Parece que el ‘reinado’ de la
vitamina D está llegando a su fin. Mientras diversos
estudios observacionales alimentaban la idea de utilizar este compuesto como forma de prevención de muchos males prevalentes, una ola de
ensayos aleatorizados están echando un jarro de agua fría sobre su
potencial real.
Así, un
meta-análisis recientemente publicado en
JAMA pone de relieve que la suplementación de vitamina D no aporta beneficios en la prevención de
eventos cardiovasculares mayores,
infarto de miocardio,
ictus o mortalidad por
enfermedad cardiovascular en comparación con placebo.
Más de 83.000 pacientes
La suplementación de vitamina D no previno el infarto, ictus o la mortalidad por enfermedad cardiovascular
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Los investigadores,
liderados por Mahmoud Barbarawi, del Departamento de Medicina Interna del Hurley Medical Center, de la Universidad del Estado de Michigan (Estados Unidos), seleccionaron 21 ensayos clínicos aleatorizados que incluyeron 83.000 participantes.
No obstante solo en cuatro de ellos el objetivo principal era el efecto en la salud cardiovascular. El resto evaluaba el posible beneficio en la
prevención de fracturas y osteoporosis, donde, a pesar de ser el ámbito más comúnmente asociado a los beneficios de la vitamina D, todavía hay un
debate abierto sobre su eficacia real.
Posible beneficio en insuficiencia cardiaca
Las conclusiones del trabajo son claras: la suplementación no se asoció a prevención de riesgos cardiovasculares mayores, infarto de miocardio, ictus, mortalidad cardiovascular o mortalidad por cualquier causa. Ajustados a sexo, nivel basal de vitamina D, dosis o formulación, los resultados se mostraron consistentes.
Por tanto, los autores consideran que
la suplementación de vitamina D no ofrece protección cardiovascular y que no se debe indicar con este propósito.
A pesar de ello, consideran que sería interesante llevar a cabo ensayos adicionales sobre la suplementación de
vitamina D en altas dosis en los pacientes más mayores y poner el foco en objetivos cardiovasculares como la insuficiencia cardiaca, donde meta-análisis previos han mostrado un beneficio potencial.
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