Un estudio hace pensar que existe un estigma a la hora de atender, en el final de la vida, a las personas con más peso.
Los
enfermos terminales que, además, padecen
obesidad tienen menos probabilidades de ser ingresados en unidades de
cuidados paliativos, o de morir en su casa, que los que están más delgados. Esto es, fallecen en peores condiciones y, además, gastan más recursos de los sistemas sanitarios.
Por sorprendente que parezca, ésa es la conclusión objetiva de un
estudio de campo realizado en Estados Unidos a partir de la base de datos del
Instituto Nacional de la Edad, en este caso una muestra de 5.677 pacientes beneficiarios del
Medicare o servicio sanitario público
de aquél país.
La investigación, que está
publicada en Annals of Internal Medicine, utiliza como variables el
número de pacientes enrolados en instituciones que prestan cuidados paliativos;
días de ingreso en esos centros;
muerte producida en el hogar y, por último,
gasto económico acumulado por la atención recibida durante los seis meses previos al fallecimiento.
Asimismo, se utiliza el
índice de masa corporal (BMI, por sus siglas en inglés) para dividir la muestra en tres grupos:
peso normal (entre un 20 y un 25 por ciento de ese parámetro);
sobrepeso (entre un 25 y un 30 por ciento);
obesidad (entre un 30 y un 40 por ciento) y obesidad mórbida (más de un 40 por ciento).
Un 7 por ciento menos de probabilidades de ingreso
Para peso normal, el estudio descubre que la probabilidad de ser ingresado en un centro de cuidados paliativos es de un
38,3 por ciento. Pero ese mismo dato, para personas con más de un 30 por ciento de BMI (obesidad),
baja 6,7 puntos porcentuales; y para pacientes con obesidad mórbida, desciende hasta 15,2 puntos porcentuales.
En cuanto a la estancia en la unidad de paliativos, si se tiene un peso normal las probabilidades apuntan a un promedio de
42,8 días de ingreso y cuidados especiales. Pero si los pacientes padecen obesidad la media de días de estancia baja 3,8 días, y si sufren de obesidad mórbida,
4,3 días menos como promedio.
Asimismo, los enfermos terminales con peso normal mueren en su propia casa en un 61,3 por ciento de las ocasiones. Pero, si son obesos, las probabilidades de fallecer en el hogar
descienden 3,2 puntos porcentuales y, si se tiene obesidad mórbida, 6,3.
En cuanto al gasto, los pacientes delgados o con peso en los límites de la normalidad médica gastan, como media,
42.239 euros frente a los 3.263 euros añadidos a esa cantidad de las personas con obesidad.
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