutrición que contengan
arginina y
aceite de pescado. Solo cuando el paciente no puede ingerirlos, se puede recurrir a fórmulas enterales o parenterales.
Por otra parte, los expertos desalientan el ayuno previo a la cirugía. La guía propone la administración de un
líquido con 50 gramos de carbohidratos 2 a 3 horas antes de la intervención, el cual debería beberse en un periodo de 5 a 10 minutos.
Una
revisión sistemática de 27 estudios con casi 2.000 participantes documentó una reducción significativa pero pequeña del tiempo de internación en pacientes que recibieron carbohidratos antes de una cirugía programada, aunque el beneficio parece ser mayor en
cirugías abdominales.
Comer o beber antes de la cirugía aumentaría la esperanza de vida
Finalmente, los autores del consenso coincidieron en recomendar la
restauración del aporte nutricional inmediatamente después de la cirugía. En particular, Wischmeyer y sus colegas recomendaron "con consenso total" una dieta con alto contenido proteico (1,5 - 2 g/kg/d), de modo tal de
prevenir la pérdida de masa corporal magra y sus consecuencias negativas sobre la recuperación funcional y la calidad de vida.
"Hay un
estudio interesante en Suecia que evaluó
900 pacientes que habían sido sometidos a un procedimiento quirúrgico [por
cáncer colorrectal]: los pacientes que comieron o bebieron en el día de la cirugía tenía un 42 por ciento más de opciones de estar vivos al cabo de 5 años que aquellos que no lo hicieron", ha destacado el especialista a
Medscape.
"La malnutrición en el hospital es un problema muy grave con una solución muy sencilla, pero difícil de aplicar"
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Al cuestionarle si siempre se necesitan suplementos o se pueden cubrir los requerimientos con la dieta, ha contestado: "Nos encantaría que los pacientes pudieran
modificar la dieta antes, durante y después de la enfermedad o cirugía", aunque admitió que muchos pierden el apetito después de la internación o tienen dificultades para digerir los alimentos.
Y ha citado un
estudio de 2013 sobre una base de datos de
724.000 pacientes según el cual, por cada dólar que los hospitales invierten en suplementos nutricionales orales, ahorran 52 dólares. "Es el
tratamiento más costo-efectivo de todo el hospital, pero menos del 1 por ciento de los pacientes lo recibe", dijo.
Y por eso ha insistido: "La malnutrición en el hospital es un
problema muy grave con una
solución muy sencilla, pero difícil de aplicar. Tenemos las respuestas. Pero los médicos y pacientes no lo saben".
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