Meritxell Salvadó, del Hospital de Mollet de Barcelona; y Núria Galofre, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Municipal de Badalona.
La
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) se relaciona directamente con el tabaco y, sobre todo, con
hombres fumadores. Esto da por sentado que esta patología no es prevalente en las mujeres, un hecho que, según los internistas, provoca el
infradiagnóstico de la enfermedad fomentando el
sesgo de género en su abordaje. Tanto es así que los especialistas aseguran que esta patología respiratoria también está muy presente entre las
mujeres y en las zonas más rurales.
Este ha sido el tema principal sobre el que ha girado la primera mesa redonda '¿Otras formas de EPOC?' de la
XV Reunión del Grupo EPOC de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) que ha dado comienzo este jueves 29 de septiembre. Para comenzar, la internista del Hospital de Mollet de Barcelona,
Meritxell Salvadó, ha hablado sobre las diferencias entre el mundo rural y urbano en la prevalencia de la EPOC. Y, en este sentido, la especialista ha afirmado que "la incidencia de EPOC en zonas rurales es algo más elevada que en zonas urbanas".
Esto es así porque, según Salvadó, en este entorno, "los
pacientes EPOC de áreas rurales fuman más y tienen mayor exposición a otros factores de riesgo para el desarrollo de esta patología". De hecho, asegura que "la ruralidad se ha identificado como un factor de riesgo de diagnóstico inadecuado de la EPOC". Esto ocurre porque "el principal motivo de esta enfermedad respiratoria es el tabaco y, efectivamente, los
habitantes de las zonas rurales fuman más que en las zonas urbanas", según estudios estadounidenses.
Una situación que también se puede extrapolar a España. Y es que, en una encuesta realizada a
1.268 adolescentes de la comunidad autónoma de Cataluña, establecía que el 33,1 por ciento de estos
jóvenes de zonas rurales fumaban, en comparación con el 16,9 por ciento de las zonas urbanas. Por tanto, según Salvadó, "hay una mayor tendencia a fumar más en zonas rurales".
Tendencia que también es visible en la mujer, ya que la biomasa es
otro predictor de la EPOC. Este gas se inhala, por ejemplo, con el humo de leña, y el uso del mismo es más habitual en países en vías de desarrollo como África, Asia o Latinoamérica, zonas donde es más frecuente que las mujeres lo inhalen porque son las que más están en las cocinas o a la hora de calentar los hogares.
Además, Salvadó señala que "los pacientes EPOC que viven en zonas rurales tienen más exacerbaciones, pero menos ingresos hospitalarios". A esto le suma el hecho de que estas personas tienen "un
menor acceso a recursos sanitarios".
La mujer, más vulnerable a los efectos nocivos del tabaco
Durante esta mesa redonda, también se ha analizado en profundidad del
infradiagnóstico de la EPOC en las mujeres. Núria Galofre, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Municipal de Badalona, ha subrayado que "la mujer es más vulnerable y susceptible a los efectos nocivos del tabaco".
Asimismo, ha asegurado que "sí existe un
perfil clínico para la mujer con EPOC: es más joven, fuma menos y tiene un índice de masa corporal menor respecto al del hombre". Igualmente, Galofre ha añadido que "las mujeres manifiestan más disnea que tos con expectoración y sufren más exacerbaciones sin más hospitalizaciones". Un perfil que también tiene en cuenta las comorbilidades, "siendo las más frecuentes en mujeres la
osteoporosis, ansiedad y depresión".
Por todo ello, Galofre ha finalizado manifestando que "
son insuficientes las medidas preventivas para el diagnóstico de la EPOC en la mujer y que son necesarias estrategias de concienciación, de divulgación y formativas, tanto en el ámbito sanitario como en la población general para dar a conocer la EPOC en la mujer".
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