Observan un fuerte aumento en la producción de GLP1 en las células del intestino.
Los datos epidemiológicos indican una
explosión de casos de
diabetes tipo 2 para
mujeres después de la menopausia. El responsable de esto es el papel sorprendentemente protector de los estrógenos, resaltado por el hecho de que una
mujer sometida a terapia de reemplazo hormonal tiene hasta un
35 por ciento menos de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que una mujer sin tratamiento.
Al dilucidar cómo el estrógeno afecta a dos de las hormonas involucradas en la homeostasis de glucosa,
glucagón y GLP1, investigadores de la Universidad de Ginebra (
Unige), Suiza, y de los Hospitales de la Universidad de Ginebra (
HUG) han estudiado la importancia de los
suplementos de estrógenos desde el comienzo de la menopausia.
Esta investigación, publicada en
JCI Insight, también muestra que solo
uno de los 3 receptores de estrógenos parece estar
involucrado en este mecanismo, lo que podría proporcionar
terapias mucho
más específicas con una
molécula concreta que
evitara los efectos secundarios, a veces incómodos, cuando se trata a las pacientes con una terapia hormonal demasiado potente.
Han estudiado la importancia de los suplementos de estrógenos
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Los expertos en diabetes saben que las mujeres premenopáusicas tienen menos probabilidades que los hombres de desarrollar esta enfermedad. Sin embargo, después de la menopausia, la tendencia se invierte muy claramente, destacando el
papel protector de las hormonas sexuales femeninas y especialmente de los estrógenos.
"Varios científicos están trabajando en el efecto de los estrógenos en las células productoras de insulina pancreáticas -explica la primera autora de este trabajo,
Sandra Handgraaf, investigadora de la Facultad de Medicina-. Pero su efecto sobre las células productoras de glucagón, otra hormona que regula el azúcar en sangre, nunca se había explorado antes. De hecho, si el páncreas secreta insulina, también secreta glucagón, una hormona con el efecto contrario: la insulina captura el azúcar, mientras que el glucagón lo libera. Por lo tanto, la diabetes se debe a un
desequilibrio entre estas dos hormonas que controlan el nivel de azúcar en la sangre".
Células intestinales
La administración de estrógenos a
ratones hembra posmenopáusicas llevó a los científicos de Ginebra a hacer una primera observación: identificaron una
mayor tolerancia a la glucosa, que se correlaciona con un
menor riesgo de diabetes. Sin embargo, si se esperaba el efecto sobre la insulina, el efecto sobre el glucagón, y especialmente sobre GLP1, una
hormona intestinal y pancreática que aumenta la producción de insulina, fue mucho menor.
Estos resultados confirmaron la
sensibilidad al estrógeno de las células alfa pancreáticas, que luego secretan menos glucagón hiperglucémico, pero más GLP1. También liberado por el intestino durante la absorción de la comida, esta hormona estimula la secreción de insulina, inhibe la secreción de glucagón e induce la
sensación de saciedad. La
falta de GLP1 es, por lo tanto, una
pieza esencial, y hasta ahora poco conocida, del
inicio de la diabetes. El papel desempeñado por GLP1 representa una explicación importante de la protección de las mujeres con respecto al inicio de la diabetes antes de la menopausia.
"Es posible pensar en un tratamiento que también se dirija a los hombres"
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"Esta primera observación ya era interesante -destaca Sandra Handgraaf-. Pero fuimos un paso más allá: de hecho, el intestino alberga células llamadas
células L que son muy similares a las células alfa pancreáticas y cuya función principal es precisamente producir GLP 1. También observamos un fuerte aumento en la producción de GLP1 en las células del intestino, lo que demuestra el papel crucial del intestino en el
control del equilibrio de carbohidratos y la
influencia de los estrógenos en todo el metabolismo en juego". Estos resultados también se confirmaron en células humanas y muestras de tejido.
Tratamiento estrogénico
Los tratamientos de sustitución hormonal a menudo están sujetos a
publicidad negativa, principalmente debido a los riesgos cardiovasculares asociados con ellos. "Es importante recordar que la sustitución hormonal, cuando se toma al comienzo de la menopausia y durante algunos años solamente, no causa
ningún riesgo particular de eventos cardiovasculares -subraya Jacques Philippe-. Sin embargo, si el tratamiento hormonal se toma más de 10 años tras la menopausia, el
riesgo cardiovascular aumenta efectivamente. En el contexto de la diabetes, este tratamiento permite evitar la explosión de casos de diabetes en la mujer por lo que, si se administra bien, puede
agregar valor para la salud de las mujeres".
En su estudio, los investigadores de Ginebra también pudieron analizar los mecanismos celulares implicados: de los 3 receptores de estrógenos, solo uno está involucrado principalmente en este efecto protector. Por lo tanto, sería posible
desarrollar una molécula que solo active el receptor interesante, con un efecto mucho más específico. "Es posible
pensar en un tratamiento que, sin los efectos secundarios de una terapia hormonal demasiado fuerte, también se dirija a los
hombres", concluye Sandra Handgraaf.
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