Miquel Aranda Sánchez y Juan Antonio Vargas Núñez.
La Comisión Nacional de la Especialidad de
Medicina Interna ya ha concluido la elaboración de su
borrador del nuevo programa formativo. Un documento que ha sido presentado ante los internistas en el 43º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y que ha
dejado de lado la “diferenciación por periodos”, y se ha estructurado a través de
“dominios competenciales” con conocimientos
"específicos" y "transversales". Ahora este borrador queda expuesto a un periodo de revisión por los facultativos hasta que Sanidad lo revise y apruebe en la segunda parte del próximo año.
“Según nos ha trasmitido el Ministerio de Sanidad, primero abordará otros programas que tienen mayor antigüedad, pero en el
segundo semestre de 2023 debería estar aprobado. No es una mala fecha, ya que tras presentarlo podemos abrir un
periodo de reflexión”, detalla Juan Antonio Vargas Núñez, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Interna, en su intervención en el
43º Congreso Nacional.
En ese sentido, Miquel Aranda Sánchez, también miembro de la Comisión, detalla que han partido desde el programa de 2007 porque es “excelente” y que lo han desarrollado desde un punto de vista realista. “En la Comisión
todos somos internistas y vemos a pacientes, no estamos en un salón ideando todo desde la teoría. También tenemos residentes y su opinión está incluida. Le hemos dado un formato que consideramos adecuado, pero consideramos que
la sociedad y los tutores deben opinar, ya que este debe ser operativo y aplicable”, explica el internista.
Juan Antonio Vargas Núñez, presidente de la Comisión de la Especialidad de Medicina Interna.
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¿Qué cambia en el programa formativo de Medicina Interna?
El nuevo programa formativo tiene cambios en su estructura, ya que ahora se rige por
“dominios competenciales”. Además, incluye las competencias genéricas y transversales y la definición y evaluación de las mismas.
“No diferenciamos por periodos porque al introducir competencias hablar de tiempo no es lo más adecuado. Estas se adquieren a lo largo de toda la residencia, el nivel de cumplimiento será menor al principio y finalmente será al máximo”, explica Aranda Sánchez.
Para adquirir algunas competencias se contemplan
actividades formativas específicas como enfermedades minoritarias o ecografía clínica, sin embargo, estas no son de obligado cumplimiento. “No todos los hospitales tienen Unidades específicas para rotar. No exigimos que un residente tenga que saber el último tratamiento en enfermedades minoritarias, pero sí saber diagnosticarlas”, detalla el internista.
Dominios competenciales
Respecto a los
dominios competenciales, se han incluido los siguientes: Atención a los pacientes con patologías médicas; al paciente con edad avanzada, enfermedad crónica compleja y plutipatológica. Continuidad asistencial; pacientes quirúrgicos y de otras especialidades; alternativas a la hospitalización convencional; al paciente que presenta una emergencia y paciente crítico; Atención Primaria; aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación; y habilidades técnicas (ecografía clínica).
Esta formación se complementa con las
competencias genéricas o transversales, que abarcan: compromiso con los principios y valores de las especialidades de Ciencias de la Salud; principios de bioética; principios legales aplicables al ejercicio de las especialidades de Ciencia de la Salud; comunicación clínica; trabajo en equipo; habilidades clínicas generales; manejo de fármacos; determinantes de salud y enfermedad y promoción de la salud; manejo de la información en Ciencias de la Salud; investigación; docencia y formación; y gestión clínica y de la calidad.
Miquel Aranda Sánchez, miembro de la Comisión de Especialidades de Medicina Interna.
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Una tabla para recoger el progreso del residente
Todo el progreso del residente quedará recogido en una
tabla formada de izquierda a derecha por el dominio;
instrumentos de evaluación; contexto de aprendizaje; actividad formativa; y recomendaciones según las estructuras del hospital.
Estos instrumentos abarcan
exámenes escritos, observación, audit de registros clínicos, feedback 360º y portafolio. “Sobre todo se basa en la observación, apenas hay exámenes escritos. Al final lo que se ve en el día a día es lo más importante. Cuando estás acompañado de residentes, la capacidad de observación para diagnosticar, prescribir, empatizar…. Mientras que el audit hace referencia a la documentación que genera el residente: notas clínicas, calidad del informe de alta….”, explica Vargas Nuñez.
El internista también aclara que el feedback 360º consiste en recibir
valoraciones de diferentes ámbitos, y de compañero de Enfermería y otras especialidades. “Se evalúa cómo se maneja el internista en un entorno global”, explica el internista. Respecto al portafolio va “más allá” de un registro de actividades. “Debe de ir
acompañado de entrevistas con el residente. Si se hace esta reflexión, el portafolio tiene un gran valor”, reivindica el presidente de la Comisión.
Ambiente de la presentación del programa formativo de Medicina Interna en el 43º Congreso Nacional de SEMI.
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